“Nos cansamos”: comerciantes cierran sus locales tras ataques y protestas en el centro de Los Ángeles

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La ola de protestas yLa ola de protestas y saqueos en el centro histórico de Los Ángeles provoca una caída del 80% en las ventas de comercios locales. (AP Foto/Jae C. Hong)

El distrito histórico de Los Ángeles ha visto cómo algunos comercios optan por contratar seguridad privada y otros discuten, incluso con ayuda de traductores, si abrir sus puertas ante la incertidumbre.

La ola de protestas políticas de la última semana acompañada de actos vandálicos y saqueos ha provocado una caída drástica en las ventas de los negocios locales, según reportó The Wall Street Journal.

Las manifestaciones que comenzaron de manera pacífica en el centro de la ciudad han derivado en disturbios nocturnos, afectando a cerca de dos docenas de comercios saqueados y cientos más vandalizados.

La imposición de un toque de queda desde el martes 10 de junio por la noche ha reducido la actividad delictiva, pero también ha obligado a restaurantes a cerrar antes de la cena y a teatros a cancelar funciones, lo que ha profundizado el impacto económico en la zona.

Entre los negocios afectados se encuentran tanto grandes marcas como Apple y Nike, que mantienen tiendas insignia urbanas en el área, como pequeños comercios familiares de inmigrantes.

El centro de Los Ángeles,El centro de Los Ángeles, epicentro de protestas y disturbios, concentra el 21% de los empleos y el 29% de los salarios de la ciudad. (REUTERS/Mike Blake/File Photo)

Johnny Wong, propietario de California Floral Co., relató a The Wall Street Journal que su familia, de origen vietnamita-estadounidense, ha visto cómo los ingresos de la florería han caído un 80% en los últimos días.

Wong explicó que ha tenido que cerrar cada jornada alrededor del mediodía debido a la falta de clientes y al temor de la gente de salir a las calles. “Simplemente nos cansamos”, expresó Wong, tras varios días de intentar limpiar el grafiti que cubre la fachada de su local cada mañana.

El centro de Los Ángeles alberga una amplia variedad de oficinas corporativas, restaurantes, museos y teatros, además de distritos comerciales de joyería y moda. En las últimas dos décadas, la zona ha experimentado una transformación, con la conversión de edificios de oficinas en lofts residenciales, lo que la ha convertido en uno de los barrios más densamente poblados de la ciudad.

Según la DTLA Alliance, una coalición de propietarios, aunque el centro representa solo el 1,4% de la superficie geográfica de la ciudad, concentra el 21% de los empleos y el 29% de los salarios de Los Ángeles.

El centro de Los ÁngelesEl centro de Los Ángeles alberga una amplia variedad de oficinas corporativas, restaurantes, museos y teatros. (REUTERS/Aude Guerrucci)

El atractivo del centro para los manifestantes radica en la presencia de edificios gubernamentales, incluido un centro de detención federal donde se retiene a personas acusadas de violaciones migratorias y otros delitos federales.

Sin embargo, los líderes empresariales locales, según consignó el medio, se muestran más preocupados por el impacto económico que por el hecho de que su vecindario se haya convertido en epicentro de una crisis política nacional.

Muchos consideran que esta situación representa un nuevo golpe para la economía local, que ya venía resentida por los disturbios tras el asesinato de George Floyd en 2020, los cierres por la pandemia y el auge del trabajo remoto.

Michael Backlinder, inmigrante sueco y propietario de la cafetería Il Caffé, describió cómo la carpintería local ha ofrecido servicios gratuitos para proteger los escaparates de los comercios.

“Las protestas son pacíficas, pero detrás de eso hay personas que vienen a saquear y están destruyendo nuestra comunidad”, afirmó Backlinder, mientras observaba cómo se colocaban tablones en las ventanas de su negocio.

El toque de queda yEl toque de queda y la violencia obligan a cerrar negocios y cancelar actividades culturales en el distrito histórico de Los Ángeles. (REUTERS/Barbara Davidson)

Blair Beston, directora ejecutiva del Historic Core Business Improvement District, ha dedicado jornadas enteras a coordinar la recuperación y monitorear los daños en la zona.

Beston manifestó su preocupación por el grafiti con mensajes como “F— ICE” que permanece en edificios históricos, como la antigua sede de Los Angeles Times, y teme que se conviertan en marcas permanentes en el paisaje urbano.

Según Beston, parte de los delitos no provienen de manifestantes, sino de grupos organizados de saqueadores que aprovechan la confusión. Mostró al WSJ un video donde se observa a decenas de personas enmascaradas entrando y saliendo de la tienda de Apple en cuestión de minutos.

“Tenían radios, tenían un camión de mudanzas U-Haul. Todo ocurrió en cinco minutos”, relató Beston.

La decisión del gobierno nacional de desplegar a la Guardia Nacional de California en contra de la opinión del gobernador Gavin Newsom ha generado debate a nivel nacional.

Comerciantes han visto cómo susComerciantes han visto cómo sus ingresos han caído hasta un 80% en los últimos días. (REUTERS/David Ryder)

Beston comentó al diario que habría preferido que la Guardia Nacional patrullara las calles de su distrito comercial, pero en su lugar se limitaron a custodiar edificios federales, lo que, según ella, tuvo poco efecto en la seguridad del vecindario.

Atribuyó la mejora en la situación del miércoles 11 de junio a la presencia de agentes de la California Highway Patrol, que reforzaron a la policía local la noche anterior.

Durante la mañana del miércoles, el centro histórico mostraba algo más de movimiento peatonal, en parte porque allí se concentra una de las mayores densidades de residentes en apartamentos de Los Ángeles.

A pesar de ello, varios comercios permanecían cerrados más allá de su horario habitual. Una joyería local optó por colocar guardias privados en la entrada, mientras que en otro establecimiento el propietario debatía con sus empleados, con la ayuda de un traductor de español, si abrir o no una de sus sucursales.

El impacto económico de lasEl impacto económico de las protestas se suma a las secuelas de la pandemia y el auge del trabajo remoto en el centro de Los Ángeles. (REUTERS/Aude Guerrucci)

En el barrio vecino de Little Tokyo, conocido por su comunidad inmigrante y su atractivo turístico, la situación era más desoladora. Pocos comercios abrieron después de las 10 de la mañana y la mayoría de los grafitis seguían sin limpiar en ventanas y aceras.

Algunos negocios colocaron carteles a favor de la inmigración, buscando mostrar apoyo a los manifestantes o disuadir a posibles vándalos y saqueadores.

El restaurante de ramen Daikokuya fue uno de los pocos que abrió a media mañana. Su propietario, Satoru Murata, explicó a The Wall Street Journal que la clientela ha disminuido un 50% respecto a lo habitual, debido a la menor afluencia en la hora del almuerzo y a su decisión de cerrar a las 16:00 horas cada día.

Murata señaló que, gracias a una reja que asegura cada tarde, su local ha sido de los pocos en la zona que no ha sufrido pintadas con mensajes contra la policía, ICE o Trump.

Murata expresó su deseo de que esta etapa de activismo político y los problemas asociados lleguen a su fin. “Solo quiero que termine”, declaró.

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