
Puerto Rico se suma a la lista de jurisdicciones estadounidenses que prohíben la terapia hormonal y las cirugías de reafirmación de género en menores de 21 años. El gobernador firmó una ley que establece duras sanciones tanto económicas como penales para quienes la infrinjan.
Según el texto legal, quien viole la norma enfrenta hasta 15 años de prisión, una multa de 50.000 dólares y la revocación de todas las licencias y permisos profesionales. Además, la disposición prohíbe el uso de fondos públicos para costear estos servicios médicos.
La legislación argumenta que “los menores, al no haber alcanzado la madurez emocional, cognitiva y física necesaria, son particularmente vulnerables a tomar decisiones que pueden tener consecuencias irreversibles. Por tanto, corresponde al Estado velar por su bienestar integral”.
La Federación LGBTIQ+ de Puerto Rico expresó su rechazo a la ley. Justin Jesús Santiago, director de la organización, afirmó: “No quepa duda: iremos a los tribunales para impugnar la constitucionalidad de la cruel e inhumana firma del gobernador, que criminaliza a profesionales de la salud por atender a menores trans”.

Diversas asociaciones médicas y profesionales –entre ellas de médicos, cirujanos, psicólogos, trabajadores sociales y abogados– habían solicitado al gobernador el veto de la ley, advirtiendo sobre los efectos negativos para la salud mental y el bienestar de jóvenes transgénero.
La atención de afirmación de género abarca diferentes servicios médicos y de salud mental destinados a apoyar la identidad de género de las personas, una identidad que puede no coincidir con el sexo asignado al nacer.
Estos servicios buscan aliviar la disforia de género, una condición frecuentemente asociada con depresión y pensamientos suicidas, según estudios recientes del London Children’s Hospital y el Children’s Hospital de Filadelfia.
El tratamiento incluye desde asesoramiento psicológico y medicamentos que bloquean la pubertad hasta la terapia hormonal, la cual produce cambios físicos alineados con la identidad de género.

En el caso de hombres trans, la terapia hormonal puede detener la menstruación, aumentar el vello facial y corporal, y modificar la voz. Para mujeres trans, puede implicar el lento crecimiento de vello y el desarrollo de senos. Las cirugías de reasignación genital y de torso son raras en menores y se practican mayormente en adultos.
La decisión de Puerto Rico ocurre mientras otras 27 entidades federativas estadounidenses han implementado restricciones similares sobre la atención de afirmación de género para menores. Algunos estados como Arkansas y Montana han visto sus prohibiciones bloqueadas temporalmente por tribunales, aunque los litigios siguen abiertos.
La Corte Suprema de Estados Unidos recientemente avaló la prohibición de Tennessee, estableciendo un precedente legal que podría influir en casos similares en el país. “El fallo determina que la prohibición de Tennessee no viola la cláusula de igual protección de la Constitución”, explicó el juez presidente John Roberts.
Distintas voces dentro de la comunidad legal advierten que el fallo se centra en menores de edad y no resuelve de fondo el tema de la discriminación por identidad de género. Otros litigios en estados como Kansas, Dakota del Norte y Ohio aún avanzan en cortes estatales, donde podrían encontrarse más protecciones constitucionales que a nivel federal.

Por otra parte, varios estados y ciudades han aprobado leyes o emitido órdenes ejecutivas que garantizan acceso a la atención de afirmación de género, lo que crea un escenario legal y médico desigual en todo el país.
El respaldo médico a la atención de género se basa en el consenso de distintas asociaciones internacionales de profesionales de la salud, que consideran los tratamientos adecuados para abordar el malestar psicológico relacionado con la disforia de género.
Entre los riesgos y debates, los detractores afirman que los menores no están en posición de consentir procedimientos irreversibles y que algunos podrían arrepentirse en el futuro.
Parte de la oposición define estos procedimientos como “mutilación”, aunque la evidencia científica indica que los estándares actuales priorizan la evaluación psicológica rigurosa y una toma de decisión informada y supervisada.
A nivel internacional, las investigaciones apuntan que la atención afirmativa disminuye la tasa de intentos de suicidio y mejora la salud mental entre jóvenes transgénero. No obstante, los tratamientos hormonales y cirugías conllevan riesgos médicos que requieren seguimiento, como posibles efectos cardiovasculares, infertilidad y la necesidad de controles endocrinológicos regulares.