“Stranger Things” y las teorías conspirativas que inspiraron su creación

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El éxito de "Stranger Thing"El éxito de "Stranger Thing" está vinculado a teorías conspirativas que calaron hondo en la cultura popular (Netflix)

Stranger Things, la exitosa serie original de Netflix creada por Matt y Ross Duffer, logró obtener un lugar destacado dentro de la cultura popular contemporánea desde su estreno en 2016.

Además de provocar una ola de nostalgia por los años 80, la producción se inspira en una profunda tradición de teorías conspirativas estadounidenses.

La intersección entre la ciencia ficción y las leyendas urbanas fue clave para captar la atención del público global y establecer la singularidad narrativa de la historia ambientada en el pueblo ficticio de Hawkins, Indiana.

En su concepción inicial, los hermanos Duffer se sintieron motivados por relatos sobre experimentos secretos gubernamentales que circularon en Estados Unidos durante la Guerra Fría.

Antes de llamarse “Stranger Things”, el proyecto tenía el título provisional de Montauk, una referencia directa a la teoría de la conspiración conocida como el “Proyecto Montauk”.

El Proyecto Montauk sostiene queEl Proyecto Montauk sostiene que militares estadounidenses realizaron experimentos de control mental y viajes en el tiempo en una base secreta de Nueva York (Captura de pantalla)

Esta teoría conspirativa aparece por primera vez en la década de 1980 después de que Preston Nichols y Al Bielek afirmaran haber recuperado recuerdos reprimidos de su infancia en relación con experimentos secretos realizados en la base militar conocida como Camp Hero o Montauk Air Force Station, situada en Long Island, Nueva York.

Los supuestos ensayos, que se habrían extendido entre 1982 y 1987, tenían el objetivo de desarrollar técnicas de guerra psicológica y abarcarían investigaciones tan diversas como el control mental, los viajes en el tiempo y la implantación de habilidades psíquicas.

Los autores publicaron varios libros sobre el tema, pero desde el inicio invitaron a la especulación. En un prólogo, escribieron: “Ya sea que leas esto como ciencia ficción o no ficción, estás ante una historia sorprendente”.

Las narraciones constituyeron el fundamento para la creación de la serie, que en su formato original buscaba representar los experimentos de Montauk desde el punto de vista de los propios científicos y las víctimas, utilizando un formato casi documental.

Relatos sobre abducciones y alteraciónRelatos sobre abducciones y alteración de recuerdos alimentaron durante décadas la leyenda del Proyecto Montauk y su influencia en la ficción contemporánea (Captura de pantalla)

Stewart Swerdlow, otro individuo que afirmó haber sido víctima de estos experimentos, aseguró al diario The Sun que fue abducido en 1970 cuando tenía 13 años.

Según narró, “utilizaban vagabundos, niños en hogares de acogida y adictos, pero luego eligieron personas con ciertos antecedentes genéticos para experimentos más avanzados”.

Y agregó: “Con estos niños alteraban sus recuerdos y su genética, de modo que no siempre recordaban lo sucedido; aparecía en forma de pesadillas o flashbacks. Pero en mi caso no pudieron borrar mi memoria. Me convertí en una anomalía para ellos”.

Asimismo, Swerdlow relató haber sido testigo de todo tipo de abusos físicos contra otros niños durante el supuesto proyecto.

La leyenda del Proyecto Montauk se extendió rápidamente y llevó a que la instalación militar fuera apodada el “Area 51 de la costa Este”. Hoy, partes de Camp Hero funcionan como un parque estatal, pero algunas áreas siguen restringidas.

Algunas zonas de la antiguaAlgunas zonas de la antigua base de Montauk permanecen restringidas al público, lo que continúa alimentando rumores y teorías sobre actividades secretas en ese lugar (Captura de pantalla)

Según recogió The Guardian, los creadores de Stranger Things reconocen públicamente la influencia de estas teorías en el desarrollo original de la serie.

Nos obsesionamos con la conspiración después de toparnos con ella siendo adolescentes”, declararon los Duffer Brothers al presentar el concepto de la serie.

El producto final, Stranger Things, toma elementos centrales de esas especulaciones y los traslada a un relato de ciencia ficción centrado en los experimentos del Laboratorio Nacional Hawkins y el mundo alternativo, conocido como el Upside Down.

