
Las autoridades ucranianas han confirmado este miércoles contactos con sus homólogas de Beijing sobre los dos ciudadanos chinos que fueron apresados la semana pasada en la provincia de Donetsk mientras combatían del lado ruso.
“Hemos mantenido contacto con la parte china a través de vías diplomáticas” y “se están llevando a cabo las investigaciones y acciones operativas pertinentes en relación con estos ciudadanos chinos capturados”, ha contado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Heorhi Tiji, según recoge Ukrinform.
El portavoz ha recordado que el encargado de negocios chinos en Kiev ya fue convocado a la sede del ministerio para transmitirle que estos hechos podrían socavar gravemente las relaciones entre ambos países.
Tiji ha recordado a China, así como a cualquier otro país, que la presencia de sus ciudadanos en el conflicto es ilegal y ha pedido que actúen para evitar que se produzcan estos reclutamientos, de los que también se nutre Ucrania, por otro lado.
“Hacemos un llamamiento a los gobiernos de todos los países para que identifiquen estos hechos cuando Rusia recluta a sus ciudadanos para la guerra contra Ucrania mediante engaños o por diversos medios”, ha reclamado.
China ha negado cualquier responsabilidad en la presencia de sus ciudadanos en el conflicto, mientras que Ucrania utiliza lo ocurrido para reforzar su idea de que la posición de neutralidad que siempre ha defendido el gigante asiático no es tal.

Los detenidos -Wang Guangjun y Zhang Renbo- dieron una rueda de prensa en la que aseguraron haber sido engañados por Rusia para combatir en el frente. Asimismo, pidieron a China ser repatriados o participar en un próximo intercambio de prisioneros.
Los dos prisioneros de guerra afirmaron además no tener ninguna relación con el régimen chino y explicaron que firmaron un contrato con el Ejército ruso tras ver un anuncio en redes sociales chinas.
“En algunas plataformas como Kuaishou o TikTok algunos blogueros publican este tipo de anuncios”, dijo Wang Guangjun, uno de los dos prisioneros de guerra capturados la semana pasada por el Ejército ucraniano en la región oriental de Donetsk.
Así, han explicado que no habían servido anteriormente en el Ejército chino y que habían respondido a la llamada de un puesto de trabajo en las Fuerzas Armadas rusas para cumplir con labores médicas que habían visto a través de redes sociales.
Han revelado la presencia de al menos una docena más de ciudadanos chinos en estas unidades del Ejército ruso, que les empleaban para los trabajos más pesados.
Según el presidente de Urania, Volodímir Zelensky, Kiev tiene constancia de 155 ciudadanos chinos que combaten en las filas del Ejército ruso. Beijing ha negado cualquier relación con la participación de estos ciudadanos en el conflicto.
Hace unos días, las autoridades ucranianas informaron de la detención de dos soldados chinos durante un enfrentamiento con las fuerzas rusas en la provincia de Donetsk.
La captura de dos combatientes chinos en Ucrania corre el riesgo de deteriorar las relaciones entre ambos países, ya tensas por los estrechos vínculos de Beijing con Moscú y su papel clave al ayudar al país invasor a mantener a flote su producción de defensa en medio de las sanciones occidentales.
Aunque China sigue siendo el principal socio comercial de Ucrania y un proveedor clave, indirectamente, de componentes utilizados en su producción de drones, su estrecha cooperación con Rusia ha sido durante mucho tiempo motivo de desconfianza hacia Beijingentre los ucranianos.
“Es una señal muy preocupante y una situación peligrosa”, señala el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento, Oleksandr Merezhko, en unas declaraciones a Ukrinform.
(Con información de EP)