Eso fue lo que ocurrió en su desafortunado y previo encuentro en la Casa Blanca hace meses con el vicepresidente J.D. Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el propio Trump.
El jefe de la Oficina Oval conoce ahora con más detalles lo que pretende Vladimir Putin y hasta dónde está dispuesto a ceder, al menos por el momento.
Su cita histórica reciente cara a cara con el líder ruso le dio una perspectiva más amplia y exacta, sin interpretaciones de terceros, acerca de lo que puede acontecer en lo adelante. También abrió un nuevo camino de negociaciones para el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Queda pendiente un próximo encuentro entre Putin, Zelenski. Ambos desean que también esté Trump. “Si ellos quieren, allí estaré”, puntualizó el líder republicano.
El retroceso o el estancamiento
Este viernes, Trump argumentó a periodistas en la Casa Blanca que organizar una reunión entre los mandatarios ucraniano Volodimir Zelenski y ruso Vladimir Putin es tan difícil como mezclar "aceite y vinagre".
"Veremos si Putin y Zelenski deciden trabajar juntos. Es casi como el aceite y el vinagre. No se llevan muy bien, por razones obvias", comentó.
El jueves y el viernes, Rusia volvió a atacar zonas y objetivos en Ucrania, entre ellos un complejo industrial ruso-estadounidense en el oeste del país (Mukachevo).
"No estoy nada contento con eso", respondió Trump en el Despacho Oval
"Y no estoy contento con nada que tenga que ver con esa guerra", agregó.
Rusia también lanzó el jueves 21 de agosto 574 drones y 40 misiles contra territorio ucraniano en su mayor ataque en semanas.
Trump reiteró que se daba "dos semanas" para tomar una decisión sobre los esfuerzos de paz en Ucrania.
"Será una decisión muy importante, y serán sanciones, aranceles masivos o ambos, o no haremos nada y diremos: 'Es su guerra'", afirmó.
Las grandes expectativas se ciernen sobre los líderes europeos y Zelenski, a quien Putin considera ilegítimo, debido a que su mandato expiró el 20 de enero de 2024.
Pero también Putin se ha empeñado en controlar nuevos territorios en Ucrania antes del fin del conflicto. Ha reiterado que Rusia no terminará la guerra hasta que no cumpla todos sus objetivos, y lo que ha hecho hasta ahora es ganar tiempo con infructuosas negociaciones.
La guerra y el estado del país han impedido la realización de comicios. También se estima que unos [7 millones de ucranianos] han salido del país y casi 13 millones, alrededor de un tercio de la población, necesita ayuda humanitaria.
Trump quiere certeza real de avance
No obstante, y por petición de Trump, el presidente ruso ha dejado atrás ese cuestionamiento sobre el mandatario ucraniano y quiere seguir adelante con un encuentro próximo con Zelenski, quien se ha negado a que ocurra en la capital rusa.
¿Estaría dispuesto a realizar elecciones en Ucrania?, preguntó un reportero a Zelenski durante su más reciente encuentro con Trump y líderes europeos en la Casa Blanca.
“Sí, por supuesto. Claro que sí, pero no podemos hacer elecciones en medio de una guerra”.
“Necesitamos seguridad, al menos una tregua en el campo de batalla para que la gente pueda ejercer su derecho”, explicó.
Líderes europeos, a través de la llamada “Coalición de Voluntarios”, buscan un lugar viable y neutral para la reunión entre ambos mandatarios, con o sin la presencia de Trump.
La realidad es que siempre que se vislumbra y se comienza un avance por parte del presidente estadounidense, más tarde la situación regresa a un punto cero nuevamente entre ataques verbales o militares.
El presidente estadounidense considera que lo más importante en estos momentos es avanzar en un diálogo frente a frente entre los implicados en la guerra para comenzar el proceso de limar diferencias y hallar vías de solución mutuas en busca de la paz real, definitiva y la convivencia pacífica a ambos lados de la frontera.
