
Conocido por haber interpretado a James Bond en cuatro oportunidades, Pierce Brosnan volvió a los lugares de la capital británica donde se forjó su carrera actoral. El reencuentro estuvo marcado por la memoria de sus inicios y el estreno de El club del crimen de los jueves, adaptación cinematográfica de la novela de Richard Osman.
Durante este regreso, Brosnan visitó Camden Town y Primrose Hill, y compartió recuerdos de sus primeros años en la ciudad, según relató a The Guardian.
El recorrido comenzó en una calle secundaria de Camden, junto a un mercado de pescado, donde grabó una escena de pelea para “MobLand”, serie en la que actúa junto con Helen Mirren. Brosnan, de setenta y dos años, saludó a una trabajadora y recordó la filmación, consciente de que su fama no siempre es reconocida por todos. “Rodé una serie aquí llamada MobLand”, comentó. Estos encuentros entre lo cotidiano y lo memorable definieron la jornada.

La siguiente parada fue el antiguo Drama Centre London, actualmente Camden Arts Projects. Brosnan recordó el sitio de su audición, episodio que considera fundacional en su vida profesional. “Venir aquí fue lo que me hizo ser quien soy”, afirmó, evocando la época en que ahondó en el teatro experimental en el Ovalhouse de Kennington.
Aquellos años, explicó a The Guardian, resultaron cruciales en la construcción de personajes como “Red” Ron, el exsindicalista de El club del crimen de los jueves. “Reconocí a Ron por mis días en el teatro callejero y el agitprop. Compañías actuando fuera de la fábrica Ford, todo eso”, relató.
Brosnan admitió que su formación inicial carecía de formalidad, pero su paso por el Drama Centre bajo la guía de Christopher Fettes fue determinante. Fettes —fallecido el año anterior— se volvió su mentor y llegó a considerar que el cine estaba “por debajo” del talento de Brosnan.

El actor, sin embargo, recapituló agradecido el papel de James Bond: “Gracias a Bond. Me dio longevidad. Me dio el mundo en muchos aspectos”, señaló, recordando que su aspiración siempre fue el cine, pese a la recomendación de Fettes de apostar por el teatro clásico.
El recorrido continuó en el Roundhouse, enclave fundamental en la escena artística londinense, donde Brosnan vivió uno de los momentos más singulares de su carrera. En 1977, Tennessee Williams lo eligió como protagonista en “The Red Devil Battery Sign”. Aquella noche, Williams le envió un telegrama: “Gracias a Dios por ti, querido muchacho. Con cariño, Tennessee Williams”.
Brosnan narró sus vivencias junto al dramaturgo, a quien acompañaba hasta su coche tras las funciones, y relató entre risas que no recuerda las historias que Williams contaba en aquellas veladas porque él también bebía.

El Londres de los años setenta, marcado por la irrupción del punk y la influencia de bandas como Pink Floyd, formó parte de su proceso de aprendizaje y transformación. “Pink Floyd era parte de mi paisaje de aprendizaje y transformación. Yo era un hippy”, reconoció, mostrando un collar de cuentas que, según contó, tal vez le regaló un monje durante un vuelo turbulento.
Durante una pausa en un café de Primrose Hill, Brosnan intercaló comentarios sobre sus vídeos favoritos en redes sociales antes de regresar a la conversación sobre la película.
En El club del crimen de los jueves, dirigida por Chris Columbus, Brosnan comparte pantalla con Helen Mirren, Ben Kingsley y Celia Imrie, personificando a un grupo de jubilados que resuelven crímenes. Confesó que desconoce por qué Columbus pensó en él para el personaje de Ron, más allá de pedirle que se dejara barba.

El reencuentro con Mirren y Paul Freeman, con quien coincidió en su primera película, “The Long Good Friday”, añadió un tono especial a la experiencia. Recordó que en aquel filme no tenía frases: “Algunos piensan que es una de mis mejores interpretaciones. ¿Porque no tengo líneas? Exactamente. No me den líneas. Solo díganme: mira a la izquierda, mira a la derecha. Y pon cara de serio”.
Sobre su etapa como James Bond, Brosnan explicó que el personaje le permitió diversificar su carrera y evitar quedar encasillado. Entre los títulos que rodó entre entregas de 007, mencionó “Mars Attacks!”, “El secreto de Thomas Crown” y “El sastre de Panamá”. Su recomendación para quienes asuman la franquicia fue clara: ser creativo fuera de Bond resulta esencial, y agregó con ironía: “Consigue un buen abogado”.
La trayectoria de Brosnan en los últimos años estuvo marcada por la capacidad de abordar papeles muy distintos: como un asesino en “El matador”, un padre cantante en “Mamma Mia!” y un jefe de inteligencia en “Black Bag”, donde compartió escenas con Cate Blanchett.

De hecho, el actor relató una anécdota reciente en la que, tras asistir a una función de Blanchett en el Barbican, quiso felicitarla personalmente. Luego de ser reconocido y fotografiado por turistas, el personal de seguridad le denegó el acceso por no estar en la lista. Optó por dejarle una nota, y Blanchett respondió disculpándose por la situación.
Al concluir la jornada, mientras Brosnan se marchaba a su siguiente compromiso, una familia de turistas estadounidenses preguntó con asombro si realmente habían visto al célebre actor.
La escena, observada por el periodista de The Guardian, evidenció que, aunque algunos no lo identifiquen de inmediato, el brillo de la estrella de Brosnan permanece intacto en las calles de Londres.