Powell advierte sobre riesgos de inflación, lo que no hizo en el gobierno de Biden

hace 7 horas 38

Las políticas económicas de Joe Biden introdujeron a EEUU en la peor inflación en las últimas cinco décadas y el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, nunca advirtió sobre eso; por el contrario, aseveró que no había de qué preocuparse.

Desde la llegada de Trump al poder, un gran crítico del trabajo de la Fed en los últimos años, incluso desde la pandemia, Powell parece haber cambiado su postura. Antes estaba renuente a subir las tasas cuando Biden y ahora busca todos los pretextos posibles para no bajarlas o hacerlo con algún impacto real en la vida cotidiana de los estadounidenses.

Powell dijo en reiteradas ocasiones que no había nada de qué preocuparse y aseguró que la inflación sería temporal. Lo expresó una y otra vez hasta el cansancio. Un año después, los estadounidenses vieron cómo los precios de todos los productos se triplicaron y en algunos casos se quintuplicaron en la peor crisis de los últimos 50 años.

Hasta hoy, los consumidores sufren los nefastos efectos de esa inflación causada por las fallidas políticas económicas del gobierno de Joe Biden, al que Powell defendió en todo momento e hizo absoluto silencio para no dañar las campañas de los demócratas en las elecciones legislativas de medio término de 2022.

Tanto la secretaria del Tesoro Janet Yellen, que secundó la pasividad del Banco Central, como Powell, tuvieron finalmente que reconocer la gravedad de su erróneo pronóstico. Pero lo hicieron como el dicho popular: como el que no quiere las cosas. Así se taparon unos a otros, al tiempo que Biden reiteraba -ante una lluvia de críticas- la supuesta independencia de la Reserva Federal y su confianza en Powell.

La "pasividad" de Powell

Ahora, bajo el gobierno republicano de Donald J. Trump, el sentimiento demócrata o pasivo del presidente de la Fed vuelve a imponerse. La Casa Blanca le apoda Jerome "Too late" Powell. Su inactividad con Biden fue para proteger las medidas del gobierno de izquierda y tardó un año y tres meses en comenzar a subir las tasas de interés para no frenar aún más la economía del país en medio de los elevadísimos precios de las viviendas, el combustible, los seguros, los medicamentos, los alimentos y todos los bienes de alto valor.

En estos momentos, Powell se muestra renuente a darle la vuelta a la tuerca, pero en sentido contrario: bajar la tasa referencial de interés para mover aún más rápido la economía estadounidense.

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, advirtió que recortar las tasas de interés demasiado rápido podría permitir que la inflación se mantenga, pero enfatizó que el Banco Central enfrenta un doble desafío de cara al futuro.

"No hay un camino libre de riesgos", declaró el presidente del Banco Central en un evento en Rhode Island.

"Si flexibilizamos de forma agresiva, corremos el riesgo de no alcanzar nuestro objetivo de inflación y de tener que revertir el rumbo posteriormente para volver a situarlo completamente en el 2%", sostuvo Powell como pretexto ante las presiones de conservadores y de la Casa Blanca que perciben las verdaderas intenciones del jefe de la Reserva Federal.

"Si mantenemos una política restrictiva durante demasiado tiempo, el mercado laboral podría debilitarse innecesariamente", añadió el presidente de la Fed.

Reducción mínima

Por tales causas, el secretario del Tesoro Scott Bessent no concuerda con las acciones y previsiones del Banco Central.

La Fed hizo la primera reducción (mínima de 0,25%) después de tres que hizo antes de las elecciones presidenciales y con más del 80% de los índices económicos en negativo en la administración Biden.

Powell redujo la semana pasada por primera vez este año, en 0.25% la tasa básica federal. Estas tasas, que guían los costos de financiación, se sitúan ahora en un rango de entre el 4% y el 4,25%.

La flexibilización se consideró por analistas vinculados a las políticas de izquierda como una medida preventiva, en realidad es una medida tardía y escasamente efectiva.

El deterioro del mercado laboral comenzó desde marzo de 2024 con la administración Biden y no pocos analistas independientes lo ubican mucho más atrás, desde noviembre de 2023.

Los 12 miembros del Comité Monetario del Banco Central afirman que el descenso de 0,25%, que no significa nada en la práctica para el consumidor estadounidense, está destinado a dar un "respiro" a la economía estadounidense y evitar un mayor deterioro del mercado laboral.

De acuerdo con datos del gobierno, la inflación registró 2,6% en julio, y Powell prevé que alcance el 2,7% en agosto.

Su preocupación y falta de acciones contrasta con lo que debería hacer realmente en este momento para impulsar la economía junto a un paquete de medidas efectivas del Departamente del Tesoro y del presidente Trump.

Pronósticos fallidos

Los aranceles, parte del plan económico del presidente Trump, han recaudado más de 120.000 millones de dólares sólo por concepto del aluminio, el acero y en la industria automotriz de forma parcial.

El gobernador de la Fed, Stephen Miran, nombrado por el presidente Donald Trump y potencial candidato para sustituir a Powell, votó en contra del 0.25% y, en su lugar, impulsó un recorte mayor de 0.50%.

Trump desea que sea del 1% o más; es verdaderamente lo que tendrá un impacto real dentro de los bancos y los préstamos.

Powell señaló que los aumentos en los precios de los bienes, que impulsan de forma ligera un reciente repunte de la inflación, parecen reflejar en gran medida el aumento de los aranceles.

