El ex presidente uruguayo José Mujica se sometió en junio a una serie de sesiones de radioterapia para tratar el cáncer de esófago que lo afectaba. Pese a su enfermedad, sus actividades públicas no cesaron –aunque se vieron disminuidas– y el histórico dirigente político uruguayo pretendía sumar un nuevo encuentro de relevancia: quería viajar al Vaticano para reunirse con el papa Francisco.
Mujica era agnóstico, pero aún así mantuvo un vínculo respetuoso con el líder de la Iglesia Católica. El uruguayo visitó dos veces el Vaticano para mantener audiencias privadas. Una de las visitas fue durante su presidencia (en 2013) y la siguiente inmediatamente después de dejar el mandato, en mayo de 2015.
El tercer encuentro nunca se pudo concretar. En junio de 2024, consultado sobre este deseo, Mujica contestó: “Es una posibilidad si la salud me lo permite, pero todo va a depender de los médicos”. “Sería importante por la voz que significa el papa en el mundo”, dijo entonces el ex presidente, entrevistado en el programa Nada que perder de M24. “Sería una colaboración en el campo de las ideas. Si puedo, lo voy a hacer. Y si no, veremos”, expresó.
Mujica murió este martes, a los 89 años, pocas semanas después del fallecimiento del sumo pontífice.
Tras el fallecimiento del ex presidente, su asesor en temas internacionales Álvaro Padrón contó cómo fue el detrás de esa gestión que quedó trunca. Entrevistado en el noticiero Telemundo de Canal 12, Padrón contó que Mujica estaba convencido de que tenía que visitar al Vaticano y al papa Francisco, y le encargó que hiciera las gestiones protocolares.
Padrón, entonces, decidió escribir una carta. Para su sorpresa, la misiva tuvo una respuesta a los 20 minutos: el papa Francisco llamó a la chacra de Mujica, en el barrio Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo.

“Lucía atendió el teléfono y era el papa Francisco llamando a Pepe, diciéndole con mucha confianza que se dejara de embromar, que iba a estar bien, que tenía que visitarlo para estar un par de días conversando de los problemas del mundo”, contó Padrón.
La visita tenía como objetivo enviar un “mensaje a los jóvenes”, ya que ambos tenían “preocupación” por este asunto.
Con el paso de los meses, tanto Mujica como Francisco vieron su salud deteriorada y terminaron muriendo con pocas semanas de diferencia. “Nos quedó pendiente esa reunión, hubiera sido absolutamente increíble”, comentó.
“La idea era que se quedaran dos días y que pudiéramos de alguna manera generar a partir de ese diálogo un mensaje a nivel mundial hacia los jóvenes. Estábamos en ese proceso cuando se empezó a agravar la situación de Pepe. Recuerden la segunda etapa, cuando él empieza a tener más problemas. En ese momento la actitud de Francisco era de mucha energía, de muchas ganas, de un gran estímulo. Y repito, con ese estilo que nos caracteriza en Argentina y Uruguay le dijo: ‘No embromes, venite, va a estar muy bien’”.
Después del diálogo telefónico, la salud de Mujica continuó deteriorándose –luego el uruguayo confirmó que el cáncer que tenía en el esófago había hecho metástasis– y las posibilidades de viajar al exterior se redujeron. También se deterioró la salud del papa, quien a comienzos de año estuvo más de un mes internado y murió el 21 de abril, tras su última aparición en Pascua.
Tras la muerte del sumo pontífice, Mujica destacó que Francisco vivía “en sintonía con el viejo mensaje cristiano”. “Siento que necesitaba más tiempo, tal vez más compañía en la formidable batalla que emprendió. Y que ojalá haya utilizado los escalones más humildes de poder que pudo tener para resembrar en el viejo cristianismo su primitivo mensaje de solidaridad con los más débiles, con los más golpeados en la vida”, comentó en Canal 10.