Robaron dos veces en una semana un mismo club de Rosario

hace 4 días 4
El club Fortín Barracas delEl club Fortín Barracas del bulevar Rondeau al 1000 de Rosario

En pleno corazón de barrio Alberdi, el club Fortín Barracas enfrenta una situación que pone en alerta a sus socios y vecinos.

El club, ubicado sobre bulevar Rondeau al 1000, sufrió dos robos en menos de siete días, afectando de manera directa sus instalaciones y recursos. Los episodios delictivos se registraron en una franja de tiempo muy corta y dejaron al descubierto deficiencias en la seguridad de la zona.

La secuencia delictiva comenzó el miércoles pasado cuando delincuentes sustrajeron las cañerías de agua que abastecen los baños del club y diversas máquinas esenciales para el mantenimiento, como una bordeadora y una hidrolavadora.

Solo unos días después, un nuevo ingreso se produjo en una sala de guardado, donde los ladrones se llevaron pelotas, indumentaria de básquet y una notebook.

Según imágenes obtenidas en las cámaras de seguridad del establecimiento, las personas que perpetraron los robos ingresan sistemáticamente al club a través de una propiedad deshabitada y en venta que da a los techos del predio. Esta situación genera un profundo malestar entre quienes forman parte de la institución y evidencia la vulnerabilidad a la que están expuestos los clubes de barrio.

Sonia, la tesorera del club brindó detalles sobre el impacto de los últimos hechos y relató que el club tiene unos 500 socios y una cuota mínima que no todos pueden pagar.

Sostiene que para la institución, los robos implican un golpe directamente a la base de recursos, ya que deben afrontar gastos imprevistos e intentar mantener en funcionamiento las instalaciones básicas para el deporte comunitario.

La afectación repercute no solo en la infraestructura deportiva, sino también en la operatividad administrativa del club.

La institución según informó el portal Rosario3, reconoció contar con medidas de seguridad, aunque insuficientes ante la modalidad de ingreso utilizada por quienes perpetúan los robos. Los delincuentes entran por una vivienda que está en venta y deshabitada hace muchos años.

Tras los primeros episodios, el club recibió un subsidio del Ministerio de Seguridad con el objetivo de mejorar la protección con cámaras y alarmas.

Desde la conducción del club, el reclamo adquiere carácter urgente: la falta de recursos limita la capacidad de reponer elementos sustraídos y refuerza la exposición a nuevos episodios de inseguridad.

Es el segundo robo queEs el segundo robo que sufre el club en la misma semana (Télam)

Robaron un club en Rosario: es el sexto robo que sufre en el año

A fines del mes de julio pasado, el Club Social y Deportivo Estudiantes de Cabin 9, ubicado sobre Jacarandá al 400, en el límite que une Rosario con Pérez, atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente.

En lo que va del año, el club sufrió seis hechos de robo y vandalismo, lo cual dañó gravemente las instalaciones y afectó el funcionamiento de sus actividades sociales y deportivas.

El último incidente ocurrió cuando delincuentes ingresaron al predio y robaron las puertas de los baños de mujeres. Cinco días antes, una situación similar se había producido en el baño de hombres, donde se llevaron las puertas y otros elementos. La secuencia preocupa tanto a los directivos como a la comunidad del barrio, que recurren al apoyo de los vecinos para intentar detener la escalada delictiva.

El club, que cumple un rol esencial como espacio de inclusión y contención en una zona periférica del Gran Rosario, enfrenta ahora una disyuntiva ante la repetición de ataques: continuar invirtiendo los escasos recursos en reparaciones, o disminuir sus actividades por la falta de condiciones mínimas de funcionamiento.

Los hechos delictivos en el Club Estudiantes de Cabin 9 no son recientes ni aislados. Directivos señalaron que la situación se agravó considerablemente en 2024, con seis robos comprobados solo en los primeros siete meses del año. Los ataques ocurrieron, principalmente, durante las madrugadas, y los autores forzaron accesos o destrozaron cerraduras y ventanas para ingresar.

En este último episodio, los delincuentes se llevaron las puertas de los baños de mujeres. Los encargados relataron que, anteriormente, se habían apropiado tanto de las puertas como de los inodoros del baño de hombres. La sustracción de elementos esenciales dificulta el normal desarrollo de las actividades.

El club reúne a decenas de niños, adolescentes y familias que encuentran en el espacio una oportunidad de practicar deportes y participar de talleres recreativos.

Frente a lo sucedido, el club habilitó un número de contacto para quienes deseen colaborar, ya sea con aportes materiales, mano de obra o algún tipo de recurso que permita normalizar el funcionamiento del espacio.

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