Este es el primer impacto anunciado por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien ha reiterado que tras ese primer golpe de efecto inmediato y la readaptación de las economías a los aranceles de Washington, la balanza tomaría nuevamente su equilibrio y esta vez a beneficio verdadero de la economía del país y a beneficio de todos los americanos; como parte del gigantesco proyecto "America First".

El presunto traslado de los aranceles estadounidenses a los consumidores anunciado por los medios de prensa y analistas ligados a la izquierda se produce en menor medida de lo esperado y de forma imperceptible para el consumidor promedio. De hecho, existe una gran contradicción entre la caída de los precios mayoristas y el supuesto aumento de los minoristas.

Los precios mayoristas en Estados Unidos cayeron de forma brusca en agosto, según datos oficiales impulsados en parte el descenso de los precios en los sectores energético, de materias primas y comercial.

El Índice de Precios al Productor (IPP), que sirve como indicador de los precios que los consumidores podrían ver en los próximos meses, se situó en el 2,6 % interanual en agosto, muy por debajo de las expectativas de los economistas del 3,3 %.

Días antes de la última reunión de Powell con los gobernadores de la Reserva Federal, la Casa Blanca emitió el siguiente comunicado de prensa tras los datos de los precios mayoristas en EEUU.

"El presidente Trump ha derrotado la crisis inflacionaria causada por Joe Biden al implementar con éxito fuertes aranceles, que no han aumentado los precios como afirmaban los supuestos “expertos”. Esta es una razón más para que Jerome “Too Late” Powell reduzca las tasas de inmediato para que la vida cotidiana sea más asequible para los estadounidenses”, dijo Karoline Leavitt, la secretaria de prensa de la Casa Blanca

Algunos analistas vinculados a tendencias de izquierda pronosticaron un aumento del 0,3%, cuando en la realidad cayeron un 0,2%, de acuerdo con los datos del Departamento de Trabajo. La última bajada mensual de este tipo se registró en abril.

Estos datos se conocen mientras los efectos de los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump muestran sus resultados beneficiosos para la economía y las finanzas estadounidenses, y mientras se desmorona cada vez más la narrativa de que los gravámenes a socios comerciales de EEUU harían disparar los precios y por ende la inflación.

La misma narrativa

Sin embargo, el Banco Central sigue en su narrativa de que los precios pueden seguir subiendo hasta principios del 2026.

Según el jefe de la Fed, a diferencia de los asesores económicos y de comercio de la Casa Blanca, su intención es que un aumento en los costos por los aranceles no se convierta en un problema de inflación persistente. "Muy preocupado" se muestra ahora el señor Powell en el gobierno de Trump, a diferencia de hace cuatro años atrás cuando reinaba el caos económico.

El ascenso histórico de los precios sí ocurrió como consecuencia de las fallidas políticas económicas de la ultraizquierda en el gobierno anterior demócrata, plegado a una agenda radical de izquierda.

Rick Santelli de la cadena CNBC reaccionó: "¡Vaya, estoy sorprendido! ¡Hay un progreso real! Un 2,6% interanual en el titular. ¡Esperábamos un 3,3 %!".

Mohamed El-Erian, asesor económico principal de Allianz también dijo que “lo que estamos descubriendo es que el impacto final en el consumidor es mucho menor de lo esperado… Si la Reserva Federal realmente depende de los datos, la pregunta debería ser: ‘¿Por qué no bajar 0.50%?’”

Sin embargo, Powell afirma que "la postura política actual de la Fed la deja bien posicionada para responder a posibles desarrollos económicos".

La palabra de orden para los medios neoliberales de prensa y para los analistas que la repiten sin cesar es la "incertidumbre", con el objetivo de crear la incertidumbre en los inversionistas y de alguna forma hacer daño a la actual administración, que es al final el propósito de estos sectores influyentes.

El ambicioso proyecto

El nuevo inquilino de la Casa Blanca lleva adelante políticas efectivas a corto y mediano plazo, y ya probadas a lo largo de la historia económica de la nación americana, pero nunca a la magnitud actual y de manera simultánea.

Entre esas prerrogativas se encuentra el incremento del valor del oro con el propósito de que los bancos compren reservas en oro y saquen al sistema financiero mundial las grandes reservas de liquidez de dólares que tienen desde hace décadas, lo que facilita la no impresión de billetes que sí hace disparar de forma automática la inflación.

Por otra parte, Washington ha reducido el valor del dólar mediante medidas alternativas para traer inéditas inversiones al país que superan los 7 billones (trillions), en especial en la infraestructura tecnológica, que a su vez ha disparado los índices récord en las bolsas mediante las grandes empresas tecnológicas y ha subido la confianza de los mercados.

La reindustrialización de la economía y el impulso nuevamente a los combustibles fósiles y su amplia gama de derivados son partes clave del plan Trump, que se suman a las demás medidas emprendidas como un conjunto de elementos concatenados que evitan un posible fracaso generalizado.

Todo lo anterior tiene en pánico a algunos de forma honesta y a otros (los adversarios de Trump) quienes ya divisan el camino del éxito de las políticas económicas del actual Presidente y no les conviene para sus campañas políticas en aras de las elecciones legislativas del próximo año.

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FUENTE: Con información de AFP, USA Today, Reserva Federal, Departamento del Trabajo, Casa Blanca, The Wall Street Journal.

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