La película “The Letter”, producida íntegramente por un equipo argentino y protagonizada por Harvey Keitel, tendrá su estreno mundial en el 40° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. El filme, dirigido por Rodrigo H. Vila, compite en la categoría “Mejor largometraje argentino”. La función de estreno es hoy a las 19 y 10 y mañana domingo 9 de noviembre a las 16.10.
Teleshow conversó con su director, y a lo largo de charla contó algunos secretos que compartió con el aclamado actor Harvey Keitel, nacido el 13 de mayo de 1939 en Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos.
Con una mezcla de asombro y ternura, Rodrigo Vila le terminó contando anécdotas de la estancia en Argentina del actor norteamericano a Teleshow, como la pasión que adquirió por el asado criollo y el dulce de leche.
Rodrigo H. Vila destaca la conexión personal y profesional con Harvey Keitel, quien regresó a Argentina para rodar la película tras años de amistadVila no oculta el entusiasmo ni el afecto con el que habla de su vínculo con la estrella de Hollywood: “Yo trabajé con Harvey hace unos años, filmamos acá en Buenos Aires, y ahí se gestó una relación muy linda. Terminó siendo una amistad que trajo a Harvey de regreso a la Argentina a filmar ”The Letter”.
El director habla de sus actores y su equipo como una familia unida por la pasión y el oficio: “Fue un rodaje tan, tan lindo. La gente la pasó tan bien. Yo quería algo con cierta melancolía, pero sobre todo con alegría, con la nostalgia de las cartas, de las relaciones humanas sin máquinas en el medio”.
El rodaje se realizó en Buenos Aires y New York durante 2024, con la participación de François Arnaud, Carola Reyna y Fernán Mirás. La producción estuvo a cargo de Cinema 7 Films, Non Stop Studios y Screen Capital.
La historia sigue a Finn (Harvey Keitel), un veterano de guerra que, marcado por la soledad, decide escribir una última carta a su hija, de quien está distanciado. Para ello, contrata a Julia (Britt Robertson), una escritora en crisis creativa que acepta el trabajo por necesidad económica. El vínculo entre ambos evoluciona de un encargo profesional a una amistad inesperada, transformando el destino de la mujer.
—¿Cómo surge el proyecto y la propuesta a Harvey Keitel?
—Yo trabajé con Harvey hace unos años. Filmamos acá en Argentina, por el año 2016 en Buenos Aires. Después de esa película, se gestó una relación muy linda. Había escrito un guion en inglés, y, a través de un agente amigo, lo contacté. Y pensé: ‘No me va a dar bola.’ Pero insistí, y uno de la agencia de representantes lo leyó. Un día me llaman y me dicen: ‘A Harvey le gustó el guion’”.
—¿Y cómo fue el acercamiento?
—Él siempre intenta apoyar a directores que escriben sus propios guiones. De hecho, produjo la primera película de Quentin Tarantino, ‘Perros de la calle’, y lo ayudó mucho en sus inicios. Un día me llama por teléfono una asistente de la productora, me pasa la llamada y se corta, y ella se quería morir. Pero yo le dije, ‘quédate tranquila, Harvey es old fashioned (a la antigua) va a llamar de vuelta’. Y efectivamente llamó de vuelta. Hablamos una hora con él por speaker, y nos arreglamos para que viniera a hacer la película acá.
—¿La relación fue solo profesional o hubo una conexión personal?
—Forjamos una relación muy linda. Terminó comiendo en mi casa. Le ofrecí comer en un restaurante más elegante, pero me dijo ‘no, quiero comer un asado en tu casa’. Vino con la esposa. El no comía carne roja, pero cuando probó el ojo de bife y el lomo. Me dijo: ‘Hace como tres años que no como carne roja, pero esto es increíble’. Y otro detalle: se hizo fanático del flan con dulce de leche.
—¿Y el vínculo siguió después de la primera película?
—Después nos seguimos viendo. Viajé a Nueva York un par de veces, nos vimos allá. Yo no lo fomenté, pero él siguió forjando la relación. Siempre me decía: ‘Tenemos que filmar otra vuelta’. Pasaron los años y en un momento me di cuenta que era en serio su deseo. Armamos el guion con el guionista Sebastián Berzengizar, le encantó y el año pasado se vino. Formó dupla con Britt Robertson, una actriz maravillosa, y así hicimos esa locura de filmar esta película.
—¿La historia tiene algo de verdad de alguno de ustedes o es completamente ficción?
—Yo estaba buscando una historia que pueda protagonizar un actor de ochenta y cinco años, que no es fácil. Harvey hace grandes personajes de reparto, pero hace muchos años que no hace un protagónico. Quería algo que tuviera cierta nostalgia, porque la peli no es nostálgica, pero sí esa cosa de volver a lo epistolar, a las relaciones humanas sin máquinas en el medio. Surgió esta idea y a él le encantó. Está identificada con él en un punto porque fue militar durante tres años, es decir le fue familiar. Y por mi lado también era una idea sobre cómo vive la gente mayor el mundo de hoy cuando se empieza a quedar sola.