La narrativa utiliza el personaje de Eleven (interpretada por Millie Bobby Brown), una niña sometida a experimentos de control mental por parte del gobierno estadounidense, como reflejo directo de sujetos descritos en los relatos de Montauk y en otro proyecto real, MKUltra.

La serie no solo se inspira en legendarias conspiraciones, sino que incorpora hechos documentados como los experimentos llevados a cabo por la CIA en el marco de MKUltra, entre los años 50 y 70.

Una comisión del Senado en 1977 reconoció que ciudadanos estadounidenses fueron drogados sin su consentimiento en intentos de desarrollar un “suero de la verdad” y técnicas de manipulación del comportamiento.

“Stranger Things evolucionó a partir de una historia paranormal sobre un niño desaparecido cuando empezamos a hablar sobre los misteriosos experimentos gubernamentales que estaban ocurriendo al final de la Guerra Fría, justo cuando proyectos como MKUltra estaban finalizando”, explicó Matt Duffer.

La serie aborda temas comoLa serie aborda temas como MKUltra, un programa real de la CIA que realizó experimentos con drogas y manipulación mental sobre ciudadanos estadounidenses (Archivo/The Washington Post)

Stranger Things también explora cómo nacen los experimentos secretos y se alimentan las teorías conspirativas en la propia sociedad.

La serie convierte la paranoia en parte de la experiencia cotidiana: personajes como Murray Bauman, un periodista convertido en investigador obsesivo, y Nancy Wheeler, que busca demostrar una supuesta conspiración interna en el periódico local, ponen énfasis en la propensión social estadounidense a recurrir a narrativas alternativas en contextos de incertidumbre o pérdida.

La tercera temporada, por ejemplo, introduce líneas argumentales directamente ligadas a la paranoia de la Guerra Fría.

Desde la interceptación de una transmisión secreta en ruso hasta la sospecha ciudadana sobre los sucesos ligados al Upside Down, los habitantes de Hawkins encuentran sentido a lo inexplicable a través del filtro de las conspiraciones.

Además, la serie muestra cómo hechos aislados despiertan la imaginación conspirativa: magnetos que dejan de funcionar, ratas con comportamientos extraños, desapariciones que algunos atribuyen inmediatamente a fuerzas ocultas.

En Hawkins, se da importanciaEn Hawkins, se da importancia a la búsqueda de la verdad frente a instituciones opacas y encubrimientos sistemáticos (Netflix)

The Conversation aborda cómo la narrativa recrea la manera en que las teorías conspirativas enrarecen el ambiente durante crisis sociales reales.

La figura de Jason Carver en la cuarta temporada, capitán del equipo de baloncesto, simboliza la búsqueda ansiosa de respuestas cuando ni la policía ni los medios pueden explicar sucesos violentos.

Convencido de que el club Hellfire, dedicado a jugar “Dungeons and Dragons”, está ligado a prácticas satánicas, moviliza al pueblo en una auténtica caza de brujas.

El desarrollo del personaje ejemplifica la tendencia a conectar dosis mínimas de realidad con creencias personales y fabricar explicaciones alternativas que, pese a no ser ciertas y carecen de fundamento, ganan fuerza en comunidades dispuestas a actuar basadas en la sospecha y el miedo.

Además de incorporar estas conspiraciones, Stranger Things hace uso de una iconografía popular estadounidense vinculada tanto a la inocencia como a la desconfianza.

Es importante observar cómo se reafirma este entorno de alarma y desconfianza hacia instituciones gubernamentales mediante la evocación estilística de películas como Amanecer rojo y Terminator, la recreación de la vida suburbana y la presencia constante de productos comerciales emblemáticos de los años 80.

The Atlantic enfatiza que la serie construye su historia bajo la premisa de que varias formas de pensamiento delirante serían ciertas: los experimentos gubernamentales poco éticos, la existencia de criaturas monstruosas y la manipulación de la realidad por parte de poderes externos que, cuando salen a la luz, producen encubrimientos sistemáticos por parte del Estado.

La presencia de agentes soviéticosLa presencia de agentes soviéticos en "Stranger Things" refuerza la atmósfera de paranoia típica de la Guerra Fría en Estados Unidos (Netflix)

La incorporación de referencias a discursos conspirativos sobre el asesinato de John F. Kennedy o la irrupción de agentes soviéticos en la estructura del gobierno estadounidense acrecienta esa visión.

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