
Ucrania anunció este jueves que identificó el cuerpo de la periodista Viktoria Roshchyna, que murió en cautiverio ruso, y un examen médico forense reveló signos de tortura y malos tratos.
Viktoria Roshchyna murió en septiembre, a los 27 años, tras pasar meses en cautiverio.
El Ministerio de Defensa ruso no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios de la agencia de noticias Reuters.
La periodista, cuyos informes brindaron una visión de la vida bajo la ocupación rusa al comienzo de la invasión de Moscú, desapareció en agosto de 2023 durante un viaje de reportajes al este de Ucrania controlado por Rusia.
El cuerpo de la periodista fue descubierto entre los restos que Rusia entregó a Ucrania en febrero, dijo el jueves la oficina del fiscal general de Ucrania.
“Se encontró una placa con el apellido Roshchyna en uno de ellos”, declaró, que agregó que las pruebas de ADN mostraron que la probabilidad de que el cuerpo perteneciera a Roshchyna era superior al 99%, y se están realizando pruebas adicionales con la ayuda de especialistas franceses.

La familia de Roshchyna se enteró de su fallecimiento el año pasado a través de una carta del Ministerio de Defensa ruso, informó Reuters citando a la organización activista Reporteros Sin Fronteras. Añadió que había fallecido el 19 de septiembre.
Los expertos forenses ucranianos no pudieron determinar la causa de la muerte, pero encontraron signos de heridas y posible tortura, dijo el jueves Yurii Bielousov, jefe del departamento de crímenes de guerra del Fiscal General de Ucrania.
“Según los resultados del examen médico forense, se encontraron numerosos signos de tortura y malos tratos en el cuerpo de la víctima, en particular abrasiones y hemorragias en varias partes del cuerpo, y una costilla rota”, declaró en un video publicado por el medio ucraniano Ukrainska Pravda.

Los abusos perpetrados sobre los prisioneros de guerra y civiles detenidos por Rusia constituyen crímenes de guerra y contra la humanidad, según un informe de la ONG Amnistía Internacional que denuncia casos de tortura, detención prolongada en régimen de incomunicación, desaparición forzada y otras situaciones de malos tratos.
La organización entrevistó el año pasado a 104 personas, entre las que hay prisioneros y familiares para elaborar el estudio ‘Un silencio ensordecedor: ucranianos en cautiverio ruso, recluidos en régimen de incomunicación, víctimas de desaparición forzada y sometidos a tortura’, en el que se constata una tónica general de falta de transparencia e impunidad.
La secretaria general de Amnistía, Agnès Callamard, ha advertido de lo que considera “una política deliberada” por parte de Rusia para “deshumanizar a estas personas y silenciarlas”, a lo que se sumaría la “angustia” de los familiares que esperan noticias.
Callamard ha exhortado a la comunidad internacional a utilizar “toda su influencia y las herramientas de las que dispone”, incluida la jurisdicción universal, para que Rusia ponga fin a estos crímenes “horrendos” y rinda cuentas.
(Con información de EP y Reuters)