
En el mundo del rock, es común que las salidas de los líderes de una banda marquen el declive del grupo o, al menos, generen una fractura insalvable entre sus miembros.
Ejemplos hay de sobra: Lou Reed y The Velvet Underground, Paul McCartney y The Beatles, o incluso Roger Waters y Pink Floyd. Sin embargo, Genesis desafió esa tendencia y sobrevivió sin Peter Gabriel, alcanzando un éxito aún mayor con Phil Collins al mando. “Genesis no solo sobrevivió, sino que redefinió su legado con Phil Collins como líder”
Durante años, los rumores sobre una supuesta enemistad entre ambos músicos se mantuvieron vivos. Se especuló con que Gabriel resentía el triunfo de su antiguo grupo sin él, mientras que Collins habría buscado borrar el legado de su predecesor. Pero la realidad dista mucho del drama que la industria musical suele alimentar, informó Far Out.
Cuando Peter Gabriel anunció su salida de Genesis en 1975 con la frase “Fuera, Ángeles Fuera”, la banda parecía condenada a la incertidumbre. Su voz y su estilo teatral habían definido el sonido del grupo, y muchos pensaban que nadie podría ocupar su lugar.
Sin embargo, Genesis ya tenía la solución en casa: Phil Collins, su baterista desde hacía cinco años, fue quien asumió el liderazgo.“Lo que parecía el fin de Genesis se transformó en el comienzo de su época más icónica”
El proceso no fue sencillo. Collins tomó el micrófono con cierto escepticismo y con la presión de mantener a flote un proyecto que ya tenía una base de seguidores leales. Pero lo que pocos imaginaron fue que su estilo más accesible y melódico llevaría a Genesis a alcanzar niveles de éxito estratosféricos.
Los álbumes lanzados bajo su liderazgo, como A Trick of the Tail y Invisible Touch, consolidaron la banda como un referente del rock progresivo y del pop rock de los años 80. Este ascenso meteórico hizo que la era de Gabriel en Genesis se convirtiera en un recuerdo lejano para muchos, lo que alimentó la idea de una posible rivalidad entre ambos músicos.

A lo largo de los años, los fanáticos y la prensa buscaron indicios de resentimiento entre Gabriel y Collins. El primero dejó la banda en un momento complicado, sintiendo que su imagen eclipsaba al resto del grupo.
Mientras tanto, Collins asumió el liderazgo y llevó a Genesis a un sonido más comercial, lo que algunos puristas del rock progresivo interpretaron como una traición al legado inicial de la banda.
Sin embargo, ambos negaron cualquier tipo de conflicto. Gabriel, lejos de sentirse desplazado, siempre apoyó el crecimiento de Genesis. Prueba de ello fue su asistencia a la última presentación de la gira de despedida del grupo, The Last Domino?, en Londres.
En una entrevista con Mojo, Gabriel habló con naturalidad sobre su salida de la banda: “Mi marcha fue un rito de paso, la verdad. Había formado parte de la creación de Genesis, así que quería estar allí al final.”
En otra ocasión, el cantante incluso sugirió que su salida benefició a la banda, permitiendo a Collins y a los demás miembros desarrollarse de manera más libre.
El rock and roll estuvo marcado por historias de traiciones, egos y enemistades legendarias, pero la relación entre Peter Gabriel y Phil Collins no encaja en ese guion. Lejos de resentimientos, ambos artistas siguieron caminos distintos, cada uno con su propio éxito.
Gabriel consolidó una carrera en solitario con discos como So, mientras que Collins se convirtió en un ícono del pop y el rock de los 80 con temas como In the Air Tonight. Después de cinco décadas de especulación, la conclusión es clara: Gabriel y Collins no se odian porque nunca tuvieron razones para hacerlo. La verdadera narrativa de Genesis está en la evolución, no en el conflicto.