El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elogió el lunes un acuerdo "muy bueno" para poner fin al cierre gubernamental más largo de la historia del país, después de que varios senadores demócratas rompieran filas para unirse a los republicanos.
"Vamos a reabrir nuestro país rápidamente", dijo Trump a periodistas en la Oficina Oval, en alusión a la reapertura de servicios públicos federales que dejaron de funcionar debido a la parálisis presupuestaria creada por los demócratas.
Trump anunció la firma del acuerdo cuanto antes y lo elogió como "muy bueno", cuando se le preguntó si se adheriría a los términos del pacto que incluyen la reincorporación de los trabajadores federales despedidos durante el cierre o "shutdown".
Después de más de 40 días de cierre de servicios públicos federales, un récord, los republicanos y la Casa Blanca vislumbran la solución definitiva lo antes posible al bloqueo presupuestario llevado a cabo por los demócratas, cuya mayoría se ha inclinado al radicalismo.
El extremismo se apodera del Partido Demócrata
De hecho, los demócratas que votaron con los republicanos para reabrir el gobierno ya enfrentan las críticas de este partido, inclinado a una agenda de extrema izquierda o socialista.
Desde el 1ro de octubre más de un millón de trabajadores federales se han visto afectados por la parálisis de los demócratas
La presión sobre los legisladores aumentó en los últimos días por la cancelación de miles de vuelos, a sólo dos semanas del día de Acción de Gracias o "Thanksgiving".
Tras superar un importante obstáculo de procedimiento el domingo por la noche, se prevé que el Senado apruebe un proyecto de presupuesto a última hora del lunes o durante la madrugada. Ya sólo se necesitan 50 votos y no los 60 por los que se cerró el gobierno.
Este texto tendrá que pasar por la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, previsiblemente el miércoles.
"Vamos a reabrir nuestro país muy rápidamente", dijo Trump a periodistas en la Oficina Oval, en alusión a la reapertura de servicios públicos federales que dejaron de funcionar debido a la parálisis presupuestaria.
"Parece que nuestra larga pesadilla nacional está llegando a su fin, y estamos agradecidos por ello", declaró de su lado el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, el lunes por la mañana.
Presupuesto hasta finales de enero
"Al menos algunos demócratas parecen dispuestos a hacer lo que los republicanos, el presidente Trump y millones de estadounidenses trabajadores les han estado pidiendo que hagan durante semanas", añadió.
Como parte de la disputa se encuentra la prórroga de los subsidios al seguro médico Obamacare que cada vez resulta más costosa para los estadounidenses y más enriquecedoras para las grandes aseguradoras. Esos subsidios expiran a finales de año.
Los republicanos insisten en negociar ese punto después de aprobar el presupuesto.
El acuerdo alcanzado el domingo prevé un presupuesto hasta finales de enero y la readmisión de funcionarios despedidos por el gobierno durante el cierre.
El proyecto también contempla la financiación para todo el año fiscal de programas de ayuda, como el SNAP, del que se benefician más de 42 millones de estadounidenses con bajos ingresos para la compra de alimentos.
"Después de 40 días de incertidumbre, me complace profundamente poder anunciar que los programas de nutrición, nuestros veteranos y otras prioridades fundamentales contarán con financiación para todo el año", declaró el domingo por la noche el líder de la mayoría del Senado, John Thune.
Los demócratas moderados contra una mayoría extremista
La senadora Jeanne Shaheen, una de las ocho demócratas que se apartó de las órdenes del Partido, dijo que el Senado "dio un gran paso adelante para proteger la asistencia sanitaria de decenas de millones de estadounidenses".
Según Shaheen, este acuerdo permitirá a los demócratas el poder de convocar una votación en el Congreso sobre las ayudas a la salud.
La decisión ha enfurecido a buena parte del Partido Demócrata, con su agenda radical.
"Patético", escribió el gobernador de California, Gavin Newsom, en X, en respuesta al acuerdo anunciado.
El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, quien defiende su puesto en el Senado y bajo la presión de la ultraizquierda votó en contra de reabrir el gobierno.
Algunos congresistas criticaron al propio Schumer por no haber logrado mantener la "cohesión" en su filas, pero es mejor decir el chantaje político sin sentido común.
"Esta noche es otro ejemplo de por qué necesitamos un nuevo liderazgo", afirmó el domingo el representante de Massachusetts Seth Moulton; es decir, lo que piden es más extremismo de izquierda y "progresismo" (socialismo).
FUENTE: Con información de AFP.
hace 2 semanas
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