La más reciente adaptación cinematográfica de la popular franquicia de manga “Demon Slayer” se ha convertido en la primera película japonesa en superar los 100.000 millones de yenes en taquilla mundial, equivalente a unos 644 millones de dólares, según confirmaron sus distribuidores. Este logro la posiciona como uno de los fenómenos culturales más importantes del anime contemporáneo.
El filme, titulado “Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba – Castillo Infinito: Parte 1”, relata el enfrentamiento final de Tanjiro Kamado contra los demonios, mientras el protagonista continúa su lucha por devolver la humanidad a su hermana Nezuko. La producción forma parte de una trilogía anunciada por sus creadores, lo que amplía las expectativas del público internacional.
Estrenada fuera de Japón en agosto, con proyecciones en regiones como Norteamérica y un reciente lanzamiento en China, la película ha acumulado más de 89 millones de espectadores alrededor del mundo. La cifra, difundida por Aniplex y Toho, subraya el impacto global de una saga que continúa rompiendo barreras en la industria del entretenimiento.
Dentro de Japón, la película mantiene el segundo lugar histórico en ingresos, solo por detrás de una entrega anterior de la misma franquicia, la cual se convirtió en un fenómeno durante la pandemia de covid-19. Incluso ha superado a “El viaje de Chihiro” (2001), uno de los clásicos más emblemáticos del Studio Ghibli. Este avance consolida a “Demon Slayer” como una de las franquicias más influyentes del anime moderno.
Un fenómeno que redefine el estándar del anime
La obra original, escrita por Koyoharu Gotouge e ilustrada en formato manga antes de su adaptación, ha sido frecuentemente elogiada por críticos y seguidores. La serie destaca por elevar la calidad visual del anime, gracias al trabajo del estudio Ufotable, reconocido por su innovación técnica y estética en las secuencias de acción.
La última entrega cinematográfica sorprende por sus efectos visuales, que incorporan escenarios dinámicos, movimientos acrobáticos y batallas veloces contra demonios en un castillo con apariencia caleidoscópica. Estas escenas subrayan la dedicación del equipo creativo por mantener un estilo visual impactante que conecte con audiencias de todas las edades.
Otro aspecto que distingue a “Demon Slayer” es la concisión de su historia. A diferencia de otras franquicias japonesas de gran extensión, como “One Piece”, que supera los 100 volúmenes, “Demon Slayer” se compone de solo 23 tomos. Esta brevedad ha sido vista como una ventaja narrativa que permite un desarrollo sólido sin recurrir a historias excesivamente largas.
El éxito internacional de esta nueva película confirma que la saga continúa expandiendo su presencia global y consolidándose como una referencia fundamental dentro del anime. Con dos entregas restantes en camino.
La expectativa crece entre los seguidores que aguardan el desenlace de una historia que ya es considerada un hito de la animación japonesa. Si la tendencia actual se mantiene, la franquicia podría seguir estableciendo récords y redefiniendo el alcance mundial del entretenimiento animado.
hace 7 horas
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