
El premio del concurso del "Perro Más Feo del Mundo", más allá del trofeo o los 5.000 dólares que obtuvo la ganadora, representa para muchos la oportunidad de visibilizar historias de resiliencia y segundas oportunidades. Este año, la victoria correspondió a Petunia, una perra mestiza de bulldog inglés y francés de sólo dos años, originaria de Eugene, Oregón, cuya vida dio un giro radical tras ser rescatada de una situación de abandono.
Antes de su llegada a la competencia en la Feria del Condado de Sonoma, en Santa Rosa, California, Petunia sobrevivió al hacinamiento entre los criadores y acumuladores de perros de Las Vegas hasta que fue rescatada por voluntarios de Luvable Dog Rescue, según reportó The New York Times.
Alejada del estereotipo de un perro de exposición y descrita como una “alma gentil que adora a otros perros, gatos y personas”, Petunia fue transportada al norte del país, donde recibió cuidados médicos indispensables, incluyendo una cirugía para corregir un paladar alargado y una esterilización.

Gracias a la atención y el afecto, aprendió a caminar por senderos de Oregón y a encontrar seguridad entre mantas y brazos humanos. Los organizadores del certamen subrayan que su objetivo es celebrar “las imperfecciones que hacen especiales y únicos a todos los perros”.
En esta competencia, la ausencia de pelaje, los dientes desalineados y las miradas extraviadas dejan de ser defectos y se convierten en distintivos de valor.
La historia de Petunia se suma a la de anteriores campeones, como Wild Thang —con su lengua rosa constantemente asomada y vivos ojos bajo un peculiar penacho marrón-blanco— y Mr. Happy Face, un chihuahua comparado con una hiena por su extravagante aspecto. En contraste, la experiencia de Petunia resalta el mensaje central del evento: la adopción y el rechazo de los cánones de belleza que suelen imperar entre los animales de compañía.
La visibilidad de Petunia no terminará en la feria: su imagen aparecerá próximamente en latas de edición limitada de MUG Root Beer, un patrocinador del concurso, y tendrá presencia en la televisión nacional con una aparición en el programa “Today” de NBC. La dueña de la perra, Shannon Nyman, no pudo ser contactada por el periódico neoyorquino el sábado para expresar comentarios.
Si los reflectores se posan hoy sobre su figura, para Petunia los verdaderos premios llegaron mucho antes. La “multitud la recordará como la campeona”, mientras que para ella lo más importante será “los brazos que la llevaron a casa” y el afecto que ya no se mide por un puntaje frente al jurado.

El título del “Perro más Feo del Mundo” fue reclamado en 2024 por Wild Thang, un pequinés de entonces 8 años nacido y criado en Los Ángeles. Su historia de resiliencia conmovió a todos los asistentes y jueces por igual.
Funcionarios del concurso revelaron que la mascota contrajo moquillo en un refugio de acogida cuando era un cachorro, sobreviviendo por muy poco y sufriendo daños permanentes. Sus dientes no se desarrollaron, lo que le dio su apariencia característica con la lengua de fuera.
“(Wild Thang) ama a la gente, a otros perros y, sobre todo, a sus juguetes. Su propósito en la vida es promover la necesidad de vacunar a las mascotas”, escribieron los organizadores del concurso en un artículo sobre el ganador del año pasado.
Además, su historia inspira a miles gracias a las redes sociales, especialmente Instagram, donde se mantiene en contacto con todos sus seguidores. El año pasado, se creo una cuenta de GoFundMe para ayudar a que los pequineses que estaban en la zona de guerra de Ucrania fueran puestos a salvo.