Un ex trabajador del Lidl ha sido condenado por robar 104 packs de Coca-Cola valorados en 90.000 y venderlos ilegalmente: “Quería ganar algo extra para poder apostar”

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Packs de Coca-Cola. EFE/Sebastien Nogier
Packs de Coca-Cola. EFE/Sebastien Nogier

El tribunal penal de Kortrijk, en Bélgica, ha dictado sentencia contra un ex camionero de 45 años, identificado como Christophe R., tras comprobar que sustrajo de manera continuada 104 palés de refrescos Coca-Cola del centro de distribución de Lidl en Gullegem, donde trabajaba cargando y descargando mercancía. El valor total de los productos robados supera los 90.000 euros, cifra que la cadena de supermercados ha reclamado en concepto de indemnización.

La trama salió a la luz después de que un empleado del supermercado detectara un descenso inusual en las existencias de Coca-Cola. La revisión de las cámaras de vigilancia resultó clave: en las imágenes podía verse a Christophe R. cargando palés adicionales de bebidas en su camión, mercancía que posteriormente vendía a un comprador de la misma localidad, Dhafer M., de 58 años.

Durante la investigación, el ex camionero reconoció parcialmente los hechos. “Me llevé unos 25 paquetes”, declaró en su momento. Sin embargo, la cifra real ascendía a 104 palés, una diferencia sustancial que quedó probada a través de los registros y las grabaciones. Lidl reclamó como compensación el valor íntegro de los productos sustraídos, superior a los 90.000 euros.

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Tanto el trabajador como su comprador fueron procesados. El fiscal solicitó para ellos penas de prisión que oscilaban entre los 12 y los 18 meses. En el caso de Christophe R., su defensa, representada por la abogada Floor Ameye, argumentó que el acusado había actuado presionado por su situación económica y por una adicción al juego de la que, según señaló, ya estaba en proceso de rehabilitación.

“Quería ganar algo de dinero extra para vivir mejor, pero también para poder apostar. Hoy, las deudas han sido pagadas y la adicción al juego ha quedado atrás”, declaró Ameye durante el juicio. Dentro de ese proceso de recuperación, el propio R. se inscribió voluntariamente en la lista negra de la Comisión de Juegos de Azar de Bélgica, un registro que bloquea el acceso de las personas incluidas a casinos y plataformas de apuestas.

El acusado solicitó al tribunal evitar la prisión y sustituirla por un periodo de servicios comunitarios, alegando además que ya no trabaja como camionero ni mantiene vínculo laboral alguno con el centro de distribución donde ocurrieron los hechos.

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La petición fue considerada parcialmente por el tribunal. Christophe R. fue finalmente condenado a 150 horas de servicio comunitario y a una multa de 800 euros. Además, según recoge la información publicada por HLN, se le confiscó la cantidad de 12.500 euros. La responsabilidad económica final respecto a la indemnización reclamada por Lidl se establecerá más adelante.

Por su parte, el comprador de la mercancía robada, Dhafer M., también fue condenado. El tribunal le impuso 12 meses de prisión y una multa de 800 euros, aunque únicamente se consideró como pena efectiva el tiempo que ya había pasado en prisión preventiva, aproximadamente tres meses. A M. se le confiscó además un total de 7.500 euros, y la cuantía de la indemnización que deberá asumir se determinará posteriormente.

Durante el juicio, Dhafer M. pidió expresamente no volver a ingresar en prisión, manifestando: “Cometí un error y no lo volveré a hacer”.

El caso ha generado atención en Bélgica por la magnitud del robo, la duración del esquema y el hecho de que se realizara desde el interior del propio centro de distribución.

A falta de la determinación final de las indemnizaciones, el fallo del tribunal cierra por ahora uno de los episodios de sustracción interna más llamativos registrados en un centro de distribución de la cadena en la región de Flandes.

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