Trump quiere certeza de avance entre los involucrados. Intenta que su mediación sea de apoyo, pero sobre compromisos sólidos y responsables.
"Estamos dispuestos a ayudarlos con apoyo aéreo, porque nadie tiene el tipo de cosas que nosotros tenemos, realmente, ellos no", afirmó Trump al referirse a los países europeos y precisó que EEUU [no pondrá tropas terrestres en Ucrania].
Ucrania no entrará en la OTAN
El líder republicano descartó categóricamente, una vez más, que Ucrania se una a la Organización del Tratado del Atlático Norte (OTAN), uno de los factores principales que ocasionó el comienzo de la guerra.
Del encuentro con Putin, transcendió la [aceptación] del líder ruso sobre las implicaciones de los países europeos en la seguridad de Kiev, otro punto clave en las negociaciones y que le permite a Trump la coordinación con la OTAN.
El secretario general de esa alianza militar, Mark Rutte, se reunió el 20 de agosto con sus principales miembros para proponer estrategias.
El jefe del Estado Mayor de Estados Unidos, el general Dan Caine, también sostuvo conversaciones con altos cargos militares de Europa en la noche del 19 de agosto, y debatieron acerca de "las mejores opciones para un potencial acuerdo de paz en Ucrania".
Lo anterior indica que se ajustan las piezas posibles para garantizar cuanto antes un ceso del fuego o el comienzo de un pacto definitivo con garantías de seguridad en el terreno. Trump no quiere cabos sueltos, y en lo que respecta a su gestión exige las máximas garantías para ambas partes.
Moscú advierte
No obstante, Rusia advirtió que [cualquier potencial acuerdo] con Ucrania debe garantizar su "seguridad territorial" y la de los ucranianos ruso-hablantes.
Y cuando el entorno parece mejorar, algunas declaraciones activan el freno.
El canciller ruso, seguei Lavrov acusó a los dirigentes europeos que acompañaron a Zelenski a Washington de provocar una "escalada agresiva de la situación" al intentar influir de forma "torpe" a Trump para que continúe el envío de armas a Ucrania.
Unos 30 aliados de Kiev, reunidos en la "Coalición de Voluntarios", conversaron el martes 19 de agosto por videoconferencia bajo los auspicios del presidente francés Emmanuel Macron y del primer ministro británico, Keir Starmer, para informarse sobre las conversaciones en Washington.
Los equipos de planificación europeos y estadounidenses deberían ponerse en contacto en "los próximos días" para "preparar el despliegue de una fuerza de seguridad si las hostilidades llegan a su fin", indicó un portavoz de Starmer.
Kiev estima que, incluso si se logra un acuerdo de paz, Moscú volverá a intentar una ofensiva, de acuerdo con medios de prensa liberales europeos.
La seguridad y los derechos de los rusos en Ucrania fueron dos razones centrales de Moscú para iniciar la invasión a principios de 2022. En ese entonces, Putin dijo que -entre otras causas- comenzaba la guerra para proteger de un "genocidio" a la población ruso-hablante de ese país.
El jefe de la Casa Blanca lleva casi 7 meses en busca de la solución de este conflicto, que ha causado demasiadas muertes innecesarias y ha ocupado demasiado tiempo para la administración Trump; sin entrar en detalles de los más de 300.000 millones de dólares destinados por el gobierno de [Joe Biden-Barack Obama] en los más de tres años de enfrentamiento militar.
Muertes y destrucción
Hasta el primer semestre de 2025, se estimaba que más de 13.000 civiles habían muerto en la guerra, entre ellos 2,500 niños. Y casi 30.000 habían resultado heridos.
En el campo de batalla han caído más de 46.500 soldados ucranianos y casi 400.000 han terminado heridos, de acuerdo con cifras de organizaciones no gubernamentales vinculadas al gobierno de Kiev.
