Después de 24 años de dolor por el peor atentado terrorista perpetrado por el radicalismo islámico el 11 de septiembre de 2001 y con un saldo de más de 3,000 civiles inocentes muertos y otros cientos de heridos, la ciudad de Nueva York será dirigida por Zohran Mamdani, un musulmán radical, socialista, sin currículo profesional y pro-Hamás (terroristas).
Sin estudios universitarios, cero experiencia empresarial, cero experiencia política, productor de música rap y consejero en prevención de ejecuciones hipotecarias, el miembro de la organización Socialistas Democráticos de América (DSA) dirigirá (o intentará hacerlo) una de las ciudades más emblemáticas y de poder no sólo en EEUU, sino en el mundo.
El radicalismo
A pesar del impacto entre decenas de millones de estadounidenses en todo el país, el triunfo de Mamdani también era esperado, después de una gran maquinaria de propaganda y fondos tras su nominación en las primarias.
Aún no se han expuesto pruebas, pero resulta muy probable que los hilos del poder oscuro de la izquierda en EEUU estén detrás de "su triunfo".
El nuevo alcalde electo de Nueva York anunció en su primera rueda de prensa la formación de un equipo de transición integrado sólo por mujeres, exfuncionarias locales y federales.
Lo que sí confirmaron estos comicios es que la izquierda se torna cada vez más radical y ya no se trata únicamente del destino del país, sino del enfrentamiento entre la proliferación de tendencias ideológicas antiamericanas y el capitalismo occidental estadounidense.
Nacido en Uganda, de ascendencia india y con sólo siete años de haberse nacionalizado estadounidense, el desconocido Mamdani cuenta con el respaldo de figuras de la izquierda socialista como Bernie Sanders, Ilhan Omar y Alexandria Ocasio-Cortez, además de Hillary Clinton, George Soros y su hijo, Alexander Soros, entre otros.
Hijo de Mahmood Mamdani, un académico indio-ugandés de ascendencia gujarati chiita, y de Mira Nair, cineasta indoestadounidense de origen punjabi hindú, Zohran llegó a Nueva York tras un breve paso por la Ciudad del Cabo (Sudáfrica).
Su trayectoria, marcada por su identidad como inmigrante musulmán y su adhesión al comunismo lo han convertido en una figura “atractiva” para los simpatizantes y beneficiarios del [subsidio vitalicio] y el socialismo del siglo XXI o la anarquía marxista.
El plato fuerte
Mamdani, el plato fuerte y más controversial en estas elecciones, se convirtió en la consagración de los planes del radicalismo islámico-comunista en EEUU.
Endulzó el oído con todas las mentiras posibles, las promesas socialistas que le gusta escuchar a las tres generaciones reacias al trabajo y la producción de bienes para el desarrollo verdadero de una sociedad. Son jóvenes, en su mayoría, nacidos después de los ataques terroristas en Nueva York y minorías latinas en esa ciudad (dominicanos y puertorriqueños principalmente), que votó en un 80% contra Andrew Cuomo, exgobernador demócrata del estado, quien tenía “demasiadas cosas en su contra”, como dijo el presidente Donald J. Trump en una entrevista durante el American Business Forum en Miami (Foro Americano de negocios).
En esa misma entrevista, el líder republicano señaló que con la elección del comunista y musulmán radical Zohran Mamdani “la ciudad de Nueva York había perdido su soberanía” y “muchos saldrán huyendo hacia otros estados y ciudades como Miami”.
En Virginia, la nueva gobernadora demócrata es Abigail Spanberger, mientras que en Nueva Jersey se alzó con el triunfo, Mikie Sherrill, con el 56,2%, frente al republicano Jack Ciatarelli (43,2%).
En California, la Propuesta 50 para reformar el mapa electoral -a favor de más escaños de los demócratas en el Congreso en Washington- recibió como se suponía la mayoría de votos.
A pesar de ser bastiones demócratas (Nueva York y California) y variables como son Virginia y Nueva Jersey, Trump reconoció que a los republicanos en campaña les faltó difundir y cautivar al electorado con información de “todo lo que hemos hecho por el bien de los estadounidenses y el país en apenas nueves meses; después de recibir un puro desastre de los últimos cuatro años de Joe Biden y Kamala Harris”.
Los demócratas andan muy ofendidos por todas las acciones que se realizan a favor de la transparencia electoral en Estados Unidos. El presidente Trump quiere otorgar cero margen al fraude y ha emprendido una intensa campaña en el Congreso en Washington para que en todos los estados se exija, como lo requiere la Constitución del país, que sólo los ciudadanos estadounidenses puedan ejercer el sufragio y las personas que vayan a cumplir con este derecho sean obligadas a mostrar un documento con foto que pruebe su estatus.
