El duelo por la final del US Open, protagonizado por dos de las jugadoras con la pegada más fuerte del torneo, se selló con el triunfo de la número uno del circuito, Aryna Sabalenka en dos parciales de 6-3, 7-6 (7-3) en una batalla de una hora y 34 minutos.
Con esta victoria, la bielorrusa retiene la corona y confirma su reinado en la pista rápida de Nueva York, además de poner fin a la sequía de títulos de Grand Slam este año. Por eso allí de rodillas sobre pista se quedó unos cuantos segundos sin poder contener el llanto de la emoción. Fue el preciso momento en que vio salir fuera de la línea la bola que marcaba el 7-3 a su favor en el ‘tie break’.
La hazaña de Sabalenka -este domingo- la convierte en la primera tenista en repetir como campeona del US Open desde Serena Williams en 2014, ya que en los últimos 11 años el Abierto de Flushing había tenido 7 ganadoras individuales diferentes.
Tal como lo había prometido, la bielorrusa luchó por cada punto. No podía dar nada por sentado ante una oponente que supo dar la talla de lo que significa estar en una final, pero que pagó caro sus desaciertos. Amanda Anisimova cometió 7 dobles faltas y 29 errores no forzados.
“Creo que no he luchado lo suficientemente duro por mis sueños hoy”, dijo Anisimova durante la premiación. Minutos antes, las cámaras le captaron pensativa y con la cabeza baja al ver que dejó escapar una oportunidad de oro en su carrera.
Sabalenka que confirmó tener la hegemonía como la reina del tie break al completar 19 ganados de forma consecutiva, tuvo palabras de consuelo para Anisimova. “Enhorabuena Amanda por jugar dos finales seguidas de Grand Slam. Sé lo duro que es perderlas, pero verás que un día ganarás la primera”.
“Siento que durante estos años hemos establecido una relación. Me apoyan tanto. Estoy muy agradecida”, le dijo Sabalenka al público de Nueva York que hoy se deslumbró con los momentos de buen tenis exhibidos por ambas, pero que gritaron mucho más a rabiar los de la jugadora local.
De todas formas ambas se van con las manos llenas. En un año récord para el US Open la ganadora se lleva a casa 5 millones de dólares y la subcampeona 2,5 millones.