La propuesta ‘Gran y Hermoso Proyecto de Ley’, presentada esta semana por los republicanos para su evaluación en la Cámara de Representantes, incluye un impuesto especial del 5 % a las remesas.
También espera ser debatido en la Cámara Baja el proyecto de ‘Ley de Inversión en Seguridad Fronteriza’, que plantea un cobro del 37 % sobre las transferencias de dinero enviadas a los cinco países cuyos ciudadanos o nacionales tuvieron el mayor número de entradas ilegales a Estados Unidos.
De aprobarse la propuesta, el nuevo gravamen no aplicaría a ciudadanos estadounidenses, pero sí a residentes permanentes, beneficiarios de visas temporales y a inmigrantes sin estatus legal. El impacto potencial de esta decisión podría ser significativo, considerando que millones de familias en América Latina dependen de los envíos de dinero desde Estados Unidos.
Por otro lado, el presidente Trump anunció a través de su red Truth Social el pasado 24 de abril que su gobierno trabaja en un memorando presidencial que prohibiría el envío de remesas por parte de personas no autorizadas a permanecer en Estados Unidos, pero hasta ahora se desconocen detalles sobre el alcance de esa medida.
Política migratoria de Trump
Ambas propuestas republicanas respaldan la política migratoria del presidente Donald Trump, que ha hecho del combate a la inmigración indocumentada una de sus prioridades.
El impuesto del 5 % sobre los envíos tiene como objetivo financiar las exenciones fiscales prometidas por el mandatario y apoyar iniciativas de seguridad fronteriza.
Se espera que el Legislativo le dé un trámite rápido al ‘Gran y Hermoso Proyecto de Ley’, y aunque actualmente no cuenta con los votos necesarios para que se apruebe, los activistas temen que el impuesto a las remesas del 5 % pueda mantenerse en una propuesta enmendada que logre el respaldo de la mayoría.
Las remesas de la diáspora de Centroamérica en Estados Unidos, de donde procede más del 95 % de su totalidad, representan entre el 25 % y el 30 % del Producto Interior Bruto (PIB) de Honduras, el 20 % del de Guatemala, el 24 % del de El Salvador, pero en el caso de Nicaragua representan casi el 27 %, de acuerdo con los datos oficiales disponibles.
Desde su primer mandato, Trump ha apoyado la imposición de gravámenes a las remesas, que este año le ayudarían a balancear los recortes prometidos en su campaña de reelección.
"Catástrofe"
"La aprobación de un pequeño impuesto a las remesas, así sea de solo el 5 %, abre la puerta para que más adelante este gravamen suba aún más", advierte Juan José Gutiérrez, director de la Coalición de los Derechos Plenos para los Inmigrantes, que espera que la iniciativa de imponer un impuesto del 37 % a las remesas de los cinco países con más inmigrantes no prospere.
La directora de la Asociación de Salvadoreños de Los Ángeles (ASOSAL), Teresa Tejada, pronostica una "catástrofe" para las economías de países centroamericanos si se aprueba alguno de estos impuestos.
Sin embargo, Tejada señala propuestas tan radicales como la del congresista republicano por Florida Carlos Giménez, que solicitó recientemente al secretario del Tesoro, Scott Bessent, "eliminar" en su totalidad las remesas a Cuba, en este caso, como castigo al régimen comunista en la isla.
La activista salvadoreña señaló que "los envíos que hacen los inmigrantes no son para un gobierno, sea el que sea, son para las familias que necesitan de esa ayuda. No depende de quién esté en el poder", asegura.
El malestar por la propuesta del cobro del 5 % a las remesas llegó hasta México, donde la presidenta Claudia Sheinbaum calificó la medida como una «injusticia», señalando que ya los inmigrantes pagan gravámenes.
"A ver: cómo van a gravar si ya pagan impuestos los mexicanos allá (…) Todos los mexicanos que viven en Estados Unidos pagan impuestos, tengan documentos o no tengan documentos, todos pagan impuestos", afirmó la mandataria mexicana.
Esta no es la primera vez que se plantea un tributo sobre las remesas. En 2024, el vicepresidente J.D. Vance propuso una tasa del 10% con el objetivo de financiar el control fronterizo. Años atrás, durante su primer mandato, el presidente Trump había promovido un impuesto del 6% para costear el muro entre México y EEUU, aunque dicha iniciativa no avanzó.
La intención de la primera propuesta arancelaria fue recaudar recursos para financiar las operaciones de patrullaje de la frontera entre México y Estados Unidos contra los cruces ilegales de migrantes.
Repercusión
La economista Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de Banco Base, advirtió que la aplicación del impuesto podría modificar el comportamiento de los migrantes. "A corto plazo, podría registrarse un aumento de los envíos, pero en el mediano y largo plazo se anticipa una caída considerable en el volumen de remesas, calculada en 3,200 millones de dólares anuales", indicó.
Durante los primeros cuatro meses de 2025, los mexicanos en Estados Unidos enviaron más de 14,200 millones de dólares a sus hogares, según cifras del BBVA. Solo en abril, el flujo ascendió a más de 5,100 millones de dólares. Estas cifras podrían verse alteradas de aprobarse la normativa en curso.
La iniciativa todavía debe superar múltiples filtros legislativos antes de convertirse en ley, pero ya ha provocado reacciones entre autoridades mexicanas. La posibilidad de aplicar aranceles a las remesas plantea un escenario preocupante: reduciría el ingreso disponible de quienes envían dinero a sus familias, lo que podría tener un efecto cascada en economías locales que dependen en buena parte de ese flujo.
La medida afectaría no solo a México, sino también a los países gobernados por dictaduras, como el caso de Cuba, Venezuela y Nicaragua, cuyas economías dependen en gran parte de las remesas que se han convertido en uno de sus principales rubros de ingresos.
El proyecto legislativo avanza; el comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el pasado 14 de mayo gravar un impuesto especial del 5% a las remesas.
FUENTE: Con información de EFE/ ZETA/ El Economista/ Garmo Click/AFP/Redacción