Un estudio revela que las altas temperaturas hacen que los estadounidenses tomen más bebidas azucaradas

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El aumento de las temperaturasEl aumento de las temperaturas en Estados Unidos impulsa el consumo de azúcar, especialmente en hogares vulnerables. (AP Foto/George Walker IV)

Un estudio científico identificó que el incremento de las temperaturas en Estados Unidos está asociado con un mayor consumo de productos azucarados, especialmente en hogares de bajos ingresos y nivel educativo bajo, desde 2004 hasta 2019. Publicado en septiembre de 2025 en la revista Nature Climate Change, el trabajo relaciona la variación de las condiciones climáticas y los patrones de compra alimentaria, con especial énfasis en el comportamiento de los grupos más vulnerables.

Según el informe difundido, los hallazgos indican un aumento marcado en la adquisición de bebidas azucaradas y postres congelados coincidente con subidas de temperatura, principalmente entre septiembre y los meses previos. Las estimaciones elaboradas por el equipo de investigadores sugieren que este fenómeno representa más de 45 millones de kilogramos (equivalente a 100 millones de libras) de azúcar adicional consumida al año respecto de 15 años atrás.

El análisis integró datos meteorológicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y registros de compras de cerca de 60,000 hogares, obtenidos entre 2004 y 2019, para examinar cómo las olas de calor y los cambios en las temperaturas promedio influyen en las elecciones dietéticas. Las autoridades sanitarias de Estados Unidos ya han advertido sobre el impacto del consumo excesivo de azúcares añadidos en enfermedades como diabetes tipo 2, obesidad y afecciones cardiovasculares, según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

La investigación, liderada por Pan He, docente de Cardiff University, y con la participación de expertos del University of Southampton, revela que la ingesta promedio de azúcar añadido aumenta con cada grado de temperatura desde los 12°C (54°F) hasta los 30°C (86°F). Entre octubre y abril, cuando las temperaturas permanecen elevadas en varios estados, el consumo de azúcar añadido se incrementa tanto en cantidad diaria como en volumen anual por habitante. AP News difundió que la variación del consumo por persona sube desde poco más de 2 gramos a temperaturas de 12°C (54°F) hasta superar los 15 gramos a 30°C (86°F).

Los incrementos más pronunciados fueron detectados en grupos tradicionalmente considerados vulnerables: hogares de menores ingresos, personas con menor nivel educativo, y trabajadores expuestos al aire libre. Según el estudio, dichas poblaciones presentan aumentos de consumo de azúcar añadido varias veces mayores que los observados en familias con mejor situación económica o académica.

Un estudio publicado en NatureUn estudio publicado en Nature Climate Change revela que el calor incrementa la compra de bebidas y postres azucarados. (AP Foto/Jeff Roberson, Archivo)

El equipo científico utilizó datos regionales de temperatura, humedad y viento en combinación con los registros de compra de miles de hogares estadounidenses, recopilados entre 2004 y 2019. Esta información permitió identificar una correlación sostenida entre olas de calor y la preferencia por bebidas azucaradas y postres preparados, sobre todo en los periodos de temperaturas máximas anuales. AP News citó a Duo Chan, científico climático y coautor del estudio, quien afirmó: “El cambio climático está influyendo en lo que las personas compran y consumen, lo que puede producir efectos negativos en la salud de ciertos segmentos de la población”.

De acuerdo con las predicciones del equipo, si continúan las tendencias actuales de calentamiento y no se modifican las pautas de consumo, la cantidad de azúcar añadido consumida por habitante podría ascender aún más a lo largo del siglo. El impacto se concentra en los grupos de mayores dificultades socioeconómicas, profundizando brechas sanitarias ya existentes.

El estudio publicado en Nature Climate Change resaltó que el comportamiento no es uniforme entre los distintos grupos sociales. Hombres, trabajadores a la intemperie y hogares encabezados por personas sin estudios universitarios experimentan mayores aumentos en el consumo de azúcar vinculado al calor, comparados con otras franjas sociales. Dentro del universo analizado, los hogares afroamericanos y latinos mostraron patrones distintos, con algunos incrementos menos pronunciados que entre la población general.

Courtney Howard, vicepresidenta de la Global Climate and Health Alliance y médica en emergencias, declaró a AP News: “Preocupa que el impacto sea mayor en hogares con ingresos bajos o menos escolaridad. Estos grupos ya parten de una situación de salud más complicada”.

Las diferencias por región del país también se reflejaron en el análisis. Estados ubicados en el sur o con menor acceso a agua potable y refrigeración doméstica registraron tasas superiores de adquisición de productos azucarados durante las olas de calor.

El consumo adicional de azúcarEl consumo adicional de azúcar vinculado al calor supera los 45 millones de kilogramos anuales en el país. (Daniel Jacobi II/Las Vegas Review-Journal via AP)
  • Cada grado extra sobre los 12°C (54°F) se asoció con un aumento de 0.4 gramos de azúcar añadido diario por persona.
  • En 15 años, el aumento total calculado por los autores equivale a 45 millones de kilogramos de azúcar adicional consumida en Estados Unidos.
  • Los refrescos y bebidas endulzadas representan la fuente principal de azúcar añadido en la dieta, según los CDC.
  • Las poblaciones más expuestas al fenómeno climático también enfrentan mayor prevalencia de enfermedades metabólicas, lo que agrava el riesgo público.

La publicación de estos resultados motivó nuevas llamadas a reforzar las estrategias de educación en salud y las campañas de prevención del consumo de azúcares. Pan He, autor principal, sostuvo en entrevista con Newsweek: “Resulta clave que la población conozca los riesgos asociados al consumo elevado de azúcar, especialmente ante un contexto donde las temperaturas no dejan de aumentar”. Además, la investigación destaca la importancia de adaptarse a los cambios nutricionales inducidos por el cambio climático, reforzando sistemas públicos y regulaciones para reducir la brecha sanitaria.

Los analistas consultados por AP News sostienen que el aumento en la demanda de productos azucarados podría afectar tanto la salud pública como las políticas agrícolas y comerciales en los próximos años, sobre todo si no se implementan medidas dirigidas a los sectores más vulnerables.

De cara a los próximos años, el estudio plantea la posibilidad de que los efectos del cambio climático sobre los hábitos de compra y consumo alimentario intensifiquen presiones sobre los sistemas sanitarios de Estados Unidos. Los expertos llaman a priorizar la vigilancia del fenómeno y ajustar las políticas de salud pública, con el fin de evitar que los impactos indirectos del calentamiento global agraven desigualdades persistentes.

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