El cantante Robbie Williams se sinceró en una entrevista para el podcast I’m ADHD! No You’re Not y reveló que padece síndrome de Tourette, trastorno que, según él, ha sabido disfrazar durante muchos años.
“Acabo de darme cuenta de que tengo síndrome de Tourette, pero no es algo evidente. El otro día estaba caminando por la calle y me di cuenta de que estos pensamientos intrusivos están ‘dentro del síndrome de Tourette’“, compartió el británico.
Williams habló largo y tendido sobre su condición neurológica, su salud mental y su relación con los conciertos en vivo, mientras el comediante galés Paul Whitehouse y la Dra. Mine Conkbayir, especialista en neurociencia, lo escuchaban.
“Uno pensaría que un estadio lleno de gente profesándote su amor funcionaría, pero sea lo que sea, dentro de mí no oigo tranquilidad. Esta gira en particular, a mis 51 años, la he abordado de forma diferente porque parece que estoy en condiciones de abordar las cosas de otra manera”, reflexionó.
“Tengo una relación muy complicada con las giras y los conciertos. La gente me dice: ‘¿Vas de gira? Debes estar muy, muy emocionado’. No es cierto. Me aterra. Lo enmascaro muy bien, como si fuera un campeón olímpico“.
Williams admitió que normalmente sus padecimientos mentales suele esconderlos detrás de su personalidad rebelde, arriesgada y presuntuosa, aunque aseguró que por dentro se siente normalmente atemorizado por el exterior.
“Está mejorando. Diría que ha mejorado desde mis 45 años. Me complace mucho decir que esta gira en particular en la que estoy ahora me llena de ilusión, así fue por el concierto que daré mañana, y también estuve emocionado por hacer uno la semana pasada, aseguró.
“Le dije a mi esposa mientras ensayaba: ‘Tengo ese trastorno de estrés postraumático relacionado con las presentaciones, de los años de Take That y lo que pasó después, cuando llegué a la cima, y nunca se me quitó. De hecho, empeoró las cosas por dentro’. Sea lo que sea, todavía me afecta y me sigue afectando”, agregó.
Robbie Williams también aprovechó para agradecer a su esposa, Ayda Field Williams, por haber cambiado su perspectiva sobre las presentaciones en vivo, enfatizando lo afortunado que es de hacer el trabajo que hace.
“Hubo algo en ese momento en particular que cambió mi percepción, y sentí gratitud por dónde estoy, quién soy, lo que puedo hacer, lo que me permiten hacer, lo que experimento. Y cuando ella me ayudó en ese momento, pensar en que tal vez nunca más podría tocar en vivo de nuevo por la pérdida de popularidad, la muerte o lo que sea, cambió mi percepción. Pero 80 mil personas nunca cambiaron mi opinión sobre mí”.
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