El Sevilla firmó una de las grandes sorpresas de la temporada al golear 4-1 al Barcelona en el Ramón Sánchez-Pizjuán, en un partido dominado de principio a fin por el conjunto andaluz. El veterano Alexis Sánchez, que volvió a marcar ante su exequipo, fue uno de los protagonistas de una jornada que deja muy tocado al campeón español.
El equipo dirigido por Matías Almeyda impuso su ritmo desde el arranque, mostrando una intensidad que el Barça nunca consiguió igualar. El primer golpe llegó tras un penalti innecesario de Ronald Araujo sobre Isaac Romero, que el propio Alexis transformó engañando a Szczsny. Era el minuto 14 y el estadio ya comenzaba a rugir.
El árbitro, muy exigente en la primera parte, mostró cuatro tarjetas amarillas antes del descanso, tres de ellas a jugadores azulgranas, reflejo de la impotencia visitante.
Lewandowski falla y el Barcelona se desmorona
El Barcelona tuvo su gran oportunidad de volver al partido con un penalti a favor que Robert Lewandowski desperdició, enviando el balón fuera ante la mirada incrédula de sus compañeros. El fallo fue un punto de inflexión: el equipo de Hansi Flick bajó los brazos y el Sevilla lo aprovechó con una ráfaga ofensiva que terminó de sentenciar el encuentro.
Los locales marcaron el tercero y el cuarto tanto ante una defensa desbordada, sellando una noche histórica en Nervión y silenciando por completo al conjunto culé.
Alexis Sánchez y el impulso de un Sevilla imparable
A sus 36 años, Alexis Sánchez demostró que sigue teniendo olfato goleador y espíritu competitivo. Su tanto ante su exequipo fue simbólico y celebró con rabia contenida, consciente de lo que significaba para el Sevilla y para su propia carrera.
Con esta victoria, el Sevilla asciende provisionalmente al cuarto puesto de la clasificación y mantiene su pleno de triunfos en casa, mientras que el Barcelona cae por primera vez esta temporada y cede el liderato al Real Madrid, ahora con dos puntos de ventaja.
Un duro golpe para el campeón
El Barça no solo perdió el liderato, sino también confianza. Flick deberá recomponer un equipo que afrontó el duelo con bajas sensibles —como las de Joan García, Gavi y Raphinha— pero que mostró falta de carácter y reacción.
La contundente derrota en Sevilla supone un aviso serio para los culés, que no pueden permitirse más tropiezos si quieren revalidar el título.