Nueva York impulsa la vida nocturna sin alcohol con un festival inédito

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Amigos brindan con mocktails duranteAmigos brindan con mocktails durante un evento sin alcohol en Manhattan, reflejo del auge de la cultura “zero proof”.

El auge de los bares sin alcohol y los clubes exclusivos para abstemios está transformando la vida nocturna de Nueva York, donde la cultura de la sobriedad se consolida como una tendencia que va mucho más allá de la simple moderación. El próximo sábado 1 de noviembre, la ciudad será escenario de su primer gran festival dedicado íntegramente a bebidas sin alcohol, un evento que refleja el cambio de hábitos entre los neoyorquinos y la creciente demanda de alternativas para socializar sin recurrir al consumo de alcohol.

El Drinks with Benefits festival, que se celebrará en el Altman Building de Chelsea, marca un hito al reunir a cerca de 1.000 asistentes interesados en explorar más de 60 marcas de bebidas no alcohólicas y funcionales, entre las que destacan Ghia, French Bloom, Saint Buena Vida, Norie, Society De La Rassi, Cipriani, Wolffer Estates y Giesen.

El evento ofrecerá además experiencias como sesiones de meditación, grabaciones en vivo de pódcast sobre vida sobria, degustaciones gastronómicas a cargo de reconocidos chefs de la ciudad, un laboratorio de coctelería sin alcohol y un espacio exclusivo para solteros.

Los bares de Nueva YorkLos bares de Nueva York reinventan la mixología con bebidas vibrantes y presentaciones artísticas que atraen a una nueva generación de consumidores.

La iniciativa, impulsada por The Daily Pour, responde a una transformación en los hábitos de consumo, especialmente entre la Generación Z, que opta cada vez más por reducir o eliminar el alcohol de su vida social.

Amanda Paul-Garnier, vicepresidenta de marketing de la plataforma organizadora, explicó a The New York Post que el objetivo es demostrar que la diversión y la vida nocturna pueden existir sin necesidad de bebidas alcohólicas: “La cultura está cambiando, la Generación Z [en particular] bebe mucho menos, y queríamos crear un ambiente basado en actividades sin alcohol”, afirmó Paul-Garnier al medio.

El fenómeno no se limita a los festivales. En los últimos años, han surgido en la ciudad tiendas especializadas como Spirited Away (177 Mott St.) y Minus Moonshine (433 Sterling Place), que ofrecen una amplia gama de bebidas sin alcohol en un entorno similar al de una licorería tradicional. Alex Highsmith, copropietaria y gerente general de Spirited Away, señaló a The New York Post que el negocio crece de manera orgánica cada año, sin necesidad de publicidad, y que esperan realizar alrededor del 40% de sus ventas en los próximos tres meses debido a la temporada festiva.

Las cervezas y destilados sinLas cervezas y destilados sin alcohol ganan terreno en los bares y festivales de la ciudad, impulsando un nuevo modelo de socialización saludable.

El estigma que antes rodeaba a la vida sobria está desapareciendo, y el festival busca precisamente revertir cualquier percepción negativa asociada a la abstinencia, presentando la cultura “zero-proof” de Nueva York como algo atractivo y divertido. No obstante, los organizadores, entre ellos Michael DiBugnara, han evitado etiquetar el evento como “sobrio” para no excluir a quienes sí consumen alcohol, subrayando que el objetivo es la inclusión y la apertura a todos los públicos.

La demanda de espacios libres de alcohol ha dado lugar a propuestas exclusivas como The Maze, el primer club privado sin alcohol de la ciudad, que abrió sus puertas el 15 de octubre en el 43 W. 24th St. Con una lista de espera de 2.600 personas.

El club, fundado por Justin Gurland, empresario y trabajador social con 17 años de sobriedad, ofrecerá cenas en su restaurante dirigido por el chef Tom Colicchio y su equipo de Crafted Hospitality. Gurland relató a The New York Post que, tras dejar el alcohol en su juventud, echaba en falta un lugar donde socializar sin presión para beber: “Aprendí a ser un tipo sobrio en Nueva York, pero realmente no había un sitio para salir y ser social estando sobrio”, expresó Gurland al medio.

Productos del club de mocktailsProductos del club de mocktails de Manhattan, reflejo de una industria que apuesta por sabores complejos y diseño moderno.

La tendencia también se refleja en la apertura de bares sin alcohol en distintos barrios. El actor y estrella de “Summer House” de Bravo, Carl Radke, inauguró recientemente Soft Bar + Cafe en Greenpoint, Brooklyn, un local que ofrece “soft cocktails” y bebidas inspiradas en cafeterías, abierto todos los días de la semana y con sistema de reservas. Radke, según relató The New York Post, enfrentó escepticismo por parte de sus compañeros de programa cuando presentó la idea, pero el éxito del bar demuestra el interés creciente por este tipo de propuestas.

Antes de la llegada de Soft Bar + Cafe, el No More Cafe en el East Village (352 E. 13th St.) se posicionó como uno de los pioneros en el segmento, abriendo sus puertas en abril de 2024. Su propietario, Rodrigo Nogueira, indicó al mismo medio que el negocio mantiene un flujo constante de clientes, quienes acuden tanto para trabajar como para relajarse en un ambiente de bar, pero sin el riesgo de resaca. El menú, cuidadosamente diseñado, incluye desde copas de vino sin alcohol USD 14.

Interior de un bar temáticoInterior de un bar temático sin alcohol en Brooklyn, ejemplo de cómo la estética vibrante se une a la filosofía “fun without drinking”.

La experiencia de los clientes habituales refuerza la idea de comunidad que se está gestando en torno a estos espacios. Aaron Johnson, asiduo del No More Cafe, destacó a The New York Post: “Aquí somos una comunidad: las mismas personas vienen todos los días. Somos un grupo muy unido”. Johnson añadió que las conversaciones en el local tienen una calidad diferente: “Tenemos conversaciones inteligentes, no es que esas charlas no puedan darse en bares tradicionales, pero aquí hay una realidad más sobria”.

A pesar del entusiasmo, persisten ciertos obstáculos legales y comerciales. La Ley de Control de Bebidas Alcohólicas de Nueva York impide que las licorerías vendan bebidas sin alcohol, y en los supermercados estos productos suelen quedar relegados a lugares poco visibles. Sin embargo, la proliferación de festivales, clubes y bares sin alcohol indica que la ciudad está preparada para una vida social vibrante y diversa, sin necesidad de recurrir al alcohol para disfrutarla.

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