Un reo demandó a Alabama para evitar que lo ejecuten con nitrógeno; prefiere ser ahorcado o fusilado

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Un reo de Alabama interpusoUn reo de Alabama interpuso una demanda para evitar ser ejecutado a través de gas nitrógeno, un método controversial. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El reo Anthony Boyd, sentenciado en Alabama por el homicidio de Gregory Huguley en 1993, ha presentado ante las autoridades judiciales una demanda para evitar su ejecución mediante hipoxia de nitrógeno, método programado por el estado para octubre. Boyd, de 53 años, propuso alternativas como fusilamiento, ahorcamiento o auxilio médico para morir, argumentando que la hipoxia es inconstitucionalmente cruel e implica un sufrimiento innecesario.

Sus abogados han sostenido que el actual protocolo no dispone de salvaguardas suficientes para prevenir la asfixia consciente durante la ejecución. En 2018, Boyd eligió la hipoxia de nitrógeno como método de ejecución después de que Alabama ofreció esa alternativa frente a la inyección letal, pero en ese momento las autoridades aún no habían publicado los procedimientos específicos para el uso del gas.

De acuerdo con registros legales citados por CBS News, Boyd fue uno de los pocos condenados que optaron por este método pese a desconocer su funcionamiento. Ahora, sus representantes legales aseguran que las ejecuciones previas han evidenciado una agonía que incluye dificultades para respirar y lucha física visible de los reclusos.

La ejecución por nitrógeno consisteLa ejecución por nitrógeno consiste en colocarle una máscara al sentenciado para sustituir el oxígeno por nitrógeno, lo que provoca la asfixia. (The Promise of Justice Initiative via AP)

El pasado lunes, Kay Ivey, gobernadora de Alabama, informó oficialmente que la ejecución se realizará entre el 23 y el 24 de octubre. En la misiva de notificación dirigida a John Hamm, comisionado de Correcciones de Alabama, se cita una orden de la Corte Suprema estatal, que no especifica el método. Sin embargo, una vocera de la oficina de la gobernadora confirmó por correo electrónico que se aplicará la hipoxia de nitrógeno.

La hipoxia de nitrógeno fue introducida en Alabama como método de ejecución en 2018 cuando el estado presentó dificultades para adquirir fármacos usados en la inyección letal y enfrentó cuestionamientos por procedimientos fallidos. En 2023, Alabama dio a conocer un protocolo parcial sobre el uso de nitrógeno, y desde entonces, ha ejecutado a cinco internos utilizando este mecanismo. Una sexta ejecución está prevista antes del caso de Boyd en octubre.

La técnica consiste en forzar al condenado a inhalar nitrógeno puro a través de una máscara, sustituyendo el oxígeno del aire y provocando la muerte por asfixia. Las leyes del estado permiten mantener en secreto la mayoría de los procedimientos relacionados y los detalles sobre la ejecución, incluso para los mismos internos. Documentos legales revisados por CBS News señalan que durante las ejecuciones previas, los reclusos han mostrado señales de angustia mientras el gas comenzaba a fluir.

Diversas organizaciones civiles han protestadoDiversas organizaciones civiles han protestado para abolir la pena de muerte en Alabama y otros estados del país. (Chris Granger/The Times-Picayune/The New Orleans Advocate via AP)

Testigos presenciales, como el reverendo Jeff Hood, han descrito que los prisioneros “mostraron signos de asfixia consciente, terror y dolor”, según lo presentado por los abogados en la demanda federal de Boyd. Hood fue consejero espiritual en la primera ejecución con nitrógeno e indicó sentirse “horrorizado” por lo observado.

Funcionarios estatales han defendido el procedimiento afirmando que la muerte ocurre de manera rápida y sin dolor suficiente para considerarse “cruel y peculiar”, según los parámetros constitucionales. De acuerdo con documentos oficiales, las autoridades alegan que los movimientos observados durante las ejecuciones previas constituyen respuestas involuntarias asociadas al proceso de fallecimiento, o intentos activos de resistencia, y no representan sufrimiento consciente.

La oficina del fiscal general de Alabama sostiene que hay “evidencia sustancial de que la hipoxia de nitrógeno es un método indoloro para morir”. La demanda presentada por los abogados de Boyd ha sido objeto de debate en los tribunales y el juez federal ha fijado una audiencia para el 4 de septiembre. Fuera de Alabama, solo Luisiana ha utilizado la hipoxia de nitrógeno para ejecutar a un reo. Arkansas, Mississippi y Oklahoma autorizan legalmente su uso, pero ninguno lo ha aplicado hasta la fecha.

Anthony Boyd fue condenado porAnthony Boyd fue condenado por un asesinato ocurrido en 1993, cuando quemó vivo a un hombre que no pagó 200 dólares en cocaína. (Alabama Department of Corrections)

Anthony Boyd fue condenado por el asesinato de Gregory Huguley, ocurrido la noche del 31 de julio de 1993 en Talladega, Alabama. De acuerdo con la acusación, Huguley fue secuestrado y quemado por no pagar 200 dólares en cocaína. Un testigo, quien logró una reducción de pena a cambio de declarar, indicó que Boyd ató los pies de la víctima mientras otro implicado lo bañaba en gasolina y encendía fuego. Durante el proceso judicial, la defensa argumentó que Boyd se encontraba en una fiesta y que pasó la noche con su pareja, presentando testigos que avalaron esa coartada.

El jurado lo declaró culpable de asesinato capital y secuestro en primer grado, recomendando la pena de muerte con una votación de 10 a 2. Junto con Boyd, otros tres hombres fueron procesados. Shawn Ingram, acusado de iniciar el fuego, también fue sentenciado a muerte. Moneek Ackles recibió cadena perpetua sin libertad condicional, y Quintay Cox aceptó un acuerdo y recibió cadena perpetua con posibilidad de salir en libertad.

Actualmente, Boyd funge como presidente de Project Hope to Abolish the Death Penalty, una organización fundada por condenados a muerte para promover la abolición de la pena capital en Alabama. Los abogados de Boyd interpusieron el recurso legal en julio, poco después de que el estado solicitara la fecha para su ejecución, citando como argumento las consecuencias físicas y emocionales reportadas en ejecuciones anteriores.

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