Probablemente, sea la nave más famosa de todos los tiempos. Más de un siglo después del trágico hundimiento del Titanic en 1912, el legendario transatlántico renace en una versión moderna y deslumbrante.
El proyecto, bautizado como Titanic II, está financiado por el empresario australiano Clive Palmer, a través de su compañía Blue Star Line, y promete ofrecer una experiencia de lujo que combine historia, nostalgia y tecnología de vanguardia.
Un sueño multimillonario hecho realidad
Según información divulgada por Forbes, el magnate Clive Palmer, conocido por su estilo excéntrico y por sus ambiciosos proyectos, como un parque con dinosaurios animatrónicos en Queensland, ha anunciado su tercer intento en una década por devolver al mar al Titanic.
Tras intentos fallidos en 2012 y 2018 por problemas financieros, el empresario asegura que esta vez el barco sí zarpará. El viaje inaugural del Titanic II está programado para junio de 2027, y marcará un hito tanto para la ingeniería naval como para la industria del turismo de lujo.
Palmer, quien ha comparado su visión empresarial con la de Donald Trump, recuperó su fortuna después de atravesar disputas legales con el gobierno australiano. Ahora, está decidido a completar uno de los proyectos más ambiciosos del siglo XXI.
Una inversión de hasta $1,000 millones de dólares
El Titanic II representa una inversión estimada entre $500 millones y $1,000 millones de dólares, financiada principalmente por Palmer y su empresa Blue Star Line. Aunque los precios de los boletos no se han publicado oficialmente, se espera que los pasajes de primera clase superen los $200,000, mientras que las cabinas estándar tendrán un costo más accesible, pero aún elevado, dada la exclusividad del viaje.
El proyecto busca atraer a una élite internacional dispuesta a revivir el glamour de la Belle Époque, con una travesía que reproducirá el itinerario original del Titanic: de Southampton (Inglaterra) a Nueva York, con escalas en Cherburgo (Francia) y Cobh (Irlanda).
Lujo histórico con tecnología moderna
Cada detalle del Titanic II ha sido diseñado para honrar la estética del barco original, combinando lujo clásico con innovación tecnológica. Con 269 metros de eslora y 32 metros de manga, el nuevo transatlántico contará con 9 cubiertas, 835 camarotes y capacidad para 2,435 pasajeros y unos 900 tripulantes.
Entre sus espacios más impresionantes destacan un salón de baile de triple altura, casino, piscinas, restaurantes temáticos y un gimnasio de última generación. Los interiores reproducen con fidelidad los grandes íconos del Titanic original: la escalera imperial, los comedores de primera clase y los salones de tertulia, todo ambientado en la opulencia de comienzos del siglo XX.
Además, los pasajeros podrán disfrutar de recreaciones de los menús históricos, eventos culturales, cenas de gala y espectáculos al estilo de la Belle Époque. Todo el ambiente está pensado para ofrecer “un viaje en el tiempo sin igual”, según las declaraciones del propio Palmer.
Seguridad y sostenibilidad ante todo
A diferencia del barco original, el Titanic II contará con los más altos estándares de seguridad y sostenibilidad. Su sistema de propulsión diésel-eléctrico sustituye al carbón utilizado en 1912, reduciendo el impacto ambiental y mejorando la eficiencia energética.
La nave incluirá radares, GPS, comunicaciones satelitales y un diseño estructural reforzado para resistir condiciones adversas. Además, dispondrá de botes salvavidas suficientes para todos los pasajeros y tripulantes, rutas de evacuación claramente señalizadas y simulacros obligatorios, aprendiendo de los errores del pasado.
“Será el barco del amor y lo último en estilo y lujo”, declaró Palmer a la cadena australiana Channel 9. “Queremos que los pasajeros sientan la grandeza del Titanic original, pero con la seguridad del siglo XXI”.
Un homenaje al mito y a la historia
El Titanic II no solo es un crucero de lujo, sino también un tributo al transatlántico más legendario de la historia. Su viaje inaugural repetirá la ruta que el barco original nunca completó, rindiendo homenaje a las más de 1,500 víctimas del naufragio de 1912.
El mito del Titanic se ha mantenido vivo durante más de un siglo, alimentado por libros, canciones y, sobre todo, por la icónica película de James Cameron (1997), protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet.
Más que un simple crucero, el Titanic II busca ofrecer una experiencia emocional, histórica y sensorial, donde cada pasajero pueda sentirse parte de una leyenda que marcó el siglo XX.
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