
Una comunidad creciente de personas en Estados Unidos ha comenzado a utilizar muñecos hiperrealistas, conocidos como reborn dolls, como mecanismos de apoyo emocional ante pérdidas gestacionales o neonatales. Estas figuras, que imitan con precisión el aspecto físico de un recién nacido, pueden alcanzar precios que superan los USD 5.000 dependiendo de los materiales empleados y el nivel de detalle alcanzado por los fabricantes, según un reportaje de People.
De acuerdo con ese medio, el portal Reborns.com, uno de los principales sitios especializados en la comercialización de estos muñecos, llega a vender hasta 60 unidades por día. Su fundador, David Stack, declaró que muchos compradores adquieren los muñecos tras la muerte de un hijo o un embarazo interrumpido. Otros usuarios simplemente encuentran en ellos una forma de recrear el vínculo maternal.
La fabricación y comercialización de estos muñecos ha dado lugar a una subcultura en línea conformada por creadores, compradores y seguidores. En plataformas como TikTok y YouTube, algunas personas comparten rutinas cotidianas con sus muñecos, muestran sus colecciones o discuten experiencias personales vinculadas al duelo. Esta exposición ha generado tanto apoyo como críticas.

Los reborn dolls surgieron a inicios de los años 2000, cuando artistas comenzaron a modificar muñecos industriales para dotarlos de mayor realismo. Actualmente, algunos de estos muñecos son elaborados con silicona de grado médico, lo cual eleva su precio a cifras entre USD 1.000 y USD 5.000, según el artículo de People. El promedio general se sitúa alrededor de USD 250 para modelos básicos en vinilo.
El nivel de realismo incluye detalles como venas visibles, pestañas injertadas, marcas en la piel, cabello implantado individualmente y peso ajustado para simular el de un recién nacido. Algunos coleccionistas los denominan “muñecos de adopción” y sus creadores utilizan términos como “nursery” o “parir muñecos”, lo que refleja el lenguaje simbólico asociado al vínculo emocional que se establece con el objeto.

La psicóloga clínica Jessica Zucker, citada en People, explicó que el uso de los reborn dolls puede ofrecer alivio en contextos de duelo gestacional. Según Zucker, autora del libro Normalize It: Upending the Silence, Stigma, and Shame That Shape Women’s Lives, estos objetos permiten simbolizar el cuidado y la conexión que no pudieron concretarse debido a la pérdida. Indicó que, en algunos casos, las mujeres experimentan consuelo al sostener muñecos que reproducen el peso y tamaño de un recién nacido, lo cual puede funcionar como un amortiguador emocional.
La evidencia académica ha identificado posibles beneficios en el uso de muñecos hiperrealistas en contextos clínicos, aunque todavía no se ha establecido un consenso generalizado. Un estudio publicado en la revista científica Frontiers in Psychology, firmado por Gillian A. Mitchell y Sarah Templeton, examinó el uso de muñecos en pacientes con demencia. El trabajo concluyó que estos objetos pueden facilitar el apego emocional, reducir la ansiedad y brindar una sensación de propósito en personas adultas mayores con deterioro cognitivo.

Según el estudio de Frontiers in Psychology, los muñecos eran percibidos por algunos pacientes con demencia como bebés reales, lo cual activaba conductas protectoras y emociones asociadas al cuidado. No obstante, los autores señalaron que su implementación debe manejarse con precaución y en contextos clínicamente supervisados, dado el riesgo de malinterpretaciones o dependencias psicológicas.
CNN abordó el tema desde una perspectiva de salud mental, recogiendo declaraciones de especialistas que reconocen el potencial del uso de muñecos como herramienta terapéutica en determinados casos, aunque con advertencias sobre su uso no controlado. La doctora Jennifer Katzenstein, directora de Psicología en el Hospital Infantil Johns Hopkins All Children’s, señaló a ese medio que algunos pacientes experimentan alivio emocional con muñecos terapéuticos, pero subrayó la necesidad de acompañamiento profesional para evitar efectos contraproducentes.

La creadora de contenido Maria Trigg, quien diseña y vende estos muñecos, relató a People que varios de sus clientes enfrentan situaciones emocionales complejas, incluyendo depresión, ansiedad o duelo perinatal. Trigg afirmó que sus muñecos han sido adquiridos por personas que buscan una forma simbólica de canalizar emociones no resueltas tras la muerte de un hijo o durante episodios de salud mental vulnerables. Trigg cuenta con una audiencia considerable en TikTok, donde sus publicaciones alcanzan cifras significativas de visualizaciones.
El caso de Christina Keeler, también recogido por People, ilustra el uso de estos muñecos como una forma personal de enfrentar el dolor por la pérdida de un embarazo. Según explicó, la experiencia de sostener un muñeco con peso y textura similares a los de un bebé real le proporcionó alivio emocional y permitió hablar abiertamente de su pérdida, algo que no había hecho durante años.

La exposición pública de estos muñecos en redes sociales ha generado rechazo por parte de algunos usuarios, quienes consideran inadecuado tratar a los muñecos como si fueran bebés reales. Sin embargo, tanto Trigg como Keeler han defendido la práctica como una forma válida de expresión emocional. Trigg comparó el coleccionismo de muñecos con otras aficiones como la filatelia y señaló que la motivación principal de sus seguidores no es reemplazar a un hijo, sino canalizar afectos o construir experiencias simbólicas.
Un artículo publicado por BBC News documentó el uso de muñecos hiperrealistas en residencias geriátricas del Reino Unido. Según ese medio, algunos profesionales de la salud observaron mejoras en la interacción social y reducción de conductas agresivas en pacientes con demencia al recibir un muñeco. Sin embargo, trabajadores sociales consultados expresaron preocupaciones sobre la posibilidad de infantilizar a los pacientes si no se cuenta con consentimiento informado.

Según Reborns.com, la mayoría de los compradores son mujeres adultas. Aunque algunos adquieren los muñecos por razones estéticas o de entretenimiento, un porcentaje significativo lo hace como parte de un proceso emocional asociado a experiencias difíciles. El mercado, aunque pequeño en comparación con otras industrias, ha generado una red de creadores independientes, canales de distribución y contenido viral que ha popularizado los reborn dolls más allá de su propósito original.
Mientras tanto, expertos consultados por Frontiers in Psychology recomiendan que el uso de estos objetos en contextos clínicos o emocionales se base en evaluaciones individualizadas, con participación de profesionales de la salud mental cuando sea pertinente.