Otrovertido, la personalidad alternativa que transforma la independencia en fortaleza

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Figuras históricas como Frida Kahlo,Figuras históricas como Frida Kahlo, Kafka, Einstein y Orwell ejemplifican el perfil otrovertido (EFE/ Archivo)

A lo largo de la historia, hubo quienes se destacaron por desafiar la corriente dominante. Frida Kahlo, Franz Kafka, Albert Einstein y George Orwell no eran ni introvertidos ni extrovertidos, compartían otra cosa; una forma única de habitar el mundo, fieles a sí mismos y ajenos al rebaño. Ese rasgo hoy tiene nombre: otroversión, según la denominación del psiquiatra Rami Kaminski.

Su propuesta, recogida en libros y medios internacionales como The Guardian, reconfigura los esquemas clásicos de la psicología de la personalidad y destaca el potencial de quienes deciden caminar por senderos propios.

El concepto de otroversión, acuñado por Kaminski, describe a quienes no sienten la necesidad de incluirse en un grupo y valoran la independencia emocional por encima de la afiliación colectiva.

Esta categoría desafía la clásica dicotomía entre introversión y extroversión, al plantear que la falta de pertenencia puede convertirse en una fortaleza. Kaminski expone que la otroversión representa una forma de estar en el mundo donde la autenticidad y la autonomía son prioritarias (ideas plasmadas en su libro The Gift of Not Belonging).

El psiquiatra Rami Kaminski defineEl psiquiatra Rami Kaminski define la otroversión como una personalidad alternativa basada en la independencia emocional (EFE/ Archivo)

El término otroversión surge de la unión de la palabra española “otro” con el sufijo “-versión”, en línea con la idea original de Carl Jung sobre introversión y extroversión. Según Kaminski, los otroverts orientan su atención en una dirección distinta a la mayoría: “Su orientación fundamental rara vez coincide con la de los demás”.

Asimismo, contó en New Scientist que, de niño, al unirse a los scouts, permaneció indiferente ante el entusiasmo colectivo en la ceremonia de iniciación; mientras los demás manifestaban emoción por la pertenencia, él consideró vacías las palabras del juramento.

La sensación de “forastero perpetuo” lo acompañó durante años y, en su ejercicio profesional, detectó la misma actitud en muchos pacientes: una indiferencia hacia la integración grupal que no implica un trastorno, sino una forma legítima de personalidad.

A diferencia de introvertidos y extrovertidos, los otrovertidos no se definen por la dirección de su energía, sino por su autonomía respecto a la identidad grupal. “No buscan en su interior ni en el grupo, sino en otra parte”, señaló. Esta independencia no implica incapacidad para vincularse: pueden formar relaciones profundas y auténticas, pese a no sentirse atraídos por la pertenencia colectiva.

La otroversión desafía la dicotomíaLa otroversión desafía la dicotomía entre introversión y extroversión, priorizando la autenticidad y la autonomía (BBC)

Las repercusiones sociales de la otroversión son aún más notorias en sociedades que valoran la integración y el trabajo en equipo. Kaminski advierte que quienes no adoptan una identidad grupal pueden sufrir dificultades, sobre todo en la adolescencia, cuando la presión por encajar es intensa.

Sin embargo, aclara que la otroversión no es un defecto ni implica aislamiento social. “No somos jugadores de equipo en ese sentido”, afirmó, aunque esto no significa ausencia de relaciones significativas.

De hecho, su tendencia a esquivar el “ruido” de la cultura popular y los enfrentamientos tribales les permite enfocarse en la autenticidad de sus vínculos y proyectos personales.

Entre las ventajas de este perfil, Kaminski destaca la originalidad y la independencia emocional. Al no depender de las normas del grupo ni de la validación externa, los otrovertidos pueden pensar y crear con libertad. Mantenerse al margen del “enjambre” social favorece el desarrollo de ideas propias y la adaptación flexible a los cambios, sin miedo a desafiar las convenciones colectivas.

Además, su bienestar emocional no depende de la aceptación del grupo, por lo que no temen al rechazo ni sienten la necesidad de convencer a otros de su valor.

La otroversión desafía la dicotomíaLa otroversión desafía la dicotomía entre introversión y extroversión, priorizando la autenticidad y la autonomía (Guillermo Kahlo/Wikimedia Commons)

La historia ofrece ejemplos notables de este tipo alternativo de personalidad. Personas como Frida Kahlo, Franz Kafka, Albert Einstein y George Orwell representan este perfil: individuos que, al no depender emocionalmente de ningún colectivo, supieron detectar los riesgos del pensamiento de grupo antes que la mayoría.

“La historia está llena de pensadores independientes que no sucumbieron al fanatismo de la mente colectiva”, señaló Kaminski en The Guardian. Esta capacidad para observar desde fuera y cuestionar el consenso social ha sido fuente de innovación y transformación.

En su libro, Kaminski insiste en que este perfil no es una patología, sino una manera valiosa de estar en el mundo. La otroversión invita a reconocer el valor de quienes deciden por sí mismos y mantienen su independencia de criterio, sin dejarse definir por expectativas ajenas.

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