El gobierno británico anunció que los inmigrantes deberán contribuir a la sociedad y a sus comunidades “para ganarse el derecho a permanecer indefinidamente” en el país, según expresó la ministra del Interior, Shabana Mahmood, este lunes durante el congreso anual del Partido Laborista en Liverpool. La propuesta contempla duplicar el tiempo de residencia exigido, elevando el umbral de cinco a diez años antes de poder solicitar la residencia indefinida, paso previo a la nacionalidad.
Según explicó Mahmood, los requisitos incluirán trabajar y cotizar al sistema de seguridad social, “no recibir ni un solo penique en prestaciones”, demostrar dominio del inglés, carecer de antecedentes penales y participar en actividades de voluntariado comunitario.
“El tiempo pasado en el país no será suficiente. Al igual que hicieron mis padres, deberán ganarse el derecho a vivir en este país de forma indefinida”, afirmó la ministra, de origen paquistaní.
Bajo el nuevo programa, la obtención de la residencia estará condicionada a la contribución del solicitante: quienes cumplan con todos los requisitos podrán acceder antes, mientras que otros deberán esperar más tiempo o incluso podrían quedar excluidos si su aportación resulta insuficiente.
Mahmood defendió además la necesidad de mantener un control firme de las fronteras y un sistema “justo”, subrayando: “El patriotismo es una fuerza para bien, pero si no se gestiona correctamente, puede convertirse en algo más pequeño, más cercano al etnonacionalismo”.
Consciente de que la medida puede generar tensiones dentro de la militancia laborista, la ministra admitió que “no siempre” sus compañeros estarán de acuerdo con sus decisiones, pero prometió no ceder al populismo de derechas representado por Reform UK, la formación de Nigel Farage. Este partido, que lidera actualmente las encuestas, la semana pasada propuso eliminar directamente la residencia indefinida y reemplazarla por visados periódicos con mayores exigencias de idioma y salario, lo que restringiría además el acceso a la ciudadanía.
El primer ministro y líder laborista, Keir Starmer, calificó esa propuesta de “racista e inmoral”, al afectar a quienes ya tienen la residencia, aunque dejó claro que su gobierno también reforzará el control migratorio.
El último mes, la tensión migratoria se trasladó a las calles de Londres, donde unas 110.000 personas participaron en las protestas anti-inmigración convocadas por la extrema derecha. La movilización, denominada Unite the Kingdom, fue organizada por el activista político Tommy Robinson. A su vez, contramanifestantes se congregaron masivamente en la capital británica.

Según informó el servicio policial, 26 agentes resultaron heridos durante los enfrentamientos y 25 personas fueron arrestadas. Agentes de policía fueron “atacados con proyectiles” y “agredidos”, informó el Servicio de Policía Metropolitana en redes sociales. Según la institución, los incidentes se produjeron después de que manifestantes de la marcha Unite the Kingdom violaran un “área estéril” destinada a mantener separados a manifestantes y contramanifestantes.
En una publicación posterior, la fuerza policial añadió: “Los agentes se ven obligados a intervenir en varios puntos para impedir que los manifestantes de Unite the Kingdom intenten acceder a zonas estériles, romper los cordones policiales o llegar hasta los grupos opositores. Varios agentes han sido agredidos”.
(Con informacion de EFE)