Polémico salón de baile de la Casa Blanca llevará el nombre de Donald Trump

hace 15 horas 2

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea dar su nombre al lujoso salón de baile de $300 millones de dólares que se construirá en el terreno donde hasta esta semana se encontraba la histórica Ala Este de la Casa Blanca, según informó ABC News, que citó a funcionarios del gobierno bajo condición de anonimato.

De acuerdo con el reporte, el nuevo espacio llevará el nombre de Presidente Donald J. Trump Ballroom, una decisión que, según fuentes cercanas al mandatario, ya fue aprobada por el equipo de planificación de la obra.

Durante una conferencia de prensa el jueves, Trump fue preguntado sobre el nombre del nuevo salón, pero evitó confirmarlo en ese momento. Sin embargo, ABC News aseguró que el mandatario decidió finalmente que el proyecto lleve su firma personal, como muchos de sus desarrollos empresariales antes de llegar a la política.

El salón ocupará 8,000 metros cuadrados, con capacidad para 900 invitados, y se espera que esté listo para 2026, año en que se celebrarán los 250 años de la independencia de Estados Unidos.

Según el medio, Trump logró reunir una amplia lista de patrocinadores entre magnates y corporaciones tecnológicas para financiar la construcción, durante una cena privada en la que —según asistentes citados por ABC News— el presidente comentó:

“Este es el precio de tener acceso al presidente”.

Quiénes financian el proyecto

La Casa Blanca publicó un listado de los patrocinadores del nuevo salón, en el que figuran empresas como Amazon, Google, Meta y Microsoft, así como influyentes donantes republicanos. Entre ellos destaca Benjamín León, empresario del sector salud y actual embajador en España, y el magnate petrolero Harold Hamm, conocido financista de las campañas políticas de Trump.

El proyecto, según el gobierno, busca crear “un espacio representativo y funcional para los grandes eventos de Estado y de diplomacia cultural”, aunque su costo y motivaciones personales han generado una ola de críticas en Washington.

Demolición de un símbolo histórico

La demolición completa del Ala Este, ocurrida a comienzos de esta semana, ha causado una fuerte controversia entre historiadores y arquitectos. La estructura original fue erigida en 1902 durante la presidencia de Theodore Roosevelt, y ampliada en 1942 bajo el mandato de Franklin D. Roosevelt, quien añadió un búnker subterráneo.

A lo largo de más de un siglo, el Ala Este fue escenario de eventos sociales y oficiales, sirvió como entrada principal para visitas diplomáticas y albergó la oficina de las primeras damas, función iniciada por Eleanor Roosevelt.

En sus últimos años, también fue sede de la sala de cine presidencial usada por las familias que ocuparon la Casa Blanca.

Varios expertos lamentaron la decisión de Trump de reemplazar un espacio histórico por un proyecto de carácter monumental y con su propio nombre. “El Ala Este formaba parte de la identidad simbólica de la Casa Blanca. Su destrucción representa una pérdida irreparable para el patrimonio arquitectónico del país”, señaló a ABC News un exfuncionario del Servicio de Parques Nacionales.

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