
La figura de Leonardo da Vinci continúa fascinando al mundo, no solo por su obra monumental sino también por los interrogantes que rodean su historia personal y su destino final. Aunque la tradición señala el Castillo de Amboise, en Francia, como el lugar donde reposan sus restos, la autenticidad de esa tumba nunca dejó de estar en discusión.
El Leonardo da Vinci DNA Project representa un hito en la búsqueda de certezas: reúne genealogía histórica, genética forense y tecnología avanzada con el propósito de esclarecer si Leonardo realmente yace en Amboise y crear nuevas herramientas para explorar su legado.
Bajo la dirección de Alessandro Vezzosi y Agnese Sabato de la Leonardo Da Vinci Heritage Association, el proyecto rastreó exhaustivamente la línea familiar masculina de Da Vinci. A través de registros parroquiales, archivos notariales y documentos judiciales que abarcan casi siete siglos, reconstruyeron el árbol genealógico hasta 1331.
Leonardo no tuvo descendencia directa, por lo que el equipo se concentró en familiares colaterales: siguiendo la estirpe paterna y de medio hermanos, lograron identificar ramas activas hasta la actualidad. Entre estas, ubicaron a 15 descendientes varones vivos, de los cuales seis accedieron a participar en estudios genéticos dirigidos por la antropóloga forense Elena Pilli. El proceso incluyó la localización, el contacto y la asesoría a cada uno de los involucrados, enfrentando desafíos legales, culturales y éticos en el camino.

El análisis se enfocó en el cromosoma Y, el marcador que se transmite casi sin cambios de padres a hijos varones. El equipo cotejó este cromosoma en los seis descendientes contemporáneos y halló coincidencias en segmentos claves, lo que permitió establecer la continuidad genética masculina a lo largo de quince generaciones.
Adicionalmente, los investigadores localizaron tumbas históricas de ancestros de Leonardo, incluido su abuelo y varios mediohermanos, en cementerios de la Toscana. Recuperaron fragmentos óseos, los dataron mediante radiocarbono y sometieron a análisis paleogenómicos, asegurando la autenticidad de los restos y su relevancia genética. La comparación entre el material antiguo y el ADN de los descendientes vivos permitió validar la continuidad de la línea paterna Da Vinci durante siglos, aunque la identificación definitiva de los restos de Leonardo sigue pendiente de confirmación.
Los resultados preliminares del estudio refuerzan la solidez de la línea familiar y sustentan los registros históricos sobre la paternidad en la familia Da Vinci. El equipo científico subraya que la confirmación absoluta de la identidad de los restos atribuidos a Leonardo requerirá aún pruebas adicionales, especialmente la comparación directa con material genético extraído de la tumba en Francia.
El Leonardo da Vinci DNA Project va más allá de la localización de restos: explora la posibilidad de identificar material biológico en obras y objetos atribuidos al artista. Han iniciado estudios pilotos sobre la flora microbiana presente en pinturas y manuscritos renacentistas, con el objetivo de cotejar futuras huellas genéticas con el perfil reconstruido de Da Vinci. De concretarse, este avance podría abrir un nuevo capítulo en la autenticación y análisis de piezas históricas.

El potencial del análisis genético para revolucionar la autenticación artística no se limita a Leonardo. En los últimos años, laboratorios de toda Europa han comenzado a emplear técnicas similares en pinturas, esculturas y documentos antiguos de artistas de renombre. Por ejemplo, el hallazgo de cabellos, fibras textiles o simples células en marcos y lienzos permitió en algunos casos determinar la autoría real de obras sobre las que existían dudas. Un perfil genético fiable atribuido a Da Vinci podría ser utilizado como referencia para validar objetos históricos, separar falsificaciones de originales y reescribir atribuciones que llevan décadas en debate.
Estas nuevas metodologías también han incorporado el estudio de microorganismos o polvo presentes en el material artístico, capaces de revelar datos sobre el entorno del taller, las costumbres de conservación o los caminos que recorrieron esas piezas a lo largo de la historia. Así, ciencia y arte convergen para proporcionar una narrativa más precisa y profunda del patrimonio cultural universal.
La secuenciación del ADN de Leonardo permitiría dilucidar características físicas, aspectos de su ascendencia y posibles condiciones médicas que, hasta ahora, fueron motivo de conjeturas. Estos datos aportarían una base científica inédita para el estudio de su persona y su obra, y enriquecerían el contexto biológico de otras personalidades históricas.
La genética no puede explicar el origen del genio, pero sí ofrece herramientas objetivas para responder preguntas que la historia y el arte nunca lograron cerrar del todo. Gracias a este avance, la ciencia se acerca como nunca antes a descifrar el destino final de uno de los mayores creadores de la humanidad y, al mismo tiempo, inaugura nuevas posibilidades para investigar el vasto patrimonio cultural que dejó su huella en el mundo.