
La proteína dejó de ser un nutriente exclusivo de los atletas para posicionarse como un elemento clave en el bienestar de cualquier persona preocupada por su salud. Más allá de su reputación en el ámbito deportivo, diversos estudios recientes demostraron que mantener una ingesta adecuada de proteínas incide directamente en la calidad de vida: apoya la conservación de la masa muscular, favorece la salud cardiovascular y promueve un nivel de energía estable a lo largo del día.
En un contexto donde la alimentación y el autocuidado adquieren cada vez más relevancia, especialistas de Verywell Health y Mayo Clinic explican por qué la proteína se considera hoy un pilar esencial en la dieta cotidiana.
Mantener una dieta rica en proteínas resulta fundamental para la salud muscular, cardiovascular y el bienestar general.
Uno de los principales beneficios de consumir suficiente proteína es la preservación de la masa muscular durante la pérdida de peso.

Tanto los expertos de Verywell Health como de Mayo Clinic explican que las proteínas aportan los aminoácidos necesarios para que el cuerpo conserve los músculos incluso al reducir la ingesta calórica.
En procesos de adelgazamiento, una dieta baja en calorías puede generar pérdida muscular, pero aumentar el consumo de proteína ayuda a evitar este efecto.
Además, una dieta alta en proteínas ofrece una mayor sensación de saciedad, lo que facilita el control del apetito y ayuda a quienes buscan reducir su peso.
Los especialistas resaltan que el entrenamiento de resistencia y fuerza también es indispensable para preservar la masa muscular durante este tipo de procesos, ya que el esfuerzo físico estimula el crecimiento y mantenimiento de las fibras musculares.

El efecto de la proteína sobre la salud cardiovascular se destaca en los análisis de Verywell Health y Mayo Clinic. En particular, la proteína de suero, una fracción proteica de alto valor biológico que se extrae del suero resultante del proceso de elaboración del queso a partir de la leche, muestra beneficios sobre los niveles de colesterol.
Diversas investigaciones citadas señalan que el consumo de proteína de suero puede reducir la lipoproteína de baja densidad (LDL, “colesterol malo”) y el colesterol total, además de incrementar la lipoproteína de alta densidad (HDL, o “colesterol bueno”).

Este impacto adquiere especial relevancia en personas con trastornos metabólicos, donde la mejora del perfil lipídico puede ser más marcada y significativa para el control de factores de riesgo cardiovascular. A su vez, la combinación de proteína de suero y ejercicio físico potencia estos efectos positivos, mejorando la respuesta del organismo ante alteraciones lipídicas y contribuyendo a la salud del corazón.
Respecto a la energía y el bienestar general, ambas fuentes coinciden en que una dieta rica en proteínas ayuda a prolongar la saciedad, lo que colabora en la prevención de la fatiga y de la sensación de lentitud durante el día.
Las proteínas intervienen en la reparación de músculos y tejidos, apoyando funciones esenciales como el crecimiento de huesos y la capacidad de ejercicio. Aunque el cuerpo emplea principalmente carbohidratos y grasas como fuente de energía, recurre a las proteínas cuando necesita un aporte extra.
Para quienes desean incorporar más proteína en la dieta, Verywell Health y Mayo Clinic recomiendan alimentos como carne magra, huevos, pescados, lácteos, lentejas, porotos y semillas.

Estos productos representan fuentes seguras, accesibles y variadas de proteínas, capaces de mantener el nivel energético constante, facilitar la regeneración muscular y respaldar la salud general durante todas las etapas de la vida. Así, una alimentación balanceada que priorice el adecuado consumo de proteínas, sumado a la actividad física regular, contribuye a fortalecer el organismo y a optimizar el bienestar de cada día.