—El aspecto epistolar, el intercambio de cartas, ¿qué simboliza para vos?
—Buscábamos volver a las relaciones humanas genuinas, a conectar sin máquinas en el medio. Es algo entrañable, algo que apela a un tiempo en que la comunicación era más lenta, más profunda.
—¿Por qué Harvey Keitel para filmar en Argentina?
—Hoy en día se filma en todo el mundo, inclusive Hollywood. Podíamos haber hecho la película en cualquier lado, hasta con algún beneficio fiscal que acá todavía no hay, como sí tienen en lugares como Uruguay. Pero todo estaba tan parado el año pasado, y teníamos muchas ganas de filmar acá con un equipo 100 % argentino. Fue un rodaje muy lindo. La gente la pasó tan bien”.
—¿Y Harvey aceptó rápidamente volver a filmar en Buenos Aires?
—Increíblemente sí. Para él es un viaje muy lejos, ahora vive en Los Ángeles, y de Nueva York es más directo, pero a los ochenta y cinco años tomarse esos vuelos no es fácil. Vino y estuvo tres semanas trabajando a full. No quiso hacer nada social, estaba muy compenetrado con el papel.
—Trabajó con el método...
—Sí, él es un actor del método, se mete profunda y emocionalmente en el papel. Recuerdo que un sábado le pregunté si quería salir a pasear; la otra vez que vino había ido al Teatro Colón y a todos lados. Pero esta vez me dijo: ‘No, este papel me tiene muy metido…’. Quería practicar una escena difícil en el hotel. Me decía: ‘Me quiero sentir mal, porque es el personaje que escribiste, y yo tengo que estar así’. Es increíble, él está en otro nivel”.
—Eso impactó en el rodaje y en el equipo...
—A todos. Tener a alguien como Harvey, además de a Britt Robertson, que es joven pero muy formada, nos enriquece mucho. Aprendí un montón con él. Ve la película en 360 grados. A veces te pregunta detalles que parecen insignificantes pero después tienen todo un sentido.
—¿Por qué era importante para vos trabajar con un equipo argentino?
—Queríamos hacer la filmación en Argentina para trabajar con nuestro equipo, con la gente en la que confiamos. Acá hay una calidad técnica y humana de primer nivel, y creo que se ve en la factura de la película. El cine es un trabajo en equipo; el director es uno más. Eso fue increíble.
—Por ejemplo...
—Sí, por ejemplo, me preguntaba qué reloj usaba el personaje. Yo ni lo había pensado y él necesitaba tenerlo, así que hicimos una lista con todo lo que formaba parte del personaje, aunque no estuviese en el guion. Así construía el personaje desde los detalles invisibles.
—¿Harvey Keitel pudo ver ya la película terminada?
—Sí, apenas la terminé se la mandé para que la vea. La vio él con su esposa, que es muy unida a él. Le encantó.
—¿Qué planes tienen para la película después del festival?
—Estamos en Mar del Plata y después viendo algunos festivales más. Ahora la vamos a presentar también en el American Film Market en Los Ángeles. Después ya tenemos equipos trabajando en la distribución internacional para el estreno en cines, y más tarde en plataformas. Pero primero queremos que pase por un par de festivales más en pantalla grande, y luego dar el salto a la plataforma.
—¿Qué significa para vos este estreno?
—La verdad, es una felicidad enorme. A veces te gusta la película, pero el actor no queda conforme; es lógico porque está mucho más expuesto. Pero en este caso Harvey quedó re feliz, la verdad. Eso te llena porque uno trabaja mucho para que la película funcione tanto para el público como para sus protagonistas”.
—¿Qué significó para vos poder cumplir ese sueño de trabajar con uno de tus actores favoritos?
—Cuando escribí el guion, lo hacía pensando en que Harvey Keitel pudiera hacer el papel. Muchos me decían: ‘Ah, bueno, yo también lo escribo para De Niro’ (risas). Pero después, increíblemente, se dio. Ahora ya tener dos películas con él me parece utópico si lo pensaba años atrás.
Harvey Keitel en 'Smoke', con guion de Paul Auster—¿Qué te dejan esos encuentros con figuras de Hollywood?
—Es muy loco porque su grupo de amigos de juventud era el de Brooklyn, con Scorsese y De Niro. Imaginate qué puede salir de ahí. Cuando Scorsese hizo ‘Mean Streets’, Robert De Niro y Harvey actuaban de onda; nadie ganaba un dólar. Tienen esa cosa de estrella de Hollywood, pero al mismo tiempo te das cuenta que vienen del barrio.
A la espera de nuevas confirmaciones internacionales, The Letter continúa su recorrido, sumando festivales y abriendo puertas para la producción argentina en mercados globales. De hecho, tal como señaló Rodrigo Vila, no se descarta que la película tenga su presencia compartida con Harvey Keitel en eventos fuera de Argentina: “Quizás podamos presentarla juntos en algún otro festival, en Europa o Estados Unidos, sería un sueño volver a compartir ese momento con el público”.
hace 5 horas
1








English (US) ·
Spanish (ES) ·