
Este miércoles, el Estado Mayor de Ucrania confirmó haber llevado a cabo una serie de ataques dirigidos contra objetivos estratégicos en las inmediaciones de Moscú, alcanzando instalaciones vinculadas a la producción de drones, misiles y componentes microelectrónicos.
Según el comunicado oficial, uno de los blancos fue una planta de la empresa Kronstadt, ubicada en la localidad de Dubna. Esta fábrica se especializa en la producción de drones de distintos tipos, así como en sistemas de control terrestre.
En la misma zona, también resultó impactada la planta Raduga —cuyo nombre significa “arcoíris” en ruso—, que fabrica misiles de crucero como los Kh-101, Kh-555, Kh-69 y Kh-59MK, armamento utilizado habitualmente por las fuerzas rusas en sus ataques sobre territorio ucraniano.
Durante la noche, Ucrania también atacó la planta Anstrem, dedicada a la producción de componentes microelectrónicos con aplicación en el sector militar ruso. Esta instalación también se encuentra en la región de Moscú.

Además, se informó del ataque exitoso contra la planta química Dmitrovski, situada en la región de Ivanovo. Esta fábrica produce sustancias químicas empleadas en la fabricación de pólvora, aditivos para misiles y combustibles para aviación.
Por su parte, las autoridades rusas reportaron que sus sistemas de defensa antiaérea derribaron 296 drones ucranianos de ala fija durante la noche, en ataques que se extendieron por trece regiones del país. Según el gobernador de Moscú, Andréi Boroviov, al menos 42 de estos drones fueron neutralizados en las proximidades de la capital.
En los últimos días, Ucrania ha intensificado sus ataques contra infraestructuras clave del complejo militar-industrial ruso, en un aparente intento por debilitar su capacidad ofensiva.
Esto ocurre apenas dos días después de que Rusia lanzara el mayor ataque con drones desde el inicio de la guerra, hace más de tres años. Durante la noche del domingo, Moscú desplegó 355 drones contra territorio ucraniano. Posteriormente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó al mandatario ruso, Vladímir Putin, de “loco” por intensificar los bombardeos.

Tras las duras críticas vertidas por Trump, Rusia propuso este miércoles a Ucrania celebrar una segunda ronda de negociaciones para abordar el conflicto y discutir un posible alto el fuego, sugiriendo como fecha el próximo 2 de junio y como sede la ciudad de Estambul.
“Confiamos en que todos aquellos que están sinceramente interesados y no de palabra en el éxito del proceso de paz —que arrancó el pasado 16 de mayo en la ciudad turca— respalden la celebración de la nueva ronda de negociaciones directas ruso-ucranianas en Estambul”, dijo Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, en una declaración.
Mientras tanto, Ucrania dijo que seguirá negociando con Rusia si Putin presenta por adelantado sus condiciones para lograr la paz. “Reafirmamos la disposición de Ucrania a un alto el fuego total e incondicional y a un compromiso diplomático continuado. No nos oponemos a nuevas reuniones con los rusos y estamos esperando su ‘memorándum’, para que la reunión no sea vacía y podamos acercarnos realmente al fin de la guerra”, declaró el ministro ucraniano de Defensa, Rustem Umerov, en X.
En medio de una escalada militar sin precedentes y una retórica cada vez más aguda entre potencias, las señales de posible diálogo ofrecen un leve respiro en un conflicto marcado por la destrucción sostenida y la falta de avances concretos hacia la paz. La propuesta rusa de reanudar negociaciones y la disposición ucraniana a considerar una salida diplomática reflejan un delicado equilibrio entre la presión militar y la búsqueda de una solución política.
(Con información de EFE)