
A partir del 1 de julio, decenas de municipios en California verán un cambio en sus tasas de salario mínimo como parte de un esfuerzo por mitigar el impacto de la inflación sobre el costo de vida. Aunque el salario mínimo estatal se elevó a 16.50 dólares por hora a principios de 2025, múltiples ciudades aplicarán tarifas más altas desde la próxima semana.
Los ajustes reflejan políticas locales para mantener el poder adquisitivo de trabajadores con bajos ingresos y responden a la tendencia de varios sectores, especialmente el turismo y el comercio minorista, de enfrentar condiciones económicas asimétricas. Ciudades como Berkeley, Santa Mónica, San Francisco y West Hollywood aplicarán aumentos significativos que superan los niveles estatales.
Según el análisis de National Law Review, al menos 25 ciudades ya implementaron tarifas superiores desde enero, y otras se sumarán con nuevos aumentos desde el 1 de julio.
A nivel local, los nuevos salarios mínimos se ubicarán entre los 17 y los 20 dólares por hora, dependiendo de la jurisdicción. En Emeryville, por ejemplo, la tarifa se elevará de $19.36 a $19.90, mientras que Berkeley y San Francisco fijarán el nuevo mínimo en $19.18, un incremento desde los $18.67 anteriores.
West Hollywood se colocará entre las ciudades con las tarifas más elevadas, donde el salario mínimo general pasará de $19.61 a $19.65 por hora. No obstante, en el sector hotelero de la misma ciudad, el nuevo piso salarial será de $20.22 por hora, el más alto del estado en este ajuste, superando ampliamente tanto la tarifa estatal como los incrementos en otras ciudades.
En Santa Mónica, los empleados verán un incremento de $17.21 a $17.81, mientras que en Los Ángeles, la nueva tarifa será de $17.87, frente a los $17.20 que regían anteriormente. Alameda pasará de $17 a $17.46, Fremont de $17.30 a $17.75, y Milpitas, curiosamente, reducirá su mínimo de $18.20 a $17.81, alineándose con otras zonas metropolitanas del norte del estado.

Algunos sectores económicos específicos han sido objeto de regulaciones salariales propias, más allá de los decretos municipales generales. Uno de los más destacados es el de comida rápida, donde los trabajadores recibirán un mínimo de 20 dólares por hora.
En Los Ángeles, los empleados de hoteles y aeropuertos también recibirán aumentos adicionales, dentro de un esquema de alzas graduales que continuará hasta 2028. Estos aumentos, previstos en acuerdos locales, buscan garantizar que los trabajadores del sector turístico no queden rezagados frente al alza sostenida en el costo de vida en el sur del estado.
Además, una legislación que se encuentra en debate legislativo podría establecer nuevos mínimos salariales específicos para trabajadores del sector turismo en Los Ángeles, anticipando la demanda proyectada ante los Juegos Olímpicos que la ciudad acogerá en 2028.
Desde el ámbito académico, la economista Ioana Marinescu, profesora en la University of Pennsylvania School of Social Policy & Practice, expresó en declaraciones a Newsweek que los incrementos “permiten que los trabajadores con bajos salarios mantengan el ritmo frente al aumento del costo de vida”.
Según Marinescu, “estos cambios aumentarán los salarios, con efectos probablemente limitados sobre el empleo”. Aunque señaló que podrían observarse leves disminuciones en los mercados laborales más competitivos —donde el salario mínimo se acerca o supera los niveles salariales prevalecientes—, también subrayó que en zonas con menos competencia por trabajadores, el empleo incluso podría incrementarse tras el alza del salario mínimo.
“En conjunto, es probable que el impacto en el empleo sea pequeño”, concluyó.

El ajuste salarial no será el único cambio normativo en vigor a partir del 1 de julio. Ese día, también entrarán en efecto varias leyes aprobadas recientemente por la legislatura de California. Estas incluyen nuevas disposiciones para combatir la venta de bienes robados, medidas que obligan a eliminar cargos ocultos de limpieza en alquileres de corto plazo, así como normativas para mejorar la protección legal de trabajadores domésticos.
Estas modificaciones, que acompañan a los incrementos salariales, forman parte de un paquete legislativo más amplio que apunta a reforzar los derechos laborales y del consumidor en el estado, en un contexto de persistente presión inflacionaria.
Con la entrada en vigor de los nuevos mínimos salariales, los empleadores en las ciudades afectadas deberán ajustar sus sistemas de nómina para cumplir con las ordenanzas locales. Según Newsweek, el cumplimiento será obligatorio para todos los establecimientos, sin importar el tamaño de la empresa, y las municipalidades ya han comenzado campañas informativas para garantizar que los trabajadores estén al tanto de sus derechos.
El seguimiento del cumplimiento quedará en manos de las autoridades laborales locales y, en algunos casos, de oficinas municipales especializadas en derechos laborales, que podrán aplicar sanciones en caso de incumplimiento.
California se consolida así como uno de los estados con políticas salariales más activas y diferenciadas del país, en un intento de equilibrar los efectos económicos que dejó la pandemia con los desafíos inflacionarios que aún afectan a miles de trabajadores.