Un ataque con misiles rusos contra un campo de tiro militar en la región de Sumy, en el noreste de Ucrania, dejó un saldo de seis soldados muertos y más de diez heridos, informó este miércoles la Guardia Nacional ucraniana a través de un comunicado publicado en Facebook.
“Seis militares murieron y más de diez resultaron heridos como resultado del ataque, mientras llevaban a cabo ejercicios en un campo de tiro”, indicó la institución, que también confirmó que se ha abierto una investigación oficial sobre el incidente.
Como parte de esa pesquisa, el comandante de la unidad militar fue suspendido y la información correspondiente ya fue trasladada a las autoridades judiciales.
Según la Guardia Nacional, el comando de la fuerza ya había desarrollado algoritmos de acción e impartido instrucciones sobre cómo actuar ante amenazas de ataques aéreos, con el objetivo de evitar violaciones de medidas de seguridad y la acumulación de personal en espacios vulnerables.
“Se dará una evaluación jurídica estricta a las acciones de todos los funcionarios involucrados”, subrayó la institución. El ataque ocurrió mientras los soldados ucranianos realizaban maniobras en el campo de tiro.

En su mensaje, la Guardia Nacional de Ucrania afirmó que brindará toda la información y asistencia necesarias en el marco de la investigación.
La región de Sumy, ubicada en la frontera noreste con Rusia, ha sido escenario de intensificación de bombardeos en los últimos meses, luego de que Moscú recuperara territorio que Kiev había alcanzado durante su ofensiva transfronteriza del año pasado hacia la región rusa de Kursk.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso confirmó el martes por la noche que había llevado a cabo un ataque con misil balístico Iskander sobre el lugar.
Según su comunicado en redes sociales, el blanco era “un campamento de entrenamiento de fuerzas especiales ucranianas”, que fue detectado durante labores de reconocimiento.

Entretanto, el Reino Unido anunció este martes el mayor paquete de sanciones sobre Rusia desde el inicio de la guerra en Ucrania, en respuesta al aumento de los ataques de las Fuerzas Armadas sobre la población “inocente” y a la resistencia de Vladimir Putin para negociar la paz.
El Ministerio de Exteriores informó que se trata de más de un centenar de restricciones, que alcanzan a entidades que apoyan la “maquinaria de guerra” del Kremlin, que se encargan de la exportación de productos energéticos, que proveen financiación para continuar con las operaciones bélicas en Ucrania, que contribuyen a la “guerra informativa” y que facilitan las operaciones de la flota fantasma de Moscú.
Entre ellas hay 46 instituciones financieras acusadas de “ayudar a Rusia a evadir las sanciones”, 18 barcos de la “flota petrolera en la sombra” de Putin, 14 miembros de la Agencia de Diseño Social que realiza la “propaganda” del Kremlin, y el ciudadano John Michael Ormerod, quien facilita los movimientos de los buques rusos en aguas internacionales.

Los últimos ataques de Rusia “muestran las verdaderas intenciones belicistas” del país y, por ello, “aumentamos la presión”, declaró en las últimas horas el ministro de Exteriores, David Lammy.
(Con información de AFP)