Por El Diario
01 Nov 2025, 19:44 PM EDT
La reelección de la presidenta de Tanzania, Samia Suluhu Hassan, con un presunto 97,66% de los votos, ha quedado empañada por una ola de violencia postelectoral que, según la oposición, ha dejado más de 700 muertos en distintas ciudades del país.
De acuerdo con fuentes sanitarias citadas por EFE, el número oficial de fallecidos se estima en 150 por la represión policial de las protestas desatadas tras los comicios del miércoles, mientras que el Partido de la Democracia y el Progreso eleva la cifra a más de 700 víctimas mortales, una cifra que no ha podido ser verificada de forma independiente.
Ciudadanos protestan en Tanzania contra los resultados electorales. Foto: APLas manifestaciones comenzaron el mismo día de las elecciones en Dar es Salam, Arusha y Mbeya, impulsadas por acusaciones de fraude y la exclusión de líderes opositores importantes, entre ellos Tundu Lissu, encarcelado por traición, y Luhaga Mpina, cuya candidatura fue rechazada por las autoridades.
El clima de tensión ha generado preocupación internacional. Los ministros de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Canadá y Noruega instaron al gobierno tanzano a actuar con “máxima moderación” y a respetar los derechos de reunión y expresión.
“Existen informes creíbles sobre un gran número de fallecidos y heridos graves”, advirtieron en un comunicado conjunto difundido por la Embajada británica en Dar es Salam.
El secretario general de la ONU, António Guterres, también expresó su inquietud ante los reportes de muertes y heridos. En un mensaje publicado en la red X, llamó al “diálogo inclusivo y al rechazo de la violencia” para evitar una mayor escalada de la crisis.
La Comisión Electoral Nacional Independiente proclamó este sábado a Hassan como ganadora oficial y aseguró que el proceso se desarrolló con normalidad pese a los disturbios. Sin embargo, organizaciones civiles y opositores denuncian que los comicios fueron “una farsa electoral” marcada por intimidación, censura y represión.
Samia Suluhu Hassan, de 65 años, se convirtió en la primera mujer presidenta de Tanzania tras asumir el poder en 2021 por la muerte del entonces mandatario John Magufuli. Aunque en un inicio fue vista como una figura reformista, sus críticos aseguran que en los últimos meses ha endurecido su postura frente a la disidencia y ha permitido abusos contra opositores y periodistas.
Los disturbios persisten en varias zonas, y organizaciones internacionales temen que Tanzania —considerada durante décadas un bastión de estabilidad en África Oriental— enfrente ahora una de sus crisis políticas y humanitarias más graves de los últimos años.
Sigue leyendo:
• Israel aseguró que se restableció el alto el fuego tras ataque que dejó 100 muertos en Gaza
• Aumenta a 132 la cifra de muertos tras operativo policial en las favelas de Río de Janeiro
• Rusia probó un dron submarino con capacidad nuclear al que nombraron Poseidón
hace 19 horas
3







English (US) ·
Spanish (ES) ·