
Ramón Maddoni murió a los 83 años y la noticia causó desconsuelo en todo el fútbol argentino ya que fue un personaje valioso que descubrió a muchos futbolistas que triunfaron en la Primera de Argentinos Juniors, Boca y la selección argentina. Entre otros, pasaron Carlos Tevez, Leandro Paredes, Fernando Gago, Esteban Cambiasso y Juan Pablo Sorín, muchos de los cuales se despidieron en las redes sociales. Entre las últimas promesas que surgieron gracias a él, resalta Valentín Colo Barco.
“Adiós maestro. Maestro de sueños y forjador de talentos. Formador incansable y referente del fútbol argentino. Tu pasión, entrega y visión dejaron huella en generaciones de jugadores y en todos los que tuvimos el privilegio de conocerte. Gracias por enseñarnos que el verdadero legado no está solo en los títulos, sino en las personas que ayudamos a crecer. Adiós querido Ramón. QEPD”, fueron las palabras que le dedicó Club Parque, su segunda casa.
En el corazón del barrio de Villa del Parque, el Club Social Parque se ha consolidado como una auténtica cantera de talentos. Allí, bajo la atenta mirada de Maddoni, surgieron figuras como Carlos Tévez, Fernando Redondo, Juan Pablo Sorín y Esteban Cambiasso. Según relató el propio Maddoni en una entrevista con El Gráfico en 2007, su método para detectar futuros cracks se basaba en la observación minuciosa y el análisis comparativo. “No hay muchos secretos, se trata de mirar mucho, analizar, comentar, comparar. Con el tiempo, si a uno le gusta –y a mí me encanta– se desarrolla un olfato especial para seleccionar chicos que pueden llegar a Primera”, explicó. Esta capacidad, que él mismo define como “ojo clínico”, se forjó a lo largo de más de treinta años dedicados a la formación de jóvenes futbolistas.

“Un gran jugador y una persona extraordinaria. Tuvo un gesto que nunca voy a olvidar como fue el de invitarme a ver el Mundial en Alemania”. La emoción de Maddoni al recordar a Juan Pablo Sorín revelaba la profundidad de los lazos que se forjan en el fútbol formativo, donde el vínculo entre entrenador y jugador trasciende la cancha y se convierte en una historia de gratitud y reconocimiento. Hoy Juampi le retribuyó en las redes: “Ramón siempre estarás con nosotros, te quiero con el alma”.
El club Social Parque, ubicado en la calle Marcos Sastre 3268, funcionó durante años como el principal semillero de Argentinos Juniors. Con el paso del tiempo, y tras una década de relación fluida, se transformó en el nexo fundamental para las divisiones juveniles de Boca Juniors. Maddoni, con una trayectoria consolidada, se convirtió en el referente indiscutido de este proceso. La rutina diaria en el club implicaba la supervisión de 250 chicos: “Hay que ver y atender a todos, más los que vienen pidiendo pista. ¿Cansado? No, para nada, si me causa placer. Y como siempre hay un pibe que la rompe y te genera esperanzas, ése es el mejor incentivo para seguir trabajando”, contaba por ese entonces.
La convivencia diaria en el club estuvo marcada por el afecto y el respeto. Los chicos saludan a Maddoni con besos y abrazos antes de iniciar los entrenamientos, y él responde con una mezcla de exigencia y cariño. La disciplina se extiende también a los padres, quienes observan en silencio desde el borde de la cancha. “Es un código que se respeta. Lo saben desde el primer día que los chicos vienen acá a trabajar. Todo lo que debemos decirnos lo hacemos al principio. Después, lógico, respondo cualquier inquietud, pero en los entrenamientos y en los partidos, silencio. Es mejor para todos, para nosotros, para ellos y especialmente para los pibes”, afirmaba. Eso es lo que lo llevó a ser tan reconocido tras su pérdida por todos los cracks.

Tan bueno fue el recuerdo que generó en sus pupilos que a días de haber dado la vuelta olímpica en el Mundial de Qatar 2022, Paredes se dirigió al Club Parque para reencontrarse con uno de sus padres futbolísticos. Fue seguramente el último o uno de los últimos encuentros que tuvieron. El otro campeón mundial con la Albiceleste que también fue captado por él fue Alexis Mac Allister. Y un tercero se le escapó de sus manos: Thiago Almada. Ya afirmado en la cantera de Vélez, Maddoni quedó maravillado con el delantero de Fuerte Apache en una prueba en Parque y lo invitó a cancha de 11 en Boca, pero finalmente Thiago permaneció en el Fortín.
El paso de Maddoni por Argentinos fue decisivo en su carrera. “A mí esta actividad me salvó la vida porque yo pasé momentos muy difíciles por un grave problema familiar y con esto encontré un remedio fabuloso. Y tengo que agradecerle especialmente a José Batista, un tipo bárbaro, todo un emblema de Social Parque, y que me dio un impulso extraordinario allá por los años 80–81”, recordó. En ese club, Maddoni formó a generaciones de futbolistas, como la clase 73 integrada por Fernando López, Manrique, Taricco y el Pescadito Paz, así como la clase 76 de Sebastián Pena, Sorín y Martín Andrizzi, y la 77 con Nicolás Diez como figura destacada.
El salto a Boca en 1996 se produjo gracias a Mauricio Macri y Jorge Griffa, quienes comprendieron la importancia de invertir en las divisiones formativas. Maddoni asumió la responsabilidad de los infantiles, mientras Griffa se encargó de los juveniles. “La experiencia que había adquirido en Argentinos fue muy útil en un lugar en donde se preocupaban por desarrollar lo que en definitiva era el fútbol del futuro y el progreso de la institución”, explicaba.
Entre los jugadores que más lo impresionaron, Maddoni destacó siempre a Carlos Tévez: “El mejor, para mí, Carlitos Tévez, el más parecido a Maradona de todos los que tuve desde que estoy en esta actividad. Ese sí que es distinto, por más que ahora esté en un club inglés de escaso renombre, él siempre se las ingenia para hacer algo diferente”. También mencionaba asiduamente a Fernando Gago, con quien mantenía contacto.
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