
La recuperación del Gran Premio de la República Argentina de Fórmula 1 es un tema que capta la atención de los amantes del automovilismo, pero también de los aficionados en general, ya que se trata de poder ver en vivo y en directo a los ases de la Máxima, entre ellos la posibilidad de alentar al crédito local, Franco Colapinto, en caso de que se concrete la fecha estimada para 2028, y que el mencionado piloto se mantenga en la categoría.
Plasmar el evento requiere de varios factores además de los indicados. Se trata de una compleja gestión, con un presupuesto inicial multimillonario, varios trabajos y la necesidad de que se haga un hueco en el calendario más largo de la historia de la categoría con 24 Grandes Premios, y seis que hoy se disputan en América.
La F1 siempre fue popular, pero la explosión desatada por la serie Drive to Survive (Netflix), cuya tercera temporada fue estrenada en plena pandemia de COVID-19, hizo que millones que antes tocaban de oído se convirtieran en nuevos aficionados a la categoría y que las entradas -salvo excepciones- se agoten en los 21 países y cuatro continentes que visita.
Hoy el canon anual de la F1 oscila de 40 a 70 millones de dólares dependiendo la sede. Formula One Management (FOM), la empresa que maneja los destinos comerciales y promoción de la categoría, varía el monto de acuerdo al interés. FOM fue adquirida en 2016 por el grupo inversor estadounidense Liberty Media que logró que la atención por la Máxima creciera en su país al punto de tener tres carreras: Austin, Las Vegas y Miami.

En el caso de Argentina, si bien FOM quiere venir, la sede elegida es nuevamente Buenos Aires, y poner condiciones el Autódromo Oscar y Juan Gálvez amerita un presupuesto adicional a los 100 millones de dólares para las reformas necesarias con el fin de volver a tener el MotoGP en 2027, tras 28 años de ausencia en el escenario porteño. Cabe recordar que entre 2014 y 2025 el Campeonato Mundial de Motociclismo de Velocidad corrió en nueve oportunidades en el Circuito Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero.
Contar con la presencia de un piloto argentino ayudaría al negocio y al respecto se refirió el periodista británico Joe Saward, quien escribe sobre la F1 desde 1988 y fue editor de prestigiosos medios especializados como Autosport y F1 News. "Argentina dependerá casi por completo de si Franco Colapinto puede hacer lo suficiente para mantener su impulso en 2026. El equipo Alpine necesita mucho trabajo y no se solucionará rápidamente, pero si Colapinto sigue allí, podríamos volver a Buenos Aires“, escribió en su blog.
Sobre el panorama, además de Argentina menciona con potencial a “Corea, Portugal y Sudáfrica. Por no hablar de Turquía y Barcelona. El precio es una cosa, pero la importancia estratégica también es clave para construir un deporte más global”. Subrayó que “otra carrera en Sudamérica, por ejemplo, tiene más valor que otra en Europa. Una carrera en África se considera importante, pero no a menos que el acuerdo sea el adecuado. Cabe destacar, por cierto, que el presidente de Ruanda, Paul Kagame, estuvo en Bakú, pero no intentó ser el centro de atención. Se reunió con Stefano Domenicali, pero evitó las fotos en la parrilla. Sudáfrica sigue dialogando y publicando comunicados de prensa, pero no parece que se concrete nada, y no hay ningún acuerdo cerca”.
Respecto de la chance de F1 en Argentina, el propio Colapinto fue mesurado en sus declaraciones previas al GP de Bélgica de F1: “MotoGP correrá en Argentina. Me parece genial que sea en Buenos Aires, donde hay tanta afición. Traer de vuelta la F1 será más difícil, pero sería fantástico si se logra. Me encantaría, por supuesto. Es uno de mis sueños, pero todavía parece un poco lejano. Hay mucho trabajo por hacer para que la F1 vaya allí, pero sería maravilloso si en el futuro pudiera hacerse realidad”.
En la última etapa que la F1 corrió en Argentina entre 1995 y 1998, los años que más entradas se vendieron fueron en el primer y el cuarto. “En 1995 se vendieron unas 55.000, en 1996 fueron 49.000, en 1997 unas 48.000 y se volvió a vender más de 50.000 en 1998 por la presencia de un argentino (Tuero) y se llegaron a 59.000″, contó el empresario Eduardo Ramírez en el programa Historia de Campeones. Ramírez fue el mánager de Esteban Tuero y de Gastón Mazzacane (los últimos argentinos en F1 antes de Colapinto) y también estuvo involucrado en la organización de las carreras en la década del noventa.
En aquella oportunidad el Estado no puso un peso y todo el presupuesto surgió de aportes privados. La conocida tabacalera que apoyaba a McLaren, Ferrari y otros equipos era uno de los sponsors más importantes junto con una importante tarjeta de crédito y otras firmas. También se consiguieron avales en bancos internacionales gracias a la gestión de los hermanos Federico y Marcos Gastaldi, que junto a Felipe Mc Gough y Fernando Tornello, encabezaron las gestiones y lograron plasmar el evento.
Para recuperar la F1 a nivel local se negocia con promotores privados. El Grupo OSD de Orly Terranova y Fenix Entertaiment Group son quienes gestionan con FOM. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires acompaña y por eso desembolsará el dinero informado para las obras que comenzarán en diciembre y terminarán en febrero de 2027. Poner el escenario porteño en el Grado 1 exigido por la Federación Internacional del Automóvil (FIA) demandará un costo adicional y por ejemplo, este año en Hungría se gastaron 200 millones de euros (234 millones de dólares) para la remodelación en el Circuito Hungaroring donde se construyeron nuevos boxes y modificaron tribunas.
Contar con un piloto local en la carrera en casa puede ayudar, pero quedó demostrado que no es un requisito excluyente. Cabe recordar que hay millones de argentinos que aún no pudieron presenciar una carrera de F1 y tenerla en Buenos Aires podría cumplir ese anhelo. Aunque hay otro factor clave que es el contexto económico del país y más si la inversión -en principio- va a ser toda con capitales privados. La expectativa es enorme, pero habrá que tener los pies sobre la tierra.