Analistas perciben que Zelenski intenta tomar las negociaciones la ventaja militar que nunca tuvo, usando el poder, la influencia y las habilidades de Trump. Por su parte, Putin también -a través del inquilino de la Casa Blanca- busca poner fin al conflicto, pero con la garantía de no perder el territorio que tiene ocupado en Ucrania por su ofensiva militar, lo que podría ser en estos momentos [el mayor obstáculo] para un acuerdo pacifista.
Se desconoce si el presidente francés, Emmanuel Macron, quien busca protagonismo desde hace meses a través de la guerra de Ucrania y los aranceles de la Casa Blanca, ha cambiado de su posición de “instigador de Zelenski” a colaborador verdadero y de buenas intenciones en una salida de paz a la guerra Ruso-ucraniana.
Macron ha tomado el mandato de Trump y las negociaciones sobre Ucrania para recuperar el terreno político que ha perdido con su errónea gestión y una agenda de ultraizquierda que tiene hundido al país en una seria crisis económica y un caos social de extrema violencia generado por la entrada de millones de inmigrantes, la mayoría musulmanes, en los últimos años
“Esta guerra no es mía, yo sólo busco la paz y evitar que sigan las muertes de soldados, civiles e inocentes”, aclaró Trump a un periodista en el encuentro del lunes 18 de agosto.
El presidente estadounidense ha hecho públicas cifras espeluznantes sobre la guerra: entre 5.000 y 7.000 personas mueren cada semana entre civiles y soldados de ambas partes.
“Quiero que esto se termine lo antes posible”, ha expresado Trump, pero también la primera dama Melania, quien a través de su esposo le entregó una carta a Putin con el objetivo de persuadirlo sentimentalmente y comprometerlo a terminar la guerra.
"Cada niño comparte el mismo sueño silencioso en su corazón, bien haya nacido en un área rural o en una majestuosa ciudad. Sueñan con el amor, las posibilidades y la seguridad frente al peligro".
"Protegiendo la inocencia de esos niños hará más que servir a Rusia, servirá a la humanidad en sí misma. Una idea tan poderosa trasciende toda división humana y usted, señor Putin, está en una posición para implementar esa visión con el trazo de una pluma", afirma la misiva de Melania Trump.
Los antecedentes de la guerra
Resulta necesario recordar, a pesar de que las versiones de los medios de izquierda sean diferentes, que fue Ucrania quien inició la escalada militar en la frontera, aprovechándose de acusaciones de Putin de “genocidio contra los rusos en Ucrania” y el impulso de una campaña mediática para formar parte de la OTAN.
Zelenski, quien llegó al poder en 2014 tras el [controversial derrocamiento] de Víctor Yanukovich, desafió a Moscú con su decisión expresa de convertirse en miembro de la OTAN, en violación de un acuerdo sobre la seguridad nacional de Rusia en el que no se permitiría la entrada de países en la Alianza Atlántica que representaran una amenaza directa o indirecta para el estado ruso. Y en este caso, mucho menos de su vecino más cercano.
Putin trató de persuadir a Zelenski y anunció durante semanas su inminente invasión si el mandatario ucraniano no se retractaba. Incluso, muchos analistas políticos y estrategas militares predijeron que a Putin no le interesaba una guerra, sino demostrar poder y exhibir fuerza para seducir a Kiev.
Lejos de una reflexión de las consecuencias de un conflicto armado, el jefe del estado ucraniano se envalentonó con el apoyo directo de la administración Biden y su compromiso de darle todo el arsenal necesario “para vencer a Rusia”: armas, dinero, respaldo logístico e información de inteligencia. Zelenski pensó en era el momento para vencer a las fuerzas rusas y terminar con Putin de una vez.
Luego de varias semanas de espera por una reacción de entendimiento y diálogo que nunca llegó, Putin dio la orden de invadir el 24 de febrero de 2022.
Apenas dos semanas después de haber comenzado el conflicto bélico, el líder ruso volvió a llamar a Zelenski para detener la matanza. Pero la respuesta del ucraniano fue no ceder, sino proseguir la guerra hasta la victoria.
