
Un hombre de Wisconsin encontró los restos del Frank D. Barker, un barco que se hundió en 1887 y cuya historia se creía perdida en las aguas del Lago Michigan.
El descubrimiento fue realizado por Matt Olson, propietario de la empresa de turismo Door County Adventure Rafting, quien, mientras analizaba imágenes satelitales desde su casa, notó una extraña decoloración en las aguas poco profundas de Rowleys Bay, cerca del extremo norte de la península de Door County.
“No sabía que en ese momento acababa de toparme con un naufragio largamente perdido”, relató Olson a NBC News, recordando aquel atardecer de julio. La imagen resultó ser la pista inicial para identificar el naufragio del Frank D. Barker, sumergido a unos seis metros de profundidad.
Según Olson, “el fondo del casco sigue mayormente intacto, pero los laterales se abrieron y aplanaron, seguramente por 138 años de golpes de viento, olas y hielo”.
El hallazgo sensibilizó a los historiadores locales. Tamara Thomsen, arqueóloga marina de la Sociedad Histórica de Wisconsin, lideró las tareas de identificación. Durante varias semanas, Thomsen y su equipo revisaron archivos de prensa, documentos de seguros y registros portuarios en busca de coincidencias. Además, se realizaron inmersiones en el lugar para recabar características distintivas del barco.

Con la evidencia recopilada, los especialistas determinaron que se trataba efectivamente del Frank D. Barker, un navío de 42 metros de eslora construido en 1867 por el veterano astillero Simon G. Johnson en Clayton, Nueva York.
Este barco era un canaller, una embarcación diseñada para navegar los Grandes Lagos y cruzar por el Canal Welland, lo que permitía sortear las cataratas del Niágara y conectar los puertos de la región con el Atlántico.
Tamara Thomsen destacó el valor del descubrimiento: “lo realmente interesante de este naufragio es que la estructura está completa, repartida en el fondo como piezas de un rompecabezas que puedes imaginar ensambladas nuevamente”.
Durante su actividad, el Frank D. Barker transportó grano desde Milwaukee y Chicago hasta el lago Ontario. En su ruta de regreso, cargaba carbón desde el lago Erie hacia el Medio Oeste, apoyando la industria y la calefacción de hogares de la época.

En septiembre de 1887, el barco navegaba desde Manistee hasta Escanaba para recoger mineral de hierro cuando el mal tiempo y la niebla hicieron que el capitán y la tripulación perdieran el rumbo. La nave encalló en una formación rocosa de Spider Island.
Archivo históricos indican que hubo cinco intentos fallidos de rescate entre 1887 y 1888. Finalmente, el navío fue abandonado, con una pérdida calculada en 8.000 dólares, equivalentes a más de 250.000 dólares actuales, según la Sociedad Histórica de Wisconsin. “Decidieron que no podían sacarlo de donde quedó atrapado y finalmente lo abandonaron”, explicó Thomsen.
Door County es conocida por su historial de naufragios, con más de 250 naufragios documentados en sus aguas debido a las desafiantes condiciones para navegar. Sin embargo, cada nuevo hallazgo aporta elementos para reconstruir la historia marítima de la región. Este caso, en particular, emociona tanto a historiadores como a la comunidad local.
Para Matt Olson, el hallazgo tiene además un significado familiar: “pensar que mi hijo de seis años pudo por primera vez practicar snorkel sobre un naufragio y ser de las primeras personas en ver este barco después de más de 130 años, me resulta emocionante”.