En Nueva York, por ejemplo, a los electores no se les exige eso, pero ocurre en diversos estados, la mayoría gobernados por demócratas, lo que deja en entredicho la famosa "seguridad electoral" o "transparencia".
Penetración y expansión del islamismo en EEUU
La postura de mantener el cierre parcial del gobierno federal bajo la administración Trump hasta las elecciones municipales recientes en varios estados demócratas, no es una casualidad; es una estrategia política para intentar sacar al Partido Demócrata del atolladero en que se encuentra después de una extensa lista de derrotas electorales y fallos adversos de la Corte Suprema de Estados Unidos, profunda crisis de liderazgo y credibilidad, una agenda globalista y de extrema izquierda, entre otros factores.
Sin embargo, la llegada de Mamdani va más allá de una simple elección local por lo que ha revelado en público y su convicción de expandir el islán como misión sagrada, contrario a los designios del mundo occidental, visto desde la óptica islámica como ofensa y enemigo inaceptable.
Mamdani trata de desviar la atención, respaldado por los grandes medios de izquierda, sobre sus promesas y la capacidad que tendrá su gobierno para cumplir con lo que prometió: casi todo gratis y bajo el estricto control del gobierno local. Pero su verdadero objetivo es amplificar el islamismo radical y convertir a Nueva York en una gran mezquita; “construir” un cuartel de operaciones para la penetración y expansión islámica, como ocurre ahora en el Reino Unido y muchos otros países de Europa.
Trump ha reiterado que reducirá al máximo los fondos federales a Nueva York, mientras se espera una emigración masiva de empresas y ciudadanos hacia otros estados conservadores.
Se estima que alrededor de más de un millón de neoyorquinos abandonen la ciudad, tras el triunfo del ugandés.
Así lo revela una encuesta de JL Partners para el diario británico Daily Mail, que habla de un escenario de “aniquilación demográfica histórica”, con un impacto económico de enormes dimensiones, debido a la plataforma política y económica del [exrapero Mamdani].
El sondeo indica que el 9% de los neoyorquinos “sin ninguna duda” abandonará la ciudad de 8,5 millones de habitantes. Otro 25% (2,12 millones), “consideraría” también irse de Nueva York con la alcaldía en manos del musulmán radical.
El caos
Todavía Mamdani no se ha sentado en el ayuntamiento de la Gran Manzana y el caos ya toca a su puerta y es lo que él esperaba y por lo que trabajó: el caos, otra gran crisis para Nueva York.
Isaac Toledano, un promotor de bienes raíces y director ejecutivo de la firma BH Group, con sede en Miami, dijo a Fox News digital que su empresa ha cerrado en los últimos meses contratos con compradores de Nueva York por un valor superior a los 100 millones de dólares, el doble del año pasado.
Esos clientes, muchos de ellos empresarios acaudalados, previeron la victoria de Mamdani por lo que optaron por dejar la cosmopolita urbe y mover sus empresas.
Al igual que Barack Hussein Obama, quien abrió las puertas al islamismo en puestos de gobierno locales, estatales y federal, el [musulmán desconocido] fue muy probablemente elevado por los hilos de poder de la élite en las sombras del izquierdismo o el llamado Estado Profundo, para exaltar a un "don nadie" como el gran triunfador islámico "demócrata".
Mamdani ha pedido recortes radicales de fondos a la policía de Nueva York (aunque después se retractó), subir aún más los altos impuestos a la clase media y empresarial, crear mercados regulados, transporte gratis, guarderías gratis, regulaciones drásticas al precio de las rentas y otras "acciones" ficticias como parte de una plataforma socialista de “gratuidades”.
La película de gastos indiscriminados, el “festival” de subsidios, el control gubernamental, las subidas estrepitosas de impuestos, el aumento de la criminalidad y el desorden social, no resulta nada novedosa en la actualidad. La sufren ahora mismo Francia, el Reino Unido, Alemania, Bélgica, España, el estado de California junto a los gobernados por la extrema izquierda. El resultado es el mismo: fracaso y destrucción.
Los neoyorquinos, acostumbrados en las últimas dos décadas a la dependencia de la manutención gubernamental, no votaron por salvar a Nueva York, sino por hundirla más en el caos, la decadencia y la inseguridad ciudadana; o peor aún, para terminar de abrir todas las puertas al enemigo del sistema capitalista occidental y americano: el islamismo radical.
lmorales@diariolasamericas
FUENTE: Con información de AFP, The New York Times, New York Post, Fox News digital, Casa Blanca.
hace 9 horas
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