FARMINGDALE, NY – Scottie Scheffler apuntó a la bandera del hoyo 10. Su bola voló alta 175 yardas y bajó casi vertical. El número 1 del mundo es un genio midiendo la distancia. Quizá nunca mejor que en esta ocasión. La bola cayó directamente dentro del hoyo… y rebotó hacia fuera, escupida a varios metros, fuera del green.
Ese momento mediada la tarde en el campo Bethpage Black de Long Island fue una metáfora de lo que está siendo esta 45ª Ryder Cup. Por mucho que el equipo de Estados Unidos lo intenta con sus jugadores estrella, nada les sale bien.
Europa terminó el sábado con 11 ½ puntos, siete punto por encima de los locales, en la mayor diferencia de la historia como visitante.

Ningún equipo visitante había ganado antes las tres primeras sesiones de una Ryder Cup. Los europeos han ganado las cuatro en Bethpage.
El viernes ganaron los foursomes 3 ½ a ½, por la tarde lograron un 3-1 en four-ball. El sábado repitieron un 3-1 en foursomes -con las parejas McIlroy-Fleetwood y Rahm-Hatton brillando ante la desesperación de los estadounidenses– y otro 3-1 en four-balls por la tarde con unos Justin Rose y Shane Lowry estelares. Paliza histórica.
El golpe del día lo dio Jon Rahm por la mañana en el hoyo 8, un par 3. Después de una mala salida de Hatton que dejó la bola en el rough fuera del green, el español tuvo que golpear con los pies en el bunker. Desde allí embocó para lograr el birdie y ganar el hoyo.
Pero el gigante vizcaíno, que parecía imbatible en los juegos por parejas, sucumbió en la tarde en el único punto que logró Estados Unidos después del mediodía. En algunos momentos la debacle parecía que sería aún peor, porque Europa llego a liderar los cuatro four-balls al mismo tiempo.
El público contra McIlroy
Rory McIlroy fue el objetivo de los cánticos de la ruidosa afición estadounidense. El irlandés se mantuvo calmado hasta casi el final de su ronda mañanera, que dominó junto a Tommy Fleetwood ante Harris English y Collin Morikawa. Pero en el hoyo 16, cuando se disponía a dar su segundo golpe, mandó callar a un aficionado con un sonoro improperio. Inmediatamente después ejecutó un golpe genial para asegurar la victoria.
McIlroy lleva 10 partidos invicto en Ryder Cup, desde su triunfo en individuales al final del evento de 2021 en Whistling Straits.
“Cuando juegas una Ryder Cup siempre es un reto. No soy yo quién para decirlo, pero el público debe reflexionar si está actuando bien”, dijo McIlroy al terminar su partido de la tarde.
Su compañero Shane Lowry sacó a relucir su mejor juego cuando más falta le hizo a la pareja, sin dejarse intimidar por los aficionados.
“Fue intenso. Algo que nunca había experimentado, pero esto es para lo que trabajamos, para lo que nos levantamos todos los días”, aseguró Lowry. “Estoy muy orgulloso de formar parte de este equipo”.
Las estrellas de Estados Unidos no aparecieron
Si el viernes fue bueno para Europa, el sábado fue aún mejor. Dominó de nuevo los foursomes, su especialidad, la modalidad en la que cada jugador se alterna para golpear una misma bola y que fue la base del dominio de Europa hace dos años en Italia.

En la tarde, necesitado de una reacción en los “four-balls”, el capitán estadounidense Keegan Bradley formó una pareja poderosa -pero no prevista- con Scottie Scheffler y Bryson DeChambeau. Las dos figuras jugarán las 5 sesiones de la semana, al igual que su compañero Patrick Cantlay, pese a sus flojos números.
Scheffler volvió a perder sus dos partidos y está 0-4 (sumando ocho partidos consecutivos de Ryder Cup sin ganar, desde 2023), Cantlay va 1-2-1 y DeChambeau 1-3.
Por el combinado europeo, McIlroy, Fleetwood y Rahm no tuvieron descanso en ninguna sesión. El inglés está completando una Ryder Cup simplemente perfecta: 4 puntos en 4 partidos.
El domingo se jugarán los 12 partidos individuales. Europa sólo necesita dos puntos y medio para retener el trofeo -por ser el vigente campeón- y tres puntos para ganarla. Estados Unidos tratará de lograr la mayor remontada de la historia en un domingo.
· Sigue leyendo: La Ryder Cup cita en Nueva York a los mejores golfistas del mundo