
Cuando se trata de amor, compañía y lealtad, muchas personas no piensan en una pareja, sino en su mascota, lo que ejemplifica cómo el vínculo entre humanos y animales domésticos ha evolucionado de forma significativa en las últimas décadas, pasando a convertirse en una conexión emocional profunda donde los compañeros de cuatro patas ejercen un rol central en la vida cotidiana de sus cuidadores.
En este contexto, una encuesta realizada por MetLife Pet Insurance reveló nuevas dimensiones del apego afectivo entre humanos y animales, incluyendo la posibilidad, planteada inicialmente como una tendencia viral en redes sociales, de imaginar a las mascotas como seres humanos gracias a una imagen generada con Inteligencia Artificial (IA).
El estudio, que recopiló las respuestas de mil cuidadores de mascotas en Estados Unidos, reveló que uno de cada tres encuestados afirmó que saldría con su mascota si ésta fuera humana. La tendencia fue especialmente popular entre los millennials (34%) y la generación X/baby boomers (33%), mientras que la generación Z se mostró más reservada, con solo un 24% inclinándose por esa posibilidad.
En cuanto a especies, los dueños de perros (33%) y gatos (31%) estaban casi empatados, aunque las diferencias generacionales ofrecieron resultados llamativos: entre los baby boomers, los dueños de gatos eran significativamente más propensos (45%) que los de perros (29%) a considerar una cita con la versión humana de su mascota. Lo contrario sucedió con los millennials.
En contraste con la posibilidad romántica, muchos tutores proyectan relaciones amistosas. Casi nueve de cada 10 personas creían que se llevarían bien con su mascota si fuera humana, mientras que el 45% dijo que serían amigos cercanos y el 43% anticipó algunos roces, como sucede en cualquier relación humana.
Pero más allá del juego hipotético, la encuesta reveló que el vínculo emocional entre humanos y mascotas puede ser más fuerte que muchas relaciones interpersonales, pues más de un tercio de los encuestados afirmó confiar más en su mascota que en cualquier persona. Esta confianza fue aún más fuerte en la generación Z, con un total de 43% de los participantes.
Entre los datos más reveladores obtenidos con la encuesta, se encontró que el 77% de los encuestados consideró que su mascota le brinda mayor apoyo emocional que su pareja humana anterior, sugiriendo que las mascotas no solo ocupan un lugar especial en los hogares, sino también en las necesidades afectivas.

Pero en contraste con las respuestas de los humanos, la cuestión del amor animal es demasiado compleja. Según Stanley Coren, profesor emérito de Psicología en la Universidad de British Columbia, citado en Los Ángeles Times, los perros tienen una capacidad emocional comparable a la de un niño de dos años. Esto les permite experimentar emociones básicas como alegría, miedo o enojo, pero no sentimientos más complejos como el orgullo o la culpa.
Sobre el amor, Coren aclara que en psicología se habla más de afecto que de amor propiamente dicho, ya que este último abarca diferentes significados; sin embargo, las conductas afectivas de los animales no pueden ser negadas. “Si un perro crece con otro y este muere, pasa por un proceso de pérdida similar al duelo humano”, explica el especialista.
Por su parte, Alexandra Horowitz, experta en cognición canina y autora del libro “En la mente de un perro” (Inside of a Dog), señala que los perros viven la experiencia del afecto, aunque carecen del lenguaje y la reflexión necesarios para conceptualizar el amor como lo hacemos los humanos. “Ellos muestran comportamientos que evidencian afecto, lo que nosotros podríamos considerar amor”, afirma.

Pero lo que sí es indiscutible, es que la influencia de las mascotas se extiende más allá del plano emocional. Según la misma encuesta, más de la mitad de los dueños (54%) ha cancelado planes para quedarse con su mascota, y un impresionante 87% aseguró que rechazaría el apartamento de sus sueños si no fuera apto para animales.
Más decisiones de vida están moldeadas por este vínculo, por ejemplo, el 46% planifica sus vacaciones pensando en las necesidades de su mascota, y el 42% elige hospedajes según su compatibilidad con animales. Algunos van aún más lejos, pues según lo recabado en la encuesta de MetLife Pet Insurance, el 6% terminó una relación amorosa por conflictos relacionados con su mascota, y el 5% ha rechazado ofertas laborales que no permitían su presencia o bienestar.
Sumado a ello, también hay un deseo creciente de que los empleadores incluyan a las mascotas en los beneficios laborales. Entre los encuestados, el 52% desearía tener licencia por duelo en caso de perder a su mascota; el 46% querría seguro para mascotas cubierto por la empresa; y el 43% aspiraría a un horario flexible o al teletrabajo para poder cuidarlas mejor.
De hecho, un 44% afirmó que renunciaría a una semana extra de vacaciones pagadas si su empleador ofreciera atención de emergencia para su mascota, demostrando cómo los “perrhijos” y “gathijos” influyen en decisiones emocionales, sociales y hasta económicas de gran relevancia.