La historia
En 1997, la OTAN y Rusia -bajo el auspicio de Washington- firmaron el Acta Fundacional OTAN-Rusia en busca de un marco de seguridad para Europa y las garantías a Moscú del cumplimiento del pacto.
Pero no ocurrió así, la OTAN continuó su expansión con países de Europa Central y Oriental, sumó países que formaron parte del Pacto de Varsovia, firmado en 1955 durante la Guerra Fría.
Esta fue una violación flagrante del acuerdo, tras la desintegración de la Unión Soviética y la caída de Europa del Este. Así ocurrió ante la mirada inconforme, la “tolerancia” o responsabilidad de Rusia de no emprender acciones bélicas de respuesta en aras de evitar una guerra multilateral.
Apenas dos años después de la firma de ese convenio, en 1999, Polonia, la República Checa y Hungría se sumaron a la OTAN. Pero la lista no quedó ahí.
En 2004, también se unieron Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia.
Por su parte, [Moscú no tomó ninguna acción militar] hasta febrero del 2014 cuando invadió y se anexó la Península de Crimea, integrada por la República de Crimea y la ciudad autónoma de Sebastopol, que a su vez forman parte de la República de Ucrania.
De los 2,3 millones de habitantes de la Península de Crimea en 2014, 1,5 millones eran rusos, el 65.3%.
Múltiples denuncias y reportajes trascendieron las fronteras sobre arrestos, encarcelamiento y torturas a opositores rusos en Ucrania, que condujeron a comunicados del Kremlin y advertencias.
Sobre este telón de fondo a grandes rasgos, han pasado más de tres años de una guerra que Putin dijo en Alaska que no hubiese ocurrido jamás si Trump hubiera completado su segundo mandato consecutivo en la Casa Blanca. El líder ruso agradeció “los sinceros esfuerzos del presidente estadounidense en la búsqueda del fin de las hostilidades”.
"En una o dos semanas sabremos si vamos hacia la paz real o si esta horrible lucha va a continuar", señaló el jefe de la Casa Blanca.
El optimismo reservado
Trump explicó a periodistas que "Francia, Alemania y el Reino Unido, quieren tener botas militares sobre el terreno".
"No creo que esto sea un problema, para ser honesto. Creo que Putin está cansado de la guerra", agregó.
Según medios de prensa, Putin presiona a Ucrania para que ceda su región oriental del Donbás, cuya mayoría territorial está ahora bajo poder ruso, a cambio de detener el avance en otras zonas.
El Donbás es una zona rica en litio, minerales diversos y con grandes extensiones para el cultivo de granos que le daría a Rusia un mayor poder económico.
Zelenski ha rechazado cualquier medida de este tipo; sin embargo, valoró de muy positivo su encuentro en la Casa Blanca entre los principales líderes europeos y el jefe de la Oficina Oval en Washington, quien agregó: “Zelenski "también tiene que mostrar algo de flexibilidad", añadió
"Tuvimos una muy buena conversación con el presidente Trump, y realmente ha sido la mejor, bueno, tal vez la mejor será en el futuro", dijo
"Estoy muy emocionado. Aprovechemos al máximo el día de hoy", manifestó por su parte el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Trump comentó que Ucrania tiene que aceptar que no recuperará los territorios perdidos, incluyendo la región oriental de Donbás, pero que a cambio obtendría paz.
"Asumo que todos han visto el mapa. El 79% de Donbás está poseído y controlado por Rusia”, recalcó el Presidente.
"Esto fue una guerra y Rusia es una nación militar poderosa. Les guste o no, es una nación poderosa. Es una nación mucho más grande". Y hay una conclusión simple: "No te enfrentas a una nación que es 10 veces tu tamaño y poder (…) eso tiene graves consecuencias y si deseas la paz, tienes que asumirlas".
FUENTE: Con información de AFP, BBC News; sitios web de OTAN, informes de prensa de la Casa Blanca, The New York Times, entrevistas a expertos.