
Algunas plantas de interior crecen sin tierra, solo en agua, lo que facilita su mantenimiento y evita la suciedad. Esta modalidad permite disfrutar de un espacio verde en casa con cuidados básicos, ideales para quienes buscan opciones sencillas y decorativas.
No todas las especies se adaptan a este método, pero existen variedades cuyas raíces pueden permanecer sumergidas y prosperan en estas condiciones.
La ventaja de las plantas en recipientes de agua es que son fáciles de mantener, se minimiza el riesgo de plagas y facilita la limpieza, por lo que resulta conveniente para espacios pequeños o interiores. Las plantas cultivadas en agua suelen encontrarse con facilidad en viveros y su presencia no recarga los ambientes, ya que aporta frescura y calidez. Además, muchas de estas especies ofrecen opciones con y sin flor, y suman matices de color que realzan cualquier espacio. Gracias a su resistencia y durabilidad, son en aliadas para dar un toque especial a cada rincón del hogar.
A continuación, tres especies populares que prosperan en agua y se adaptan bien a interiores.

El potus es una de las plantas de interior más resistentes y apreciadas. Admite esquejes sumergidos en frascos o vasos de vidrio llenos de agua limpia. Sus hojas pueden ser verdes, jaspeadas o con toques amarillos.
Precisa luz indirecta para crecer con vigor, aunque sobrevive en zonas menos iluminadas. Solo requiere renovar el agua cada semana y limpiar el recipiente para evitar algas.

El bambú de la suerte destaca por su aspecto decorativo y su facilidad de cuidado. Crece en macetas o frascos transparentes, donde se puede observar el desarrollo de sus raíces.
Esta planta prefiere ambientes con luz moderada o débil y no tolera la luz solar directa. Es importante reponer el agua con frecuencia para mantener las raíces saludables.

También conocido como cuna de Moisés, el espatifilo vive bien en agua y puede florecer en estas condiciones. Sus hojas verdes y flores blancas aportan un toque decorativo a diferentes ambientes del hogar, como baños o cocinas.
Solo necesita luz indirecta, agua limpia y un recipiente transparente. Para favorecer el crecimiento, se recomienda cambiar el agua cada 10 días.
El proceso de cultivo en agua es simple: basta con colocar la planta en un recipiente transparente que permita observar el desarrollo de las raíces y verificar su estado. Hay especies que solo necesitan agua, mientras que otras pueden beneficiarse de la presencia de elementos como grava o bolitas de arcilla para un mejor soporte.
Recomendaciones para el cultivo: usar agua filtrada o dejarla reposar antes de cambiarla para reducir el cloro. Mantener los recipientes limpios y ubicarlos en lugares con buena luz, sin exposición directa al sol. Podar las raíces si crecen demasiado o considerar el traslado a tierra si las plantas desarrollan un sistema radicular abundante.
Cultivar estas plantas en agua permite disfrutarlas sin complicaciones y agregar un toque natural a cualquier ambiente.