- crédito Abogados de ColombiaLa aplicación de la cuota alimentaria en Colombia, históricamente asociada a los padres biológicos, incorpora ahora un componente adicional mediante el reconocimiento jurídico del padre o madre de crianza, figura que establece obligaciones para quienes hayan asumido voluntariamente funciones parentales.
Esta normativa, sustentada en principios de solidaridad familiar y protección del interés superior del menor, contempla que padrastros o madrastras pueden ser requeridos a responder económicamente por los hijos de su pareja cuando se demuestre un ejercicio real, sostenido y comprobable del rol parental.
FOTO DE ARCHIVO. Un empleado cuenta billetes de pesos colombianos en una casa de cambio en Bogotá, Colombia, 11 de julio, 2022. REUTERS/Luisa GonzálezAhora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook
De acuerdo con los lineamientos vigentes, la cuota alimentaria debe cubrir necesidades básicas como alimentación, educación, salud, vivienda, recreación y vestuario. Esta obligación se mantiene hasta que el hijo alcance la mayoría de edad y puede extenderse hasta los veinticinco años si continúa estudiando y no cuenta con ingresos propios.
Aunque esta responsabilidad recae inicialmente sobre los progenitores biológicos, existen circunstancias en las que otras personas pueden ser vinculadas a esta obligación tras un análisis detallado de su conducta y del papel que han desempeñado en el proceso formativo del menor.
La normativa reconoce que un padrastro o madrastra pueden ser considerados responsables alimentarios cuando se acredita que asumieron la figura de padre o madre de crianza, condición que no surge automáticamente por la convivencia, sino por la participación activa y consistente en las actividades esenciales del menor.
Estos elementos incluyen acompañamiento emocional, cumplimiento de compromisos económicos, participación en decisiones cotidianas y apoyo en procesos educativos. La autoridad competente analiza cada caso para determinar si existió una asunción voluntaria de las responsabilidades propias de un progenitor.
El caso registrado en Ciudad Bolívar ha generado indignación a nivel nacional - crédito IcbfEl procedimiento para establecer esta obligación puede adelantarse ante el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, una comisaría de familia o un juez de familia, dependiendo de la situación y la evidencia disponible. En estas instancias se recopilan pruebas documentales, testimonios, registros de convivencia, reportes académicos y demás elementos que permitan verificar si la persona cumplió un rol parental relevante.
El análisis incluye la duración de la convivencia, el nivel de dependencia emocional del menor, la frecuencia del apoyo económico y el nivel de involucramiento en las actividades del hogar.
La decisión de imponer una cuota alimentaria al padrastro o madrastra no pretende reemplazar las obligaciones de los padres biológicos, sino complementar la protección del menor cuando se demuestra que la figura de crianza tuvo un papel determinante en su desarrollo.
El principio de interés superior del menor guía todo el proceso, garantizando que las medidas adoptadas respondan a sus necesidades, estabilidad emocional y condiciones de crecimiento.
Según los lineamientos legales, la autoridad deberá examinar situaciones en las que uno de los padres biológicos ha incumplido sus responsabilidades, lo que puede incrementar la relevancia del rol asumido por el adulto de crianza.

La norma contempla que, en casos de separación o ruptura de la unión marital, el adulto que ejerció como figura parental mantenga ciertas obligaciones derivadas del rol asumido. Esto ocurre cuando se demuestra que el menor generó un vínculo afectivo estable y percibió a esta persona como referente familiar significativo. Por esta razón, el análisis jurídico revisa el impacto emocional que la desvinculación pudiera generar y evalúa si existe una relación consolidada que sustente la continuidad de la obligación alimentaria.
En contextos donde el padre o madre de crianza dejó evidencia clara de participación económica, actos de protección y acompañamiento diario, la autoridad puede establecer medidas para garantizar la continuidad de ese apoyo. El objetivo es evitar vacíos en la protección del menor, especialmente cuando depende de una figura que durante un tiempo prolongado asumió responsabilidades esenciales. La cuota alimentaria, en estos casos, se define con base en la capacidad económica del adulto, las necesidades del menor y las condiciones particulares del vínculo afectivo.
Este marco normativo busca fortalecer la garantía de derechos de niños, niñas y adolescentes y adaptarse a las dinámicas familiares actuales, donde los hogares reconstituidos son cada vez más frecuentes. La regulación pretende ofrecer una respuesta equilibrada frente a situaciones en las que la figura de crianza desempeña un rol determinante, reconociendo que las realidades afectivas pueden trascender los vínculos biológicos. Con esta disposición se pretende cerrar vacíos que históricamente afectaban la protección integral de menores en contextos de separación o desvinculación de adultos significativos.
El proceso para determinar esta responsabilidad alimentaria continúa siendo riguroso y exige una valoración detallada de cada caso. Las autoridades deben garantizar que la medida no sea automática y que responda a criterios probatorios suficientes, evitando decisiones que no tengan sustento jurídico.
Al mismo tiempo, esta norma representa una herramienta para fortalecer la corresponsabilidad en la crianza y garantizar que los menores cuenten con apoyo estable mientras se encuentran en condición de dependencia económica.
hace 1 hora
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