
El noveno vuelo de prueba de la nave Starship de SpaceX, realizado el 27 de mayo desde las instalaciones de la compañía en Texas, terminó en fracaso tras una serie de problemas técnicos que incluyeron la pérdida del propulsor y el mal funcionamiento de la compuerta de carga útil.
Según informó Fox News, el objetivo principal de la misión era desplegar ocho satélites simuladores Starlink y evaluar el sistema de reentrada del vehículo, que había sido modificado con la retirada de 100 placas de protección térmica.
Sin embargo, una fuga en el sistema de combustible provocó que la nave comenzara a girar sin control, lo que imposibilitó la prueba del escudo térmico.
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