
Dos inmigrantes nicaragüenses fueron encontrados en la cajuela de un automóvil durante una parada de tráfico en el condado de Maverick, Texas, gracias a la intervención de un perro policía, según informó Telemundo.
El hallazgo ocurrió cerca de Eagle Pass, cuando un patrullero detuvo un vehículo por una infracción de tránsito.
Lo que parecía una inspección rutinaria se transformó en un caso de presunto tráfico de personas, con la detención de dos personas más y la entrega de los inmigrantes a la Patrulla Fronteriza.

El incidente comenzó cuando el agente de policía solicitó la licencia de conducir al conductor del vehículo, identificado como Joshua Souza, residente de Wisconsin. Souza mostró únicamente una fotografía de su licencia en lugar del documento físico, lo que generó sospechas inmediatas en el oficial.
Durante varios minutos, Souza insistió en que no había cometido ninguna falta, pero su negativa a permitir la revisión del automóvil incrementó la desconfianza de la agente. La situación se tensó cuando la oficial solicitó inspeccionar el vehículo y Souza se negó, reiterando que no había hecho nada malo.

El perro policía olfateó el automóvil y se detuvo de manera insistente junto a la cajuela. Al abrirla, los agentes descubrieron a dos hombres acostados en el interior, ambos de nacionalidad nicaragüense.
Los nombres de los inmigrantes no fueron revelados, pero las autoridades confirmaron que se trataba de ciudadanos de Nicaragua.
La reacción de Souza sorprendió a los oficiales: “Déjelos, son mis primos”, afirmó ante la incredulidad de los agentes. Uno de los oficiales cuestionó por qué, si eran familiares, viajaban en la cajuela y no en los asientos traseros. Souza respondió: “Ellos querían viajar así”, una explicación que dejó perplejos a los presentes.

Junto a Souza viajaba Loren Garza, residente de Killeen, Texas. Ambos fueron detenidos y acusados de dos cargos de contrabando humano.
Los dos inmigrantes nicaragüenses fueron entregados a la Patrulla Fronteriza, que se encargó de su custodia y procesamiento.

Telemundo detalló que el caso se enmarca en un contexto de creciente presión sobre la inmigración en el país, con un aumento de las redadas y operativos por parte de las autoridades federales.
El hallazgo de los inmigrantes en la cajuela no es un hecho aislado, sino que refleja una tendencia al alza en los operativos de control migratorio en la frontera sur de Estados Unidos.
En las últimas semanas, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ha intensificado sus acciones, lo que ha generado preocupación en diversos sectores económicos. Agricultores, ganaderos y gerentes de hoteles y restaurantes han manifestado su inquietud ante el impacto de las redadas, que han provocado la salida de trabajadores extranjeros de sus puestos de trabajo.
La semana pasada, el gobierno federal ordenó una pausa en las redadas de inmigración, lo que fue recibido con alivio por parte de los empleadores. “Por fin se respiraba tranquilidad”, expresó Rebecca Shi, directora ejecutiva de la American Business Immigration Coalition, en declaraciones recogidas por Telemundo.
Sin embargo, el miércoles, la subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, advirtió: “No habrá espacios seguros para las industrias que den cobijo a delincuentes violentos o que intenten socavar deliberadamente los esfuerzos de control de la inmigración. El control en los lugares de trabajo sigue siendo una piedra angular de nuestros esfuerzos por salvaguardar la seguridad pública, la seguridad nacional y la estabilidad económica”.
La política migratoria experimentó un giro cuando Stephen Miller, subjefe de gabinete de la Casa Blanca, asignó al ICE una cuota de 3.000 detenciones diarias, un aumento significativo respecto a las 650 diarias que se registraron durante los primeros cinco meses del nuevo gobierno federal. Este incremento en la presión operativa ha tenido repercusiones directas en la vida de los inmigrantes y en la dinámica laboral de sectores que dependen de mano de obra extranjera.