La compañía SpaceX, propiedad del multimillonario Elon Musk, canceló el domingo el vuelo de prueba de su megacohete Starship, el último revés para el vehículo de lanzamiento tras recientes intentos que terminaron en explosiones.
Con 123 metros de altura, el Starship es el vehículo de lanzamiento más grande y poderoso construido hasta ahora. Tiene como objetivo permitir que estadounidenses regresen a la Luna y es clave para cumplir el sueño de Musk de colonizar Marte.
El cohete estaba programado para despegar desde el sur de Texas a las 18:30 (hora local). Sin embargo, aproximadamente 15 minutos antes del lanzamiento, SpaceX anunció que la misión quedaba suspendida.
“Se descarta el décimo vuelo de Starship de hoy para dar tiempo a solucionar un problema con los sistemas en tierra”, informó la compañía en su cuenta de X.
En lo que va de 2025, Starship realizó tres lanzamientos de prueba desde Boca Chica (Texas): dos terminaron en explosión prematura y el tercero perdió el control al reingresar en la atmósfera, sin desplegar sus satélites de prueba. Estos fracasos reforzaron el escepticismo sobre la viabilidad del proyecto.
La cultura de SpaceX expone públicamente los vuelos de prueba fallidos como parte de su proceso de aprendizaje, y las transmisiones en directo de estos eventos forman parte de la estrategia de la empresa a favor de la transparencia y la resiliencia.
No obstante, la alta visibilidad de los errores afecta la percepción pública, según advirtió Carissa Christensen, directora de BryceTech. Además, esta sucesión de fallos evidencia los riesgos de modificar de forma acelerada cohetes cuyo coste de fabricación supera los cientos de millones de dólares.
Todd Harrison, investigador principal del American Enterprise Institute, alertó sobre los peligros de cambiar muchos aspectos del diseño simultáneamente: “Cuando se cambian muchos aspectos del diseño a la vez, todos esos efectos dominó se acumulan. Y es cada vez más probable que no se detecten los problemas y que se produzca un fallo catastrófico durante un vuelo de prueba”, declaró a Bloomberg.
El cohete, no tripulado, tenía como objetivo testear la parte superior en vuelo alrededor de la Tierra, mientras que los propulsores de la parte inferior caerían en el océano Índico.
Musk defendió el desarrollo de Starship como el primer cohete orbital totalmente reutilizable, más económico que cualquier competidor y la base de su visión de llevar humanos a Marte.

No obstante, las previsiones iniciales de vuelos tripulados en 2023 y alunizaje este año no se cumplieron. “Es realmente uno de los retos de ingeniería más difíciles que existen”, afirmó en un evento para propietarios de Tesla en julio.
Aunque SpaceX no anunció una nueva fecha de lanzamiento, el portal de la compañía muestra una cuenta regresiva que indica que un intento podría realizarse el lunes. De acuerdo con el cierre de carreteras previsto en los alrededores de Starbase, el décimo vuelo aún podría efectuarse lunes o martes.
Repetidas explosiones recientes, que arrojaron escombros sobre el Caribe e interrumpieron vuelos, han aumentado la presión sobre la compañía para realizar una prueba sin contratiempos.
(Con información de AFP)