Val Valentino, el mago que fue repudiado y cancelado en Estados Unidos y es héroe en Brasil

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Val Valentino, el mago enmascaradoVal Valentino, el mago enmascarado (YouTube)

Durante el Carnaval en Brasil, las calles se llenan de máscaras, pero una en particular ha cobrado un significado inesperado: la del Mister M, el mago enmascarado que se ha convertido en símbolo de transparencia y honestidad en un país donde la desconfianza hacia las instituciones es la norma.

Según The Wall Street Journal, Val Valentino, el ilusionista estadounidense que fue repudiado en su país por revelar los secretos de la magia, ha encontrado en Brasil un público que lo celebra como un héroe. La noticia principal es que Valentino, antes marginado en Estados Unidos, se ha transformado en una figura admirada y popular en Brasil, donde su cruzada por exponer los trucos de la magia lo ha convertido en un referente de sinceridad en una sociedad marcada por la desconfianza.

La fascinación de los brasileños por Val Valentino se explica en parte por el contexto social del país. En Brasil, la población vive con el temor constante de ser engañada, ya sea por políticos corruptos o por delincuentes. La cultura del “jeitinho”, esa habilidad para encontrar soluciones ingeniosas —y a menudo poco ortodoxas— a los problemas cotidianos, permea la vida diaria.

En este entorno, la figura de Mister M, que expone los trucos y rechaza el engaño, ha calado hondo. El ilusionista Henry Vargas lo resume así: “Finalmente, había alguien que no quería engañarlos”.

La historia de Val Valentino comenzó en California, donde alcanzó notoriedad en la década de 1990 gracias a su programa de televisión “Breaking the Magician’s Code”. En este show, conocido en Brasil como “Mister M”, Valentino revelaba los secretos detrás de los trucos más famosos, como la levitación o el clásico acto de partir a una mujer en dos. Esta actitud le valió el rechazo de la comunidad mágica estadounidense, que lo acusó de traidor y de arruinar la industria.

Según relató el propio Valentino a The Wall Street Journal, “Formaron un grupo y estaban reuniendo dinero para contratar a un sicario. Fue realmente una locura, simplemente insano”.

Val Valentino, sin su emblemáticaVal Valentino, sin su emblemática máscara (Gentileza PastoMagic)

El cambio de vida de Valentino no fue planeado. Hace aproximadamente una década, mientras visitaba a su hermano en Los Ángeles, sufrió un desmayo que duró tres minutos y medio. En ese lapso, asegura haber tenido una visión de su madre fallecida, quien le indicó que debía viajar a Brasil. Tras superar los trámites para obtener su pasaporte, llegó a São Paulo en febrero de 2020.

Poco después, la pandemia de Covid-19 lo obligó a quedarse en el país, ya que su negativa a vacunarse le impidió regresar a Estados Unidos debido a las restricciones de viaje. Durante su estancia, fue sometido a una cirugía por cáncer de próstata y, con el tiempo, se comprometió con Flávia Romani, una asesora política y figura influyente en redes sociales, más de veinte años menor que él.

La popularidad de Mister M en Brasil ha trascendido el ámbito del espectáculo. Ha realizado presentaciones con localidades agotadas, participado en programas de entrevistas y se ha convertido en inspiración para músicos y políticos. Raperos brasileños han compuesto canciones en su honor, describiéndolo como una leyenda que “dice la verdad” incluso cuando la sociedad presiona para mentir.

Políticos como el congresista Mauricio Neves han utilizado la máscara de Mister M como símbolo de transparencia, proclamando: “¡Aquí no hay trucos ni magia, ni cortinas de humo para ocultar la verdad!”.

El fenómeno de Val Valentino en Brasil también ha tenido repercusiones en la percepción de la magia en el país. Según The Wall Street Journal, menos del 10% de los brasileños confía en el gobierno, y solo una cuarta parte cree en la justicia y la policía. Desde 1990, seis de los siete presidentes brasileños han enfrentado investigaciones criminales. En este contexto, la honestidad radical de Mister M ha resultado refrescante para muchos, aunque algunos magos locales consideran que su éxito refuerza la idea de que los ilusionistas son, en esencia, mentirosos profesionales.

Henry Vargas y su compañero Klauss Durães, ambos magos brasileños, han optado por una estrategia diferente para ganarse al público. Inician sus espectáculos con una historia personal sobre su amistad y sus orígenes humildes en Minas Gerais, un estado conocido por su hospitalidad.

Su lema, “¡Lo imposible es solo una ilusión!”, busca conectar emocionalmente con los espectadores y demostrar que detrás de la magia hay talento y esfuerzo genuinos. Durante sus presentaciones, Vargas incluso toca el piano en vivo, y el show incluye ilusiones elaboradas, como la aparición de un helicóptero en el escenario, para asegurar que el público sienta que ha valido la pena el precio de la entrada.

La relación de Valentino con Brasil ha evolucionado hasta el punto de que, junto a Flávia Romani, trabaja en un proyecto de ley para regular la profesión de mago y abrir escuelas de Mister M en todo el país. Romani considera que el hecho de que Valentino sea extranjero aumenta su atractivo, comparándolo con la fascinación de los brasileños por productos importados como zapatillas o teléfonos móviles.

“A los brasileños les encantan las cosas que no son de Brasil”, afirmó Romani.

No es la primera vez que Valentino conquista audiencias en países donde la magia suele generar recelo. En Indonesia y en regiones de Oriente Medio, donde la magia se asocia con lo sobrenatural y es vista con desconfianza, su labor para desmitificar el ilusionismo ha sido bien recibida por otros magos.

En China, tras la emisión de su programa, el público comenzó a valorar el arte y el esfuerzo detrás de los trucos, alejándose de la idea de que la magia solo busca engañar.

A pesar de su éxito, Valentino reconoce que la cultura brasileña puede ser un terreno complicado para alguien tan confiado como él. Romani expresó su preocupación al respecto: “Su problema es que confía demasiado en la gente”.

Aun así, Valentino parece haber aceptado su destino en Brasil, donde su figura se ha transformado en un símbolo inesperado de honestidad en medio de una sociedad acostumbrada a la desconfianza y la astucia cotidiana.

El impacto de Mister M en la cultura popular brasileña se refleja en la apropiación de su imagen durante festividades y en la política, así como en la manera en que ha reconfigurado la relación del público con la magia. Mientras tanto, Valentino continúa adaptándose a su nueva vida, enfrentando el reto de comunicarse en un idioma que apenas domina y de navegar una sociedad que, aunque lo idolatra, también puede ser implacable con los forasteros.

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