El silencio de las pistas ha llegado a su fin para Yulimar Rojas. Tras un largo y desafiante proceso de recuperación de una severa lesión en su pierna izquierda, la reina del salto triple está lista para volver a la acción.
El regreso no podría ser en un escenario más imponente: la clasificación del Mundial de Atletismo en Tokio, una ciudad que le trae grandes recuerdos de su coronación olímpica.
La atleta, que se había mantenido alejada de las competencias desde su victoria en la Liga Diamante de Eugene en 2023, ha enfrentado un largo camino lleno de desafíos. Su regreso marca el cierre de un ciclo difícil y el comienzo de un nuevo capítulo, en el que se siente más fuerte y motivada que nunca.

La batalla psicológica y la vuelta a la pista
Lejos de mostrarse intimidada, Yulimar describió su vuelta como un “bonito reto”. La campeona olímpica reconoció que los dos años fuera de la pista fueron un periodo de espera que se hizo “bastante largo”, pero que ahora solo la invade la ilusión.
“Es un sueño, un anhelo y una meta que tenemos todos”, afirmó la venezolana en una entrevista con la agencia EFE, admitiendo que los baches en el camino han dificultado su adaptación al alto entrenamiento y a los impactos, pero que ahora se siente muy feliz y con muchas ganas.
La preparación no fue solo física. Yulimar reveló que una de las partes en las que más se enfocó fue en su “parte psicológica y mental”, para controlar la ansiedad por volver a competir. La atleta agradeció el apoyo de su equipo de trabajo, su familia y, en especial, a su entrenador, Iván Pedroso, quienes la ayudaron a mantener la paciencia y la motivación. “Veía a las rivales saltar y yo pensaba en volver, pero desde un tiempo a esta parte solo estoy pensando en Tokio”, concluyó.
En la competencia, un buen número de saltadoras han aprovechado la ausencia de la venezolana para posicionarse. Entre ellas, Yulimar destacó a las cubanas Leyanis Pérez y Liadagmis Povea, además de a Thea Lafond, Shanieka Ricketts y Jasmine Moore. Sin embargo, su confianza es inquebrantable.
“No me intimida ir al Mundial tras dos años sin competir. Sé que puedo saltar mucho y estoy en un buen nivel, tanto psicológico como físico”, sentenció, dejando claro que a pesar de la ausencia, su estatus de campeona no se ha perdido.
La Yulimar que regresa es, en sus propias palabras, una atleta más madura, que valora cada momento y ha disfrutado del atletismo desde otro punto de vista. El amor y el apoyo de Venezuela, un país que la ve como una institución, le han dado un impulso extra para luchar por su quinto título mundial al aire libre.