Estante de una frutería (Shutterstock)Si pensamos en frutas cítricas, es probable que las primeras en las que pensemos sean las clásicas: el limón, la naranja o la lima. Sin embargo, existe una que destaca por sus múltiples beneficios para la salud y por, pese a su sabor amargo, conquistar los paladares en todo el mundo. Se trata del pomelo, una fruta de aspecto similar a una naranja de gran tamaño.
Esta fruta se distingue por su riqueza en antioxidantes, minerales y vitaminas, especialmente la vitamina C y las del grupo B, así como por sus propiedades anticancerígenas, cuenta la farmacéutica y nutricionista Reme Navarros Escrivá para Atida Mifarma.
Uno de los aspectos más valorados del pomelo es su contribución a la pérdida de peso y al metabolismo. Su bajo contenido calórico (alrededor de 100 kilocalorías por cada 100 gramos) y su elevado porcentaje de agua lo convierten en un aliado en dietas tanto de adelgazamiento como de mantenimiento. El pomelo puede ayudar a bajar de peso cuando se integra en una dieta equilibrada y se combina con ejercicio físico, aunque no se recomienda seguir una dieta restrictiva basada únicamente en esta fruta. Muchas personas optan por consumirlo en zumo, a menudo mezclado con naranja natural para suavizar su sabor amargo.
Pomelo cortado sobre una tabla (Unsplash)El pomelo también ha mostrado efectos positivos en la salud cardiovascular, cuenta la nutricionista. Su contenido en flavonoides contribuye a la prevención de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, mejora la circulación y favorece el funcionamiento del músculo cardíaco. Además, su acción antioxidante ayuda a regular los niveles de colesterol y a reducir los triglicéridos, fortaleciendo así el sistema circulatorio. Entre los antioxidantes presentes en el pomelo destacan los betacarotenos, que previenen el estrés oxidativo, retrasan el envejecimiento y protegen la vista frente a enfermedades como la degeneración macular y las cataratas.
El consumo regular de pomelo puede ofrecer múltiples beneficios para la salud, especialmente en lo que respecta al control metabólico y al bienestar general. Este cítrico contribuye a regular los niveles de insulina en sangre, ayudando así a mantener una adecuada respuesta del organismo frente a la glucosa. Este efecto resulta clave para reducir el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, una condición que, de no controlarse, puede derivar en diabetes tipo 2. Además, el pomelo contiene compuestos bioactivos que favorecen el equilibrio del metabolismo y promueven una mayor sensibilidad celular a esta hormona, potenciando el aprovechamiento energético de los azúcares.
Por otra parte, la especialista Navarro explica que el ácido salicílico presente en el pomelo desempeña un papel importante en el cuidado del sistema osteoarticular. Este componente ayuda a disolver los depósitos de calcio inorgánico que pueden acumularse en los cartílagos y articulaciones, un proceso que, con el tiempo, puede contribuir al desarrollo de dolencias como la artritis. Gracias a esta acción, el consumo o la aplicación de productos derivados del pomelo podría favorecer la movilidad articular y prevenir la rigidez. Además, el ácido salicílico se caracteriza por sus propiedades antiinflamatorias y exfoliantes, lo que lo convierte en un aliado tanto para la salud interna como para el cuidado de la piel.
En cuanto al sistema digestivo, el pomelo es una excelente fuente de fibra y agua, dos elementos esenciales para un tránsito intestinal adecuado. La fibra aumenta el volumen de las heces y facilita su expulsión, ayudando a prevenir el estreñimiento y a mejorar la salud intestinal. Asimismo, su consumo favorece una digestión más eficiente y una mejor absorción de los nutrientes provenientes de otros alimentos. Este contenido de fibra, junto con su bajo aporte calórico, genera un efecto saciante, por lo que el pomelo puede ser un complemento ideal en dietas destinadas al control del peso.
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