
El nacimiento de tres cachorros de perros de monte en el Little Rock Zoo de Arkansas marca un avance en la conservación de la especie. Según el comunicado del propio zoológico, la pareja de ejemplares introducida a principios de año ha dado la bienvenida a tres crías que se encuentran en buen estado y bajo el cuidado del equipo responsable y sus padres. El personal del zoológico habilitó cercas temporales para resguardar a los cachorros y evitar que se acerquen a la zanja que delimita el hábitat, permitiendo así que exploren el recinto durante las horas de temperaturas más agradables.
De acuerdo con el Little Rock Zoo, los cachorros reciben la supervisión directa de la madre, y solo es posible verlos de manera ocasional, dependiendo de cómo se adapten a la presencia de visitantes. El centro solicitó a los asistentes que mantengan silencio cerca del área para reducir el estrés en la madre, que permanece cerca de sus crías cuando el entorno es tranquilo. Aunque al darse la noticia no se conocía el sexo de los cachorros, la institución decidió informar anticipadamente sobre el nacimiento por tratarse de un hecho relevante para la colección zoológica y la gestión de la especie.
En una actualización publicada el 7 de agosto, el zoológico informó que los nuevos integrantes de la camada han sido identificados como dos machos, Train y Bernardo, y una hembra, Beatriz. Los progenitores, llamados Paku y Luz, llegaron en marzo desde Francia tras un proceso de coordinación internacional y cumplimiento de trámites de sanidad y transporte que se extendió a lo largo de varios meses. Esta pareja sustituyó al ejemplar previo de perro de monte del zoológico fallecido en septiembre de 2024, esfuerzo que involucró colaboración con recintos europeos para reestablecer la presencia de la especie.

Los perros de monte o bush dogs, llamados científicamente Speothos venaticus, son pequeños cánidos originarios de América Central y del Sur. La especie se clasifica como cooperativa y social, ya que acostumbra a vivir en grupos de hasta 12 individuos, donde comparten labores de caza, crianza y defensa. A pesar de su tamaño, que oscila entre 25 y 30 centímetros de altura, los perros de monte se caracterizan por su capacidad para cazar en manada presas de mayor tamaño, como los roedores paca y agutí o guaqueques.
El Little Rock Zoo explicó que la conformación de la nueva pareja reproductora fue posible posteriormente al deceso del último ejemplar, y que su procedencia fue el resultado de la gestión coordinada con el zoológico Sables d’Olonne, de donde proviene Paku, y el Parc Zoologique de Paris, lugar de nacimiento de Luz. El centro subrayó que la llegada de ambos animales requirió “meses de papeleo, certificaciones sanitarias, permisos y coordinación internacional”. La integración de ambos ejemplares al recinto se desarrolló con éxito, permitiendo la formación de una nueva familia en la institución.
Los perros de monte viven cerca de cuerpos de agua en bosques, praderas y márgenes fluviales, y se han adaptado a estos ambientes con pies parcialmente palmeados que favorecen la natación y la movilidad en terrenos fangosos. Se trata de animales monógamos que tienden a mantener relaciones estables durante todo el año, con miembros no reproductores encargados de cuidar y proteger a las crías, mientras el macho traslada comida a la hembra cuando permanece en la madriguera.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera a los perros de monte como una especie “casi amenazada”, debido principalmente a la pérdida de hábitat para actividades agropecuarias, la disminución de sus presas naturales y la transmisión de enfermedades provenientes de otros cánidos. En los últimos 12 años, la población silvestre se ha reducido en más de un 25 %.
En los zoológicos de Estados Unidos, únicamente existen ejemplares en cuatro o cinco recintos, de acuerdo con el Little Rock Zoo. Pese a ser de talla reducida, los perros de monte han sido reconocidos por su destreza para la comunicación intraespecífica a través de vocalizaciones que alertan sobre peligros e indican cohesión grupal. La longevidad estimada de la especie en cautiverio alcanza entre 12 y 14 años.