Por un lado, el mandatario de Ucrania, Volodímir Zelenski, no para de ir en país en país en busca de apoyos políticos y recursos militares para hacer frente al asalto de los rusos que suma más de tres años, y por el otro el gobernante de Rusia, Vladimir Putin, prosigue su incursión militar sin lograr doblegar a los ucranianos, pero sí causando destrucción, muertes, heridos y desplazamientos.
En este contexto, que Europa no esperaba volver a vivir después de mil guerras, saltan voces y nuevas propuestas que Putin cuando menos no toma en cuenta.
Desde el inicio de su segundo mandato al frente de Estados Unidos, el presidente Donald Trump intenta hacer de mediador para solucionar la guerra entre Rusia y Ucrania.
Para ello, el mandatario estadounidense planteó la posibilidad de reanudar relaciones diplomáticas y eventualmente comerciales, así como la suspensión de ciertos armamentos a Ucrania, a cambio de un acuerdo de paz y se logró alguna tregua momentánea que apenas duró horas.
Cinco meses después, tras varios intentos de negociaciones y algunos desencuentros, Zelenski parece estar dispuesto a aceptar alguna desventaja a cambio de poner fin de la guerra. Pero la negativa de Putin obliga a Trump a retomar posiciones.
Durante la visita del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, Trump anunció su decisión de enviar más armas a Ucrania.
Minutos antes, el mandatario estadounidense mostró su decepción con el gobernante ruso: “Yo no diría que es un asesino, pero es un tipo duro. Ha engañado a mucha gente”.
Según Trump, la firma del alto el fuego estuvo a punto de materializarse, pero entonces Rusia bombardeó de nuevo en territorio ucraniano.
Trump, además, advirtió la aplicación de aranceles indirectos del 100 % a quien compre exportaciones de Rusia si el conflicto no se para en 50 días. Eso significa que países como China e India, que son los principales compradores de petróleo ruso, tendrían que pagar mucho más.
Detalles
Trump y Rutte anunciaron que países miembros de la OTAN acordaron comprar armas estadounidenses en nombre de Ucrania. Si bien el acuerdo aún no está claro, Rutte afirmó que Ucrania podrá recibir cantidades masivas de equipo militar, incluyendo municiones y misiles.
Los aliados europeos, según informa la prensa internacional, también podrán enviar equipos de sus propias reservas a Ucrania, sabiendo que podrán reabastecerlas.
Desde que Trump asumió el cargo, muchos en Ucrania y en las capitales europeas han pensado que este podría ser el mejor escenario para Ucrania, dado el claro cuestionamiento en Estados Unidos de las donaciones de Washington que, acorde con los datos del Concejo de Relaciones exteriores, supera los 128.000 millones de dólares.
Por otra parte, “este cambio enviaría un mensaje muy diferente a Putin, que ha creído por meses que el respaldo militar estadounidense a Ucrania se ha estado disolviendo bajo el gobierno de Trump”, comentó a DIARIO LAS AMÉRICAS el profesor emérito de Derecho de la Universidad de Lleida, en Cataluña, España, Ferran Espaser.
No obstante, esta nueva situación ha animado a Putin a intensificar sus ataques en Ucrania y no se sabe aún si se trata de una estrategia para cambiar la percepción de Putin.
Hay más detalles que importan. Los sistemas de defensa antimisiles Patriot que Trump autorizó enviar son importantes, dado el enorme aumento de los ataques aéreos de Rusia. Pero ahora falta por saber qué otras armas Ucrania recibirá.
Reacciones
Atrás, al menos por ahora, quedó la célebre frase “yo termino esta guerra en 24 horas” y los va y viene de la política exterior estadounidense. Ni Moscú está interesado en acabar la guerra ni Washington puede terminarla de la noche a la mañana.
“Una cosa es lo que alguien desea o cree puede obtener, aunque verdaderamente no lo crea, y otra es lo que la otra parte está dispuesta a hacer o no”, señaló el profesor emérito español.
“Putin tiene entre ceja y ceja a Ucrania. Si no la ha ocupado totalmente ha sido porque no ha podido, y eso ha sido posible a la asistencia militar que ha recibido de Estados Unidos y Europa”, apuntó.
Putin parece haber tomado con calma el cambio de posición de Trump.
Dimitri Medvédev, que fue presidente de Rusia entre 2008 y 2012 y varias veces primer ministro de Putin, declaró que la nueva posición de Estados Unidos es un “ultimátum teatral” que a Moscú no le preocupa.
“Trump lanzó un ultimátum teatral al Kremlin”, escribió Medvédev en la red social X.
“El mundo se estremeció, esperando las consecuencias. La beligerante Europa se sintió decepcionada. A Rusia no le importó”, añadió.
Peligros
Que Rusia no de su brazo a torcer y que la nueva ayuda militar tampoco sea suficiente para sacar al invasor son asuntos que preocupan en Occidente.
Nadie quiere un enfrentamiento militar entre Rusia y la OTAN, hay muchas armas atómicas por medio que acabarían con la existencia de unos y otros.
“La escalada de la guerra es posible. Lo que no sabemos es cuánto Estados Unidos, Europa y la OTAN están dispuestos a permitir”, destacó el profesor Espaser.
Tampoco sabemos cuánto los críticos de la ayuda a Ucrania en Estados Unidos están dispuestos a permitir, después de meses de análisis y reproches por los miles de millones de dólares empleados.
“No olvidemos que Trump es, ante todo, un hombre de negocios y siempre mira más allá de lo que le dejan ver”, reclamó.
Una de cal y otra arena, la táctica de sonreír y tener la mano lista para dar una bofetada, parece ser